Quiero conocerla

1255 Words
En la residencia de los Melendez: Valeria había decidido organizar una reunión familiar con la esperanza de acercar a su hermano Roberto y a su prometido Luis Carlos. La cena estaba preparada con esmero, y la mesa estaba elegantemente decorada. —Estoy tan contenta de que finalmente podamos tener esta reunión —dijo Valeria, sonriendo ampliamente mientras se sentaba a la mesa—. Roberto, Luis Carlos, espero que esta cena nos ayude a conocernos mejor y a fortalecer nuestros lazos. Luis Carlos (Gabriel) asintió cortésmente, mientras Roberto observaba la situación con una sonrisa enigmática. —Es un placer estar aquí, Valeria —dijo Luis Carlos, intentando mantener la compostura—. Agradezco la oportunidad de conocerte mejor, Roberto. Roberto, con su usual confianza, se inclinó hacia adelante y miró directamente a Luis Carlos. —Luis Carlos, hay algo que me intriga —dijo Roberto, su voz cargada de curiosidad—. He oído rumores de que estás protegiendo a Lilith González. ¿Es cierto eso? Valeria, que hasta ese momento estaba disfrutando de la velada, se quedó helada al escuchar el nombre de Lilith. —¿Lilith González? —preguntó Valeria, girándose hacia Luis Carlos—. ¿Quién es ella? Luis Carlos se mantuvo calmado, aunque sintió la presión de la situación. Sabía que tenía que manejar la respuesta con cuidado. —Lilith González es simplemente una socia comercial —respondió Luis Carlos, mirando a Valeria con firmeza—. He estado trabajando con ella en algunos proyectos. Nada más. Roberto no parecía satisfecho con la respuesta y presionó más. —¿Solo una socia comercial? —replicó Roberto, su tono desafiante—. Me parece extraño que dediques tanto esfuerzo y recursos a alguien que es solo una socia comercial. Valeria, aún sorprendida, intentó calmar la situación. —Roberto, estoy segura de que Luis Carlos tiene sus razones. Tal vez deberíamos centrarnos en disfrutar de la cena —dijo, intentando desviar la conversación. Luis Carlos agradeció el intento de Valeria por cambiar de tema, pero sabía que debía manejar a Roberto con cuidado. —Roberto, como bien sabes, en el mundo de los negocios, las alianzas estratégicas son esenciales. Lilith es una empresaria capaz y trabajar con ella ha sido beneficioso para nuestros intereses —dijo Luis Carlos, con voz tranquila—. No hay nada más que eso. Roberto lo miró con escepticismo, pero decidió dejar el tema por el momento. La cena continuó con una tensión palpable en el aire, mientras Valeria intentaba mantener una conversación amigable. Más tarde esa noche, después de la cena: Luis Carlos se retiró a su habitación, sabiendo que la situación se estaba complicando. Valeria lo siguió, queriendo obtener más respuestas. —Luis Carlos, dime la verdad —dijo Valeria, cerrando la puerta detrás de ella—. ¿Hay algo más entre tú y Lilith? Luis Carlos la miró con seriedad. —Valeria, te he dicho la verdad. Lilith es solo una socia comercial. No hay nada más entre nosotros —respondió, intentando tranquilizarla. Valeria suspiró, aunque no parecía completamente convencida. —Está bien, te creo. Solo espero que puedas confiar en mí lo suficiente como para ser honesto siempre —dijo Valeria, con una sonrisa forzada. Luis Carlos asintió, sintiendo el peso de las mentiras y las verdades a medias que tenía que mantener. Mientras tanto, en la residencia de los González: Juana se enteró de la reunión entre Luis Carlos y Roberto, y una idea comenzó a formarse en su mente. Sabía que debía actuar con cautela, pero también sabía que necesitaba mantener su influencia y poder. Annabella, al tanto de los movimientos de su abuela, también estaba planeando su próximo paso con Roberto. Sabía que su relación con él era una carta importante en el juego de poder entre las familias. En la residencia de los Melendez: Valeria se reunió con su