Son Iguales

1385 Words
En la mansión de los González: La atmósfera en la mansión estaba tensa, pero con un aire de satisfacción oscura. Juana, Annabella, y el resto de la familia sabían que el plan había funcionado a la perfección. Roberto, quien había representado una amenaza significativa, ya no era un problema. —Sabíamos que Roberto podría inclinar la balanza a favor de Lilith. No podíamos permitirlo —dijo Juana con una sonrisa fría, mirando a Annabella. Annabella asintió, aunque aún había un leve rastro de inquietud en su rostro. —¿Y qué haremos con Valeria? No creo que se quede quieta después de la muerte de su hermano —preguntó Annabella. Antes de que Juana pudiera responder, su teléfono sonó. Era Valeria. —Valeria, querida. ¿Cómo estás? —preguntó Juana, poniendo su mejor tono de preocupación. —Señora González, necesito hablar con usted. Tengo fuertes sospechas de que Luis Carlos está detrás de la muerte de Roberto. Él sabía algo que podía destruirlo, y creo que Luis mandó a matarlo para silenciarlo —dijo Valeria, su voz temblando de rabia y dolor. Juana reprimió una sonrisa. Sabía que Valeria estaba cayendo en la trampa que habían preparado. —Oh, Valeria, lo siento tanto. Esto es terrible. Debemos descubrir la verdad y asegurarnos de que se haga justicia. Podemos reunirnos para hablar sobre lo que sabes —dijo Juana con voz compasiva. —Sí, necesito su ayuda. Nos vemos mañana en su residencia —respondió Valeria, colgando el teléfono. Juana se volvió hacia Annabella, su sonrisa fría ahora completamente evidente. —Nuestro plan está funcionando perfectamente. Valeria está convencida de que Luis Carlos es el responsable. Esto nos da la oportunidad perfecta para manipularla y asegurarnos de que Lilith quede totalmente aislada —dijo Juana, sus ojos brillando con determinación. En la oficina de Lilith: Lilith estaba sentada en su oficina, tratando de concentrarse en su trabajo, pero la preocupación por la muerte de Roberto y la posible reacción de Valeria la atormentaban. De repente, Lorena entró, su expresión grave. —Lilith, tenemos que estar muy alertas. He escuchado rumores de que la familia González podría estar involucrada en la muerte de Roberto. Necesitamos ser muy cuidadosas —dijo Lorena, cerrando la puerta detrás de ella. Lilith asintió, sintiendo un nudo en el estómago. —Sabía que Roberto tenía información sobre Luis Carlos, pero no sabía que esto llegaría tan lejos. ¿Qué crees que deberíamos hacer? —preguntó Lilith, tratando de mantener la calma. —Primero, debemos asegurarnos de que toda nuestra información esté segura. Además, debemos mantener un perfil bajo por un tiempo. Si Valeria está convencida de que Luis Carlos es el responsable, podría intentar tomar medidas drásticas —respondió Lorena. En la oficina de Luis Carlos: Luis Carlos estaba revisando algunos documentos cuando recibió una llamada de uno de sus contactos de seguridad. —Luis, tenemos problemas. He escuchado que Valeria está reuniéndose con Juana González. Parece que sospecha de ti y está buscando pruebas —dijo el contacto, su voz urgente. Luis Carlos maldijo en voz baja. Sabía que las cosas se estaban complicando aún más. —Gracias por la información. Mantén los ojos abiertos y avísame si descubres algo más —dijo Luis Carlos, colgando el teléfono. Se volvió hacia su escritorio, su mente trabajando a toda velocidad para encontrar una solución. Sabía que debía protegerse y a aquellos cercanos a él, especialmente a Lilith. En la mansión de los González: Al día siguiente, Valeria llegó a la residencia de los González. Juana la recibió con una sonrisa cálida y la condujo a una sala privada. —Valeria, querida, cuéntame todo lo que sabes. Debemos trabajar juntas para descubrir la verdad —dijo Juana, ofreciendo una taza de té a Valeria. Valeria, con los ojos llenos de determinación y dolor, comenzó a relatar todo lo que sabía sobre la conexión de Roberto con Luis Carlos y su sospecha de que había sido asesinado para silenciarlo. Juana escuchaba atentamente, asintiendo de vez en cuando, mientras formulaba su próximo movimiento en su mente. Sabía que debía usar esta oportunidad para fortalecer su posición y asegurarse de que Lilith quedara completamente vulnerable. Juana