Soy la amante del prometido de mi hija

Las sospechas de Carlos

Samuel y katrina, se encontraban acompañando a Ámbar mientras entregaban el cuerpo de Gustavo. Ella se veía realmente muy afectada por su partida, al final le había dado un paro respiratorio que esta vez no pudo librar ya que su cuerpo se encontraba demasiado débil en vista de lo avanzada de su enfermedad.

Para todos fue una gran sorpresa el ver llegar a Miranda del brazo de Carlos, pero especialmente para Katrina y Samuel,los cuales se quedaron totalmente impresionados al verlo de pie. Ella en un impulso lleno de emoción al ver a su padre caminando, salió corriendo y lo abrazó.

— ¡Papá! ¡Papito! ¿Pero cómo es posible que estés de pie? ¿Qué es esto? La verdad es que no entiendo cómo es posible que haya sucedido algo así si tú apenas ayer estabas en silla de ruedas.

— Hijita querida, no sabes cuántas ganas tenía de poder abrazarte y por fin decirte que estoy recuperado por completo.

— ¿Pero cómo es posible? ¡Ya estás hablando! ¡No puede ser! ¿Pero me pueden explicar cómo es que de un día para otro mi padre está en perfecto estado?

Samuel no salía de la impresión al verlo al lado de Miranda, mientras que ella se mantenía callada y con una expresión de coraje e impotencia ya que no podía hacer nada en vista de que Carlos la tenía entre la espada y la pared. Solo bastaba que él moviera un dedo para hundirla por completo y acabar con su vida definitivamente.

— ¿Pero mamá te vas a quedar callada? ¿Por qué no me dijiste que papá ya estaba recuperado?

— Porque yo al igual que tú me acabo de enterar. Tu padre durante todo este tiempo nos ocultó que estaba recibiendo terapia y al parecer la única que estaba enterada de todo es Sandra su enfermera.

La noticia había causado tanto revuelo que por un momento se olvidaron del motivo por el cual se encontraban allí en la clínica.

— Bueno ya tendremos tiempo de hablar y te podré explicar con más calma cómo es que estoy recuperado por completo, además quería darles una sorpresa, especialmente a tu madre que estoy muy seguro de que estaba deseosa de verme totalmente sano.

Samuel temblaba de los nervios, se sentía incómodo con la presencia de Carlos, no sabía qué iba a pasar entre él y Miranda ahora que él se encontraba recuperado y con ganas de querer salvar su matrimonio, tenía sentimientos encontrados, por un lado sentía dolor de haber perdido a su padre sabiendo que se había ido de este mundo sin poderle pedir perdón. Y por otra parte sentía impotencia al ver a Miranda al lado de su esposo, era una mezcla de sentimientos que no podía explicar, además de no saber realmente lo que estaba sintiendo por Katrina después de haber estado con ella.

Carlos miró a Samuel de una forma desafiante, aunque este no estaba enterado de que ya él sabía toda la verdad. Sin embargo, Carlos se propuso a que tenía que hacerle pagar en carne propia el haberse metido con su esposa y haber engañado a su hija, por lo tanto no tenía pensado descubrir toda la verdad, al menos por los momentos, ya que tenía pensado hacer sufrir tanto a Miranda como a Samuel para que pagaran por todo el daño que estaban haciendo.

Carlos se acercó a Samuel caminando aún con mucha dificultad y apoyado con su bastón pero con pasos muy firmes. Le extendió su mano que aún estaba un poco temblorosa y lo miró a los ojos fijamente mientras fingía ser amable:

— Samuel, lamento mucho lo del fallecimiento de tu padre, mi esposa Miranda y yo estamos aquí para apoyarte a ti y a tu madre. ¿No es así cariño?

Miranda respiró profundo y luego contestó entre los dientes:

— Lo siento mucho Samuel, la verdad es que no esperaba que tu padre se fuera tan pronto.

— Gracias señora Miranda.

