Desterrados.

1049 Words
Una vez que Martín se marchó, la sala quedó sumida en un silencio tenso y cargado de expectativas. Lilith y Gabriel se sentaron, aún recuperándose del shock de los acontecimientos. Juana, con una expresión imperturbable, se puso de pie y recorrió la habitación con su mirada severa. —He tomado una decisión —anunció Juana con voz firme, rompiendo el silencio. Todos en la sala volvieron su atención hacia ella, expectantes y temerosos. —Lilith, Gabriel —comenzó Juana, dirigiéndose a ellos con una frialdad glacial—. Sus acciones han comprometido gravemente el futuro de nuestra familia. Han destruido cualquier oportunidad que teníamos de mejorar nuestra posición en el mundo empresarial. Y, por si fuera poco, han traído la intervención del señor García directamente en nuestros asuntos familiares. Lilith se levantó, sintiendo que su corazón se aceleraba. —Abuela, solo hice lo que creí correcto. No podía aceptar un matrimonio forzado y menos aún traicionar a Gabriel. Juana levantó una mano para silenciarla. —No es momento para excusas, Lilith. Tus decisiones impulsivas y tu desobediencia han causado un daño irreparable. Gabriel se levantó también, poniéndose al lado de Lilith. —Juana, Lilith no tiene la culpa. Stuart es el responsable de esta situación, y el señor García ha dejado claro que Stuart será castigado por sus acciones. Juana los miró a ambos con una mezcla de decepción y determinación. —La realidad es que, independientemente de quién tenga la culpa, el resultado es el mismo. El Grupo González ha perdido su oportunidad de elevar su estatus, y nuestra relación con el Grupo García está irremediablemente dañada. Tomó un momento para respirar profundamente antes de continuar. —Por lo tanto, he decidido desterrar a Lilith y a Gabriel de la familia. No puedo permitir que sus acciones sigan afectando nuestra fortuna y reputación. A partir de ahora, no tendrán lugar en esta casa ni en nuestros negocios. Lilith sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. —¿Qué? ¡No puedes hacer eso, abuela! ¡Somos familia! Juana la miró con una dureza implacable. —La familia es importante, pero también lo es la responsabilidad y la lealtad. Han demostrado que no pueden cumplir con esos principios. Gabriel, manteniendo la calma, intentó razonar con Juana. —¿No podemos encontrar otra solución? Trabajar juntos para arreglar esto... Juana negó con la cabeza. —Ya es demasiado tarde. Esta es la única forma de proteger lo que queda de nuestra reputación y asegurarnos de que no se cometan más errores. Con eso, Juana dio media vuelta y salió de la habitación, dejando a Lilith y Gabriel en un estado de aturdimiento y desesperación. Los padres de Lilith, que habían estado observando en silencio, se acercaron a ella, con expresiones de tristeza y resignación. —Lilith, esto es difícil para todos nosotros, pero debes entender la gravedad de la situación —dijo su padre, con voz temblorosa. Su madre, con lágrimas en los ojos, agregó: —Siempre serás nuestra hija, pero ahora debes encontrar tu propio camino, lejos de aquí. Lilith y Gabriel se miraron mutuamente, comprendiendo que su lucha estaba lejos de terminar. Aunque desterrados y sin apoyo familiar, sabían que debían mantenerse unidos y encontrar una manera de seguir adelante. Con una última mirada hacia su familia, Lilith tomó la mano de Gabriel y, juntos, salieron de la mansión de los González, dispuestos a enfrentar un futuro incierto pero lleno de determinación. Lilith y Gabriel, con la pesadez de la situación colgando sobre sus hombros, salieron de la mansión González y se encontraron con Martín, quien esperaba adentro de su vehículo. Al verlos, Martín bajó rápidamente del coche y se acercó a ellos, notando de inmediato sus rostros abatidos y la tensión en sus movimientos. Gabriel levantó la mano, haciendo una leve seña que indicaba su destierro. Martín, comprendiendo la gravedad del gesto, reaccionó con rapidez y determinación. —No se preocupen —dijo Martín con firmeza, intentando brindarles consuelo—. El señor García ha anticipado esta posibilidad. Me ha ordenado que les ofrezca su apoyo incondicional. Lilith lo miró, sus ojos llenos de preguntas y preocupación. —Martín, ¿qué quieres decir con eso? Martín sonrió con confianza. —El señor García les ha preparado un lugar donde quedarse. No tendrán que preocuparse por nada. Él cree en ustedes y está dispuesto a ayudarlos en lo que necesiten. Gabriel, asombrado y aliviado a la vez, asintió lentamente. —¿Está todo arreglado ya? Martín asintió. —Sí, todo está listo. Tenemos una casa lista para ustedes, y el señor García se asegurará de que tengan todo lo necesario para empezar de nuevo. Confía en ustedes y sabe que pueden superar esta situación. Lilith, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud, tomó la mano de Gabriel y la apretó con fuerza. —Gracias, Martín. No sé qué habríamos hecho sin tu ayuda. Martín les sonrió cálidamente. —Es lo menos que puedo hacer. Ahora, por favor, suban al coche. Los llevaré directamente a su nuevo hogar. Sin más demora, Lilith y Gabriel subieron al vehículo. Mientras se alejaban de la mansión González, Lilith no pudo evitar mirar hacia atrás una última vez, sintiendo una punzada de tristeza por lo que dejaban atrás, pero también una chispa de esperanza por lo que les esperaba. El trayecto hacia su nuevo hogar estuvo lleno de un silencio reflexivo, pero la presencia de Martín y la promesa de apoyo del señor García les brindaban una sensación de seguridad y esperanza. Finalmente, llegaron a una hermosa casa en una tranquila zona residencial. Martín los guió hacia la entrada y les entregó las llaves. —Aquí estarán seguros y cómodos —dijo Martín, mirándolos con sinceridad—. Si necesitan algo, no duden en llamarme. El señor García confía en ustedes y sabe que saldrán adelante. Lilith y Gabriel, agradecidos por la generosidad y el apoyo que les brindaban, asintieron y entraron a su nuevo hogar, decididos a enfrentar el futuro con valentía y optimismo. Mientras Martín se marchaba, Lilith y Gabriel se abrazaron, sabiendo que, aunque los tiempos eran difíciles, no estaban solos. Con el respaldo del señor García y la fuerza de su amor, estaban listos para reconstruir sus vidas y superar cualquier obstáculo que se les presentara.
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