hermano Roberto en el estudio privado de la mansión. La conversación de la cena aún pesaba en su mente, y sabía que debía obtener más información sobre Lilith González. —Roberto, necesito que me cuentes todo lo que sabes sobre Lilith —dijo Valeria, con un tono serio. Roberto, aunque algo sorprendido por la solicitud, se acomodó en su silla y empezó a hablar. —Lilith González es una empresaria talentosa, pero su familia ha tenido problemas últimamente. Estaba casada con Gabriel, un hombre que realmente no tiene mucho peso en el mundo empresarial. Sin embargo, desde que ha empezado a trabajar con el Grupo García, ha tenido cierto respaldo —explicó Roberto, mientras observaba la reacción de su hermana. Valeria asintió, procesando la información. —Quiero conocerla personalmente. Creo que sería bueno entender más sobre su relación con Luis Carlos y por qué él está tan interesado en protegerla —dijo Valeria, con determinación. Roberto sonrió, viendo una oportunidad. —No necesitas tanta formalidad para eso. Lilith no es de una familia importante. Podemos organizar algo más informal. Además, te confieso que me ha interesado desde la primera vez que la vi. Aunque esté casada con un inútil como Gabriel, creo que podría tener algo con ella —dijo Roberto, con un brillo en los ojos. Valeria frunció el ceño, no totalmente de acuerdo con la actitud de su hermano. —Roberto, esto no se trata solo de tu interés personal. Quiero entender mejor la situación con Luis Carlos y proteger nuestra familia —dijo Valeria, con firmeza. Roberto levantó las manos en señal de rendición. —De acuerdo, de acuerdo. Lo haré por ti, hermana. Organizaré una reunión con Lilith. Pero no te sorprendas si aprovecho la oportunidad para acercarme a ella —dijo Roberto, con una sonrisa astuta. Valeria asintió, satisfecha por el momento. —Gracias, Roberto. Espero que podamos resolver esto de la mejor manera posible —dijo Valeria, antes de salir del estudio. Mientras tanto, en la oficina de Lilith: Lilith estaba revisando algunos documentos cuando recibió un mensaje de Roberto Melendez, proponiendo una reunión informal para discutir posibles colaboraciones. La oferta la tomó por sorpresa, pero decidió aceptar, viendo una oportunidad para expandir sus conexiones. Días después, en la reunión informal: Lilith llegó al lugar acordado, un elegante restaurante, donde Roberto ya la esperaba. —Lilith, me alegra que hayas aceptado mi invitación —dijo Roberto, levantándose para saludarla. —Gracias por invitarme, Roberto. Estoy interesada en saber qué tienes en mente —respondió Lilith, con una sonrisa profesional. Mientras la conversación avanzaba, Roberto intentó impresionar a Lilith con su conocimiento y sus ofertas de colaboración. Sin embargo, Lilith mantenía su guardia alta, consciente de que Roberto podría tener motivos ocultos. En la oficina de Lilith: Después de la reunión con Roberto, Lilith se sentía inquieta. No podía sacudirse la sensación de que algo más estaba sucediendo detrás de escena. Decidió hablar con Gabriel sobre sus sospechas y las nuevas conexiones que estaba haciendo. —Gabriel, he estado pensando en la reunión con Roberto Melendez. Algo no me cuadra. Siento que hay más de lo que me están diciendo —dijo Lilith, preocupada. Gabriel la escuchó atentamente, consciente de las complicaciones que podrían surgir de esta nueva interacción. —Lilith, debemos ser cautelosos. Mantén tus aliados cerca y sigue adelante con tus planes. Yo me aseguraré de que nada te afecte negativamente —dijo Gabriel, con determinación. Mientras tanto, Valeria y Roberto continuaban sus propios planes, cada uno con sus propias intenciones y secretos. La intriga y las tensiones seguían aumentando, con todos los personajes jugando un peligroso juego de poder y control.
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