Carlos al ver el cinismo por parte de ambos, no pudo aguantar decir con sarcasmo:

— ¡Caramba! Pero cuánta formalidad hay entre ustedes, ahora somos una familia y deberías tutear a Miranda porque ella ahora es como tu segunda madre. ¿No es así mi cielo?

En medio de todo el dolor y la tensión que había en el ambiente, Katrina era la más ingenua en todo lo que estaba pasando, ella solo estaba contenta de ver a su padre recuperado y además al lado de su madre, que al final era lo que siempre había deseado desde que era una niña, verlos unidos nuevamente.

— Bueno en realidad a pesar del dolor de haber perdido a mi suegro, me da mucho gusto de que ustedes se hayan reconciliado y que papá ya esté recuperado, ahora sí vamos a hacer una familia completa. ¿Verdad Samuel? ¿No te parece maravilloso que mis padres estén juntos nuevamente?

Samuel palideció y sintió que un frío corría por todo su cuerpo, era demasiado para él tener que soportar una situación tan incómoda como esa. No pudo responder el comentario de Katrina, sentía que ya no podía aguantar más la presencia de Carlos al lado de Miranda, así que no le quedó más remedio que retirarse de allí con una excusa.

— Con permiso, voy a averiguar sí ya van a entregar el cuerpo de papá para llevarlo a la funeraria.

Carlos al ver el nerviosismo de Samuel hasta el punto de no poder aguantar permanecer un minuto más allí, solo hizo un comentario que tan solo Miranda sabía que era una ironía con toda la mala intención de su parte:

— ¡Pobre muchacho! Tener que perder a su padre justo un día después de su boda, es comprensible que se encuentre tan nervioso. ¿No te parece amorcito?

— Creo que voy a regresar a casa no me siento bien.

— ¿A casa? ¿Pero cómo es posible que pienses regresar a casa y dejar a tu hija con todo este dolor por el que están pasando? Además no nos hemos acercado a la madre de Samuel para darle nuestros respetos.

— No me siento bien Carlos y la verdad es que…

En ese momento Miranda salió corriendo en busca de un baño ya que le habían dado ganas de vomitar, todo el estrés por el que estaba pasando de alguna manera le estaba afectando aún más en vista de su estado de gravidez.

Carlos se quedó un poco extrañado al ver la actitud por parte de ella, sin embargo en el momento no sospechó lo que estaba pasando realmente, porque todo lo atribuyó a su estado anímico y a la presión que él mismo estaba ejerciendo en ella.

sin embargo Katrina hizo un comentario que lo dejó pensando y que de ser cierto las cosas se pondrían color de hormiga para Miranda.

— Mamá debería ir al médico.

— ¿Por qué lo dices hijita?

— Porque últimamente se la pasa con mareos y náuseas, de hecho en mi boda se sintió mal y tuvo Samuel que llevarla a que descansara a la habitación de huéspedes. Prácticamente no disfrutó de la fiesta. Si no fuera por la edad de mamá, me atrevería a decir que está embarazada jajaja. Pero claro, eso es imposible porque lo más seguro es que esos síntomas sean de menopausia.

Carlos se quedó en shock mientras pensaba en silencio:

“¿Miranda embarazada? ¡No eso no puede ser posible! Es que de tan solo pensarlo sería aberrante que estuviera esperando un hijo del esposo de nuestra hija. “

— ¡Papá! ¡Papá! ¿Qué te pasa que te has quedado tan pensativo? No me digas que te impresionó que mamá pueda tener la menopausia.

— No hijita, no se trata de eso, solo que me quedé pensando en el pobre Samuel ahora que va a estar sin su padre. Creo que yo estaría dispuesto a brindarle todo mi apoyo al pobrecito.

Carlos estaba furioso a pesar de no tener la certeza de lo que se estaba imaginando, pero de lo que sí estaba muy seguro era de querer destruir tanto a Miranda como a Samuel.

(…)