En la residencia de Luis Carlos:
Luis Carlos estaba en su oficina, nervioso. Sabía que Valeria había intensificado su vigilancia sobre él, y esto hacía que mantener su doble vida como Gabriel fuera cada vez más complicado. Tenía que encontrar una manera de seguir apoyando a Lilith sin levantar sospechas.
—No puedo seguir inventando excusas para no estar con Lilith. Tarde o temprano, Valeria y sus hombres descubrirán algo —murmuró Luis Carlos.
Martín entró en la oficina, notando la tensión en su jefe.
—Señor, he hecho los arreglos necesarios para que puedas moverte sin ser detectado. Los hombres de Valeria no te seguirán esta vez —informó Martín.
Luis Carlos asintió, agradecido.
—Perfecto. Necesito volver a mi papel de Gabriel y asegurarme de que Lilith no sospeche nada. Mantén a Valeria distraída mientras me ocupo de esto —dijo Luis Carlos.
En la oficina de Lilith:
Lilith estaba revisando algunos contratos cuando recibió un mensaje de Gabriel (Luis Carlos) diciendo que estaría ocupado por unos días debido a asuntos familiares. Lilith suspiró, sintiendo una mezcla de preocupación y desconfianza.
En la mansión de los González:
Annabella estaba cada vez más impaciente con Roberto.
—Roberto, necesitas ayudarme a devolverle el poder a nuestra familia. No podemos seguir así —dijo Annabella, su voz llena de frustración.
Roberto, sin embargo, tenía otros planes en mente.
—Annabella, entiende que hay cosas más importantes ahora. Mi objetivo principal es Lilith, y no permitiré que nada se interponga en mi camino —respondió Roberto, frío y decidido.
Annabella se quedó atónita, sintiendo que el apoyo de Roberto se desvanecía.
—¿Así que vas a traicionarme por esa mujerzuela? —espetó Annabella.
Roberto la miró con una sonrisa cínica.
—No es una mujerzuela como tú, ella va más allá de lo que tú me puedes ofrecer, ahora entiendo la envidia que tienen la familia González sobre Lilith, lastima que no pudieron aceptar su derrota.
En la oficina de Luis Carlos:
Luis Carlos sabía que tenía que actuar rápido. Decidió que era el momento de hacer un movimiento audaz para asegurar tanto su posición como la de Lilith. Se reunió con Martín para discutir el plan.
—Martín, necesito que te asegures de que los hombres de Valeria no sospechen nada mientras me reúno con Lilith. Esto es crucial —dijo Luis Carlos.
Martín asintió, dispuesto a ayudar.
—Entendido, señor. Haré lo necesario para mantener a Valeria distraída —respondió Martín.
En la oficina de Lilith:
Luis Carlos, ahora en su papel de Gabriel, llegó para hablar con Lilith.
—Lilith, necesito que confíes en mí. Estoy aquí para apoyarte, pero hay cosas que no puedo explicar ahora. Solo te pido paciencia —dijo Gabriel, tratando de calmar las dudas de Lilith.
Lilith lo miró, buscando respuestas en sus ojos.
—Gabriel, confío en ti, pero necesito saber que estamos en esto juntos. No puedo seguir sola en esta lucha —respondió Lilith, con una mezcla de determinación y vulnerabilidad.
—Estamos juntos en esto, Lilith. Te lo prometo —dijo Gabriel, tomándole la mano con firmeza.
La tensión en las vidas de todos los involucrados seguía aumentando, con cada movimiento y decisión llevando a más intrigas y complicaciones. Las próximas acciones de Luis Carlos, Lilith, Valeria y Roberto determinarían el rumbo de sus destinos en este complicado juego de poder y secretos.
En la oficina del Grupo García:
Valeria se acercó a Martín, buscando la manera de concretar su plan.
—Martín, necesito hablar con Gabriel, el esposo de Lilith. Debe ser sin que tu jefe se entere —dijo Valeria con una voz decidida.
Martín levantó una ceja, mostrando una expresión neutral.
—Señorita Valeria, eso no es posible. Solo obedezco a mi jefe. Si desea reunirse con Gabriel, tendrá que encontrar la manera por su cuenta —respondió Martín con firmeza.
Valeria lo miró, intentando leer entre líneas.
—¿Estás seguro de que no puedes hacer nada para ayudarme? —insistió Valeria, intentando sonsacar más información.
—Estoy seguro. Ahora, si me disculpa, tengo trabajo que hacer —dijo Martín, cortando la conversación y dejándola con más dudas que respuestas.
En la residencia de Luis Carlos:
Luis Carlos, ahora en su papel de Gabriel, estaba preparando su próximo movimiento cuando recibió una llamada de Martín.
—Señor, Valeria quiere reunirse con Gabriel sin que Luis Carlos se entere. Le dije que no es posible, pero parece sospechar algo —informó Martín.
Luis Carlos suspiró, sabiendo que la situación se complicaba cada vez más.
—Bien hecho, Martín. Mantente alerta. No podemos permitir que descubran la verdad —respondió Luis Carlos, colgando el teléfono.
En la oficina del Grupo García:
Valeria no se dejó desanimar. Sabía que Martín ocultaba algo más y estaba decidida a descubrirlo. Empezó a investigar más a fondo, buscando cualquier pista que pudiera llevarla a Gabriel.
En la mansión de los González:
Annabella seguía frustrada por la situación. Sentía que Lilith siempre estaba un paso adelante, incluso sin proponérselo.
—¿Por qué todos la prefieren a ella? ¿Qué tiene Lilith que yo no tenga? —se preguntaba Annabella en voz alta, mientras su frustración crecía.
Roberto, por otro lado, seguía con su plan de acercarse a Lilith, sabiendo que esto le daría el poder que tanto deseaba.
En la oficina del Grupo García:
Valeria, decidida a descubrir la verdad, decidió seguir a Martín en secreto, esperando encontrar una oportunidad para confrontarlo y obtener las respuestas que buscaba.
Esa misma noche:
Mientras Luis Carlos, aún en su papel de Gabriel, se preparaba para otro día de trabajo, no podía evitar sentir la presión de mantener su doble vida y proteger a Lilith al mismo tiempo.
Valeria, por su parte, seguía reuniendo información, convencida de que estaba cerca de descubrir algo importante. Su determinación y astucia la empujaban a seguir adelante, sin importar los obstáculos que encontraba en su camino.
La intriga continuaba aumentando, con cada personaje jugando su parte en este complicado juego de poder, secretos y lealtades divididas. Las acciones de Valeria, Luis Carlos, Lilith y los demás determinarían el rumbo de sus vidas y el futuro de sus familias.