Cena

1423 Words
—Mantén la calma y sigue el plan. No dejes que te intimide. Recuerda quién eres y actúa con la misma confianza que Gabriel —instruyó Luis Carlos. Al colgar, Luis Carlos supo que debía reforzar la fachada aún más. Decidió visitar a Valeria personalmente para despejar cualquier duda que ella pudiera tener. Al llegar a la casa de Valeria, Luis Carlos encontró a Valeria esperándolo en la sala de estar. —Luis Carlos, me alegra que hayas venido. Necesitamos hablar —dijo Valeria, su mirada penetrante y llena de sospechas. Luis Carlos mantuvo su compostura, sabiendo que cada palabra y gesto eran cruciales. —Claro, Valeria. ¿De qué quieres hablar? —respondió, con su tono más natural. Valeria no perdió tiempo en plantear sus inquietudes. —Tu chofer, Gabriel, tiene una semejanza sorprendente contigo. Incluso pensé que podría ser la misma persona en algún momento. Pero Martín me asegura que no es posible. ¿Podrías aclarar esto? —preguntó, su tono cargado de desconfianza. Luis Carlos sonrió, manteniendo una calma calculada. —Entiendo tus sospechas, Valeria. Conozco a Gabriel desde hace tiempo, es de mi confianza, y es natural que se adapte a mis hábitos ya que también puede hacerse pasar por mi, como medida de seguridad. Sin embargo, somos personas diferentes con vidas distintas. ¿Hay algo más que te preocupe? —respondió, desviando hábilmente la conversación. Valeria pareció considerar sus palabras, pero la semilla de la duda ya estaba plantada. —Espero que tengas razón, Luis Carlos. No quiero que nada más salga mal después de lo que ocurrió con Roberto —dijo finalmente. Luis Carlos asintió, levantándose para irse. —Confía en que todo está bajo control, Valeria. Nos vemos pronto —dijo, saliendo de la casa con la certeza de que debía ser aún más cauteloso. De regreso en la oficina, Luis Carlos se reunió con Martín. —Necesitamos estar más atentos. Valeria no se dará por vencida tan fácilmente —dijo, con una mirada determinada. Martín asintió, consciente de la creciente tensión. —Lo sé, Luis Carlos. Continuaremos con el entrenamiento y la vigilancia. No dejaremos que descubra la verdad —respondió. Luis Carlos estaba en su oficina cuando recibió la noticia del doble. Valeria había invitado a Gabriel y Lilith a una cena, alegando que quería disculparse por su comportamiento anterior. Luis Carlos sabía que esto era una trampa, pero también que rechazar la invitación podría levantar más sospechas. —Martín, tenemos un problema —dijo Luis Carlos, cerrando la puerta de su oficina para hablar en privado. Martín, sentado frente a él, levantó la vista con preocupación. —¿Qué ocurre? —Valeria ha invitado a Gabriel y a Lilith a una cena. Quiere disculparse, pero sabemos que no es sincera. Si yo me presento como Gabriel, corro el riesgo de que alguien note algo extraño. Si el doble va en mi lugar, también hay un alto riesgo de que lo descubran —explicó Luis Carlos, frotándose las sienes. Martín asintió, entendiendo la gravedad de la situación. —Debemos planear esto meticulosamente. Necesitamos que el doble esté completamente preparado y que tú estés cerca para intervenir si es necesario. Además, Lilith debe ser protegida a toda costa. Luis Carlos respiró hondo, tratando de calmarse. —De acuerdo, haremos esto paso a paso. El doble debe ir a la cena, pero Lilith debe estar informada de todo. Ella no debe sospechar de nada, pero también debe estar alerta. Esa noche, Luis Carlos se reunió con el doble y Lilith en un lugar seguro para explicar la situación. —Lilith, Valeria nos ha invitado a una cena. Quiere disculparse por su comportamiento anterior —dijo Luis Carlos, tratando de mantener un tono calmado. Lilith levantó una ceja, sorprendida. —¿En serio? Eso suena... sospechoso. Luis Carlos asintió. —Lo es. Por eso debemos estar preparados. Gabriel irá a la cena, y yo estaré cerca por si algo sale mal. Necesitamos que mantengas la calma y sigas el plan. Lilith asintió, confiando en Luis Carlos. —Está bien. Haré lo que sea necesario. Al día siguiente, Gabriel, el doble, se presentó en la casa de Valeria con Lilith. Valeria los recibió con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. —Gabriel, Lilith, gracias por venir. Lamento mucho lo que ocurrió antes. Espero que esta cena pueda ser un nuevo comienzo —dijo Valeria, conduciéndolos a la sala de estar. El doble de Gabriel, siguiendo las instrucciones de Luis Carlos, mantuvo su postura segura y firme. —Gracias por la invitación, Valeria. Esperamos que podamos aclarar cualquier malentendido —respondió, su voz tranquila. Durante la cena, Valeria intentó tantear el terreno, lanzando preguntas sutiles para ver si podía descubrir alguna inconsistencia. El doble respondió con calma, siguiendo el entrenamiento que había recibido. Mientras tanto, Luis Carlos observaba desde una distancia segura, preparado para intervenir si algo salía mal. Martín, también presente, estaba listo para actuar si era necesario. Al final de la noche, Valeria no había conseguido la información que buscaba, pero sus sospechas no habían disminuido. Despidió a Gabriel y a Lilith con una sonrisa calculada. —Gracias por venir. Espero que podamos dejar todo atrás y seguir adelante —dijo, su tono amable pero sus ojos llenos de suspicacia. Juana observaba todo desde una esquina discreta de la mansión de Valeria. Sus ojos seguían cada movimiento de Gabriel y Lilith durante la cena. Algo no cuadraba en su mente; aunque el hombre frente a ella tenía el físico de Gabriel, su comportamiento era diferente. Después de que Gabriel y Lilith se fueron, Juana se acercó a Valeria, con una expresión pensativa. —Valeria, querida, ¿puedo hablar contigo un momento? —dijo Juana, su tono lleno de preocupación. Valeria asintió, invitando a Juana a sentarse en la sala de estar. —Por supuesto, Juana. ¿Qué ocurre? Juana se sentó y miró a Valeria con seriedad. —Ese hombre que estuvo aquí esta noche... sé que parecía Gabriel, pero no se comportaba como él. Gabriel siempre ha emanado una cierta autoridad, a pesar de su condición. Pero este hombre... era diferente. Valeria frunció el ceño, procesando lo que Juana decía. —¿Estás diciendo que ese no era Gabriel? —No estoy segura, pero tengo mis dudas. El verdadero Gabriel tiene una forma de comportarse que no se puede imitar fácilmente. Hay algo que no cuadra aquí —respondió Juana, su voz llena de sospecha. Valeria asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación. —Entonces, ¿qué propones que hagamos? —Debemos investigar más a fondo. Si este hombre no es el verdadero Gabriel, necesitamos descubrir quién es y qué está ocurriendo. Y si Luis Carlos está detrás de esto, debemos estar preparados para cualquier cosa —dijo Juana, su voz firme. De regreso en la oficina, Luis Carlos se reunió con Martín y el doble. —Juana estaba en la mansión de Valeria esta noche. Observó toda la cena desde lejos —dijo Martín, preocupado. Luis Carlos se frotó las sienes, consciente de la nueva complicación. —Eso significa que nuestras sospechas han aumentado. Juana es astuta. Si ella sospecha algo, no se detendrá hasta descubrir la verdad. —Debemos asegurarnos de que el doble esté completamente preparado para cualquier eventualidad. No podemos permitir que Juana descubra la verdad —respondió Martín, su tono decidido. Luis Carlos asintió, sabiendo que el tiempo se estaba agotando. —Haremos lo necesario para protegernos. Pero también necesitamos una estrategia a largo plazo. Juana y Valeria no se detendrán hasta que encuentren lo que buscan. Debemos adelantarnos a sus movimientos. De vuelta en la mansión de Valeria, Juana y Valeria seguían discutiendo sus próximos pasos. —Voy a seguir investigando. Si hay alguna inconsistencia, la encontraré —dijo Valeria, su voz determinada. Juana asintió, satisfecha con el plan. —Hazlo, querida. Y recuerda, siempre debes estar un paso adelante. No podemos permitir que esta situación nos debilite. En los días siguientes, Valeria se dedicó a investigar a Gabriel y sus movimientos. Mientras tanto, Juana comenzó a buscar más información sobre Luis Carlos y su posible conexión con Gabriel. Luis Carlos, consciente de que el cerco se cerraba, reforzó su plan. Sabía que cada día se volvía más complicado mantener su doble vida, pero estaba decidido a proteger a Lilith y a sus seres queridos a cualquier costo. La tensión seguía aumentando, con cada personaje moviendo sus piezas en este intrincado juego de poder y traiciones. Las próximas semanas serían cruciales, y solo el más astuto saldría victorioso.
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