Venganza

1140 Words
Luis Carlos, a pesar de la creciente conexión con Victoria, sentía que necesitaba cerrar un capítulo importante de su vida antes de avanzar. Le pidió a Martín que realizara una última búsqueda exhaustiva sobre Lilith. Luis Carlos sabía que, aunque creía en la muerte de Lilith, no podía evitar el impulso de asegurarse de que había hecho todo lo posible para encontrarla. Martín, leal y diligente, se lanzó a la tarea con todo su esfuerzo. Revisó archivos, habló con contactos y utilizó todas las redes de información a su disposición. Sin embargo, tras semanas de búsqueda, no logró encontrar ningún rastro de Lilith. No había indicios de su paradero ni información nueva que pudieran seguir. Era como si Lilith hubiera desaparecido del mundo sin dejar rastro. Luis Carlos, finalmente, tuvo que aceptar que Lilith realmente se había ido. Fue un golpe duro, pero también una especie de liberación. Era el momento de avanzar y construir una nueva vida. Así que, con determinación, decidió dar el siguiente paso con Victoria. Una noche, en un ambiente íntimo y cálido, Luis Carlos invitó a Victoria a cenar en su casa. La mesa estaba elegantemente decorada, con velas y flores frescas, creando un ambiente romántico. —Victoria —dijo Luis Carlos mientras sostenía su mano—, estos últimos meses han sido un torbellino de emociones y eventos. Pero en medio de todo, he encontrado en ti una calma y una alegría que no había sentido en mucho tiempo. Eres una persona especial, y quiero que seas parte de mi vida de una manera más profunda. Victoria, con el corazón latiendo rápido, lo miró con ojos llenos de esperanza. —Luis Carlos, yo también siento lo mismo. Has sido una luz en mi vida, y no puedo imaginar un futuro sin ti. Luis Carlos sonrió, se arrodilló y sacó una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo. —Victoria De la Vega, ¿quieres casarte conmigo? Victoria, con lágrimas de felicidad en los ojos, asintió vigorosamente. —¡Sí, Luis Carlos, quiero casarme contigo! Luis Carlos deslizó el anillo en el dedo de Victoria y se levantó, abrazándola con fuerza. En ese momento, sintió una mezcla de tristeza por lo que había perdido y alegría por lo que estaba ganando. Decidió que haría todo lo posible por proteger a Victoria y construir una vida feliz juntos. La noticia de su compromiso pronto se difundió por los medios, y la sociedad recibió con entusiasmo la unión de dos familias prominentes. Aunque Valeria y sus aliados trataron de sembrar discordia, la relación entre Luis Carlos y Victoria se fortaleció con el tiempo. Luis Carlos sabía que nunca olvidaría a Lilith, pero estaba decidido a honrar su memoria viviendo una vida plena y feliz. Con Victoria a su lado, sentía que podía enfrentar cualquier desafío y construir un futuro lleno de amor y esperanza. Mientras Luis Carlos avanzaba con su vida y compromiso con Victoria, lejos de la ciudad, Lilith enfrentaba un destino oscuro y desesperado. Sola en un burdel, había soportado horrores inimaginables desde su secuestro. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, su fuerza interior y determinación no la habían abandonado. Lilith, embarazada del hijo de Gabriel, luchaba por mantener su esperanza viva. Cada día era una batalla por su dignidad y supervivencia, y la idea de traer una nueva vida al mundo en esas condiciones la llenaba de una mezcla de temor y esperanza. Finalmente, una noche, Lilith entró en trabajo de parto. Las condiciones eran primitivas y dolorosas, pero con una fuerza y una valentía que sorprendieron incluso a las otras mujeres del burdel, Lilith dio a luz a un niño. El bebé, aunque nacido en un lugar tan oscuro, trajo consigo una chispa de esperanza y luz a Lilith. A pesar de sus circunstancias, ella lo sostuvo con amor y prometió protegerlo y darle una vida mejor, sin importar lo que tuviera que hacer. Los primeros días fueron extremadamente difíciles. Lilith estaba agotada, y cuidar de un recién nacido en esas condiciones era casi imposible. Sin embargo, su amor por su hijo le daba una fuerza renovada. Las otras mujeres del burdel, muchas de ellas también atrapadas en esa vida contra su voluntad, la ayudaron como pudieron, creando una pequeña red de apoyo en medio del infierno. Entretanto, en la ciudad, la noticia del compromiso entre Luis Carlos y Victoria seguía generando revuelo. Valeria, furiosa por haber sido reemplazada, no cesaba en sus intentos de desestabilizar la relación y manchar la reputación de los De la Vega. Sin embargo, su posición se debilitaba cada vez más a medida que Luis Carlos y Victoria se consolidaban como pareja. Luis Carlos, aunque ocupado con los preparativos de su boda y la gestión de sus negocios, no podía dejar de pensar en Lilith y su posible destino. La incertidumbre sobre su muerte lo perseguía, pero trataba de centrarse en su futuro con Victoria. El nacimiento del bebé en el burdel marcó un punto de inflexión en la vida de Lilith. Aunque estaba en el lugar más oscuro imaginable, su hijo le daba una razón para seguir luchando y una esperanza para el futuro. Con cada día que pasaba, se fortalecía su determinación de escapar y reconstruir su vida, sin importar el costo. Valeria, consumida por la furia y la venganza, estaba decidida a destruir a la familia González. Sentía que todos sus planes se desmoronaban y que la única manera de recuperar el control era eliminando a aquellos que consideraba responsables de sus desgracias. Juana, al enterarse de los planes de Valeria, quedó desconcertada. Había creído que Valeria estaba bajo su control, una pieza útil en su propio juego de poder. Sin embargo, ahora se daba cuenta de que había subestimado la intensidad del odio de Valeria y su capacidad para actuar de manera independiente y destructiva. Valeria empezó su campaña de destrucción con precisión meticulosa. Utilizando su influencia y recursos, lanzó una serie de ataques contra los negocios de la familia González. Desprestigió su nombre en los medios, filtrando información comprometedora y orquestando escándalos que erosionaron su reputación pública. Además, utilizó su conocimiento interno para sabotear sus operaciones empresariales, causando pérdidas financieras significativas. Juana, viendo cómo se desarrollaba la situación, intentó frenar a Valeria. Sabía que una guerra abierta con los González podría volverse en su contra y desequilibrar aún más las tensiones ya existentes entre las familias poderosas de la ciudad. Sin embargo, Valeria estaba fuera de control, impulsada por un deseo insaciable de venganza y una rabia que no podía contener. En un desesperado intento por detener a Valeria, Juana contactó a Laureano, explicándole la situación y pidiéndole ayuda. Laureano, aunque inicialmente sorprendido, reconoció la gravedad de la situación y aceptó intervenir. Sabía que una alianza con Valeria era peligrosa y que, si no se detenía, las consecuencias serían devastadoras para todos.
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