Chofer personal

1023 Words
Gabriel le dijo a Lilith que se reunieran en la cafetería por el parque. Cuando Lilith llegó, observó que Gabriel aún no había llegado. Se sentó en una mesa cerca de la ventana, mirando su teléfono y esperando. Tras llamarlo varias veces y no obtener respuesta, decidió que lo mejor sería irse. Justo cuando estaba a punto de levantarse, un imponente Maybach n***o se detuvo frente a la cafetería. El Maybach era un símbolo de lujo y poder, con su exterior n***o brillante, sus ventanas tintadas y una parrilla cromada que relucía bajo el sol. Las llantas de aleación de gran tamaño y el emblema de la estrella de tres puntas en el capó añadían un toque de elegancia y prestigio. El interior del vehículo, visible solo cuando las puertas se abrían, mostraba un diseño de cuero premium y acabados en madera pulida, reflejando un confort y una opulencia incomparables. Gabriel se bajó del auto con una sonrisa en el rostro, causando una mezcla de asombro y confusión en Lilith. Vestía un elegante traje n***o, perfectamente ajustado, y llevaba gafas de sol que realzaban su aspecto sofisticado. —¡Gabriel! —exclamó Lilith, caminando rápidamente hacia él. —¿Qué haces en ese auto? Gabriel sonrió mientras cerraba la puerta del Maybach. —Lilith, me han promovido a chofer personal del señor Luis García. Mientras él no me indique lo contrario, puedo usar el vehículo para mis asuntos personales. Además, el señor García estará fuera unos meses arreglando unos asuntos y quería que lo dejara en su casa antes de irse. Lilith no podía creer lo que estaba escuchando. —¿Chofer personal del señor Luis García? Eso es increíble, Gabriel, pero... ¿es seguro? ¿No deberías pensar en los riesgos? Gabriel la miró con confianza. —Entiendo tus preocupaciones, Lilith. Pero esta es una gran oportunidad para nosotros. Además del salario, tengo acceso a este auto y otros beneficios. Podría ayudar a mejorar nuestra situación económica y darte la vida que mereces. Lilith frunció el ceño, aún insegura. —Pero Gabriel, si algo sale mal, podrías perderlo todo. No quiero que pongas en riesgo tu futuro por esto. Gabriel tomó las manos de Lilith y la miró a los ojos. —Lilith, confía en mí. He pensado mucho en esto y creo que es lo correcto. Todo va a salir bien, te lo prometo. Lilith suspiró, todavía preocupada. —No sé, Gabriel. Todo esto parece demasiado bueno para ser verdad. ¿Estás seguro de que no hay algo que no me estás contando? Gabriel negó con la cabeza. —Te estoy diciendo la verdad, Lilith. El señor García confía en mí y esta promoción es una muestra de esa confianza. Sé que parece repentino, pero a veces las oportunidades llegan así, sin esperarlo. Lilith miró al lujoso automóvil y luego de nuevo a Gabriel. —Está bien, Gabriel. Si crees que es lo mejor, te apoyaré. Pero por favor, ten cuidado. Gabriel sonrió y la abrazó. —Gracias, Lilith. No te preocupes, todo saldrá bien. Ahora, sube al auto. Te llevaré a dar un paseo. Lilith, aunque aún nerviosa, sonrió y subió al Maybach, sintiendo una mezcla de emoción y temor por lo que el futuro les deparaba. Mientras se acomodaba en el asiento de cuero, Gabriel se subió al volante y comenzó a conducir suavemente por las calles de la ciudad. —No puedo creer que estemos en un auto como este —dijo Lilith, mirando a su alrededor con asombro. —Es tan lujoso y cómodo. Nunca he estado en algo así antes. Gabriel sonrió, disfrutando de la reacción de Lilith. —Lo sé, es increíble, ¿verdad? El señor García tiene muy buen gusto. Y hay algo más que quiero mostrarte. Lilith lo miró con curiosidad. —¿Qué es? Gabriel giró hacia un camino más tranquilo, alejándose del bullicio de la ciudad. —Solo espera y verás. Condujo hasta un mirador que ofrecía una vista espectacular de la ciudad y el mar más allá. Detuvo el auto y se volvió hacia Lilith. —Este es uno de mis lugares favoritos. Me gusta venir aquí a pensar y reflexionar —dijo Gabriel, tomando la mano de Lilith. Lilith sonrió, conmovida por el gesto. —Es hermoso, Gabriel. Gracias por traerme aquí. Gabriel la miró con seriedad. —Lilith, quiero que sepas que todo lo que hago es por nosotros. Quiero darte la vida que mereces y asegurarme de que nunca te falte nada. Esta oportunidad es el primer paso para lograrlo. Lilith apretó su mano y lo miró a los ojos. —Gabriel, no necesitas hacer todo esto para demostrarme nada. Te amo por lo que eres, no por lo que tienes. Pero si esto es lo que crees que es lo mejor, entonces estaré a tu lado. Gabriel sonrió y la abrazó con fuerza. —Gracias, Lilith. Con tu apoyo, sé que podemos lograrlo todo. Juntos, se quedaron mirando el paisaje, disfrutando del momento de paz y la promesa de un futuro mejor. Aunque había incertidumbre y desafíos por delante, ambos sabían que enfrentarían todo juntos, con amor y determinación. Gabriel, después de un momento de contemplación, tomó una decisión seria. —Lilith, necesito hablarte de algo importante —dijo, mirándola con determinación. Lilith lo miró con atención, preparada para escuchar lo que fuera necesario. —El señor García me ha dado instrucciones de sugerirte algo. Dada la situación con tu familia y las negociaciones en curso, él cree que sería mejor para ti separarte de los González. Temen que intenten aprovecharse de ti y, una vez que obtengan lo que quieren, te desechen como si nada —explicó Gabriel con seriedad. Lilith frunció el ceño, sorprendida por la sugerencia. —¿Separarme de mi familia? ¿Cómo podría hacer eso? —El señor García sugiere que te independices, tanto personal como profesionalmente. De esta manera, estarás protegiendo tus intereses y asegurándote de no ser utilizada por los González —continuó Gabriel. Lilith se sintió abrumada por la idea. Separarse de su familia era una decisión difícil, pero entendía la lógica detrás de las palabras de Gabriel.
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