observó a Valeria mientras sorbía su té. Sabía que la información que estaba a punto de compartir podría ser la pieza clave para mantener a Valeria de su lado y desestabilizar aún más a Lilith. —Valeria, querida, hay algo más que podría interesarte —dijo Juana, fingiendo un aire de duda—. Hemos notado algo extraño sobre Gabriel, el esposo de Lilith. Valeria levantó la mirada, interesada. —¿Qué es lo que han notado? —preguntó, dejando su taza de té en la mesa. —Gabriel siempre ha sido un hombre de pocos recursos, alguien que ha dependido de nuestra familia para sobrevivir. Sin embargo, hay algo inquietante sobre él —dijo Juana, haciendo una pausa dramática—. Tiene una sorprendente similitud con Luis Carlos. Al principio, pensamos que era solo una coincidencia, pero ahora tengo mis dudas. Valeria frunció el ceño, procesando esta nueva información. —¿Qué quieres decir con "similitud"? —preguntó, sintiendo una creciente sospecha. —No solo en apariencia, sino en ciertos comportamientos y gestos. Es posible que Luis Carlos haya estado jugando un juego mucho más complicado de lo que imaginamos —dijo Juana, sus ojos fijos en Valeria—. Pero Gabriel siempre ha sido un pobre dependiente. No parece tener los recursos ni la inteligencia para llevar una doble vida tan complicada. Valeria se recostó en su silla, tratando de conectar las piezas. Si lo que Juana decía era cierto, esto podría explicar muchas cosas sobre el comportamiento reciente de Luis Carlos y su protección hacia Lilith. —Necesitamos pruebas. Si Gabriel es realmente Luis Carlos, esto cambiaría todo. Podríamos exponerlo y destruir su reputación —dijo Valeria, con un brillo de determinación en sus ojos. Juana asintió. —Estoy de acuerdo. Debemos ser cautelosas y reunir todas las pruebas posibles antes de hacer cualquier movimiento. Si podemos demostrar que Gabriel y Luis Carlos son la misma persona, podríamos desmantelar su red de mentiras y asegurar que Lilith quede totalmente desprotegida —dijo Juana. En la oficina de Lilith: Lilith estaba trabajando cuando recibió una llamada de Lorena. —Lilith, tenemos que hablar. Algo importante ha surgido —dijo Lorena con urgencia. —Claro, Lorena. Ven a mi oficina —respondió Lilith. Pocos minutos después, Lorena entró y cerró la puerta detrás de ella. —He oído algo inquietante. Juana González le ha estado contando a Valeria que Gabriel y Luis Carlos podrían ser la misma persona. Sé que esto suena descabellado, pero necesitamos estar preparadas para cualquier cosa —dijo Lorena. Lilith se quedó sin aliento por un momento, tratando de procesar esta nueva información. —Eso es absurdo, Lorena. Gabriel no tiene nada que ver con Luis Carlos. Es solo una táctica para confundirnos y desestabilizarnos —respondió Lilith, aunque una sombra de duda comenzó a nublar su mente. —Quizás, pero debemos estar seguras. Necesitamos investigar más a fondo. Si Juana y Valeria están tramando algo, debemos adelantarnos —dijo Lorena con firmeza. Lilith asintió, sabiendo que no podían dejar nada al azar. —Tienes razón. Debemos protegernos y descubrir la verdad. Si hay algo más en juego aquí, necesitamos estar un paso adelante —dijo Lilith, su resolución fortaleciéndose. En la oficina de Luis Carlos: Luis Carlos recibió un mensaje de uno de sus contactos. —Luis, he escuchado que Valeria y Juana están planeando algo grande. Están tratando de descubrir tu conexión con Gabriel. Necesitas actuar rápido —decía el mensaje. Luis Carlos apretó los puños. Sabía que el juego estaba volviéndose cada vez más peligroso. —Gracias por la información. Manténme informado —respondió, borrando el mensaje después. Sabía que debía proteger su secreto a toda costa. La próxima movida debía ser meticulosa y decisiva. Cada paso en falso podía significar el fin de todo lo que había trabajado por construir. Mientras tanto, en la residencia de Lilith: Lilith y Lorena trabajaban juntas, planeando su próxima estrategia. Sabían que los González y Valeria no se detendrían ante nada para derribarlas. Con cada movimiento, el intrincado juego de poder, mentiras y traiciones se intensificaba, llevando a todos los involucrados hacia un clímax inevitable.
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