La coincidencia

1304 Words
Tuve un cambio de planes, al llegar a casa mi madre me recibió con una bofetada y de no ser por Peter terminan siendo muchas más, ella me acusaba de haber dejado que se llevaran a mi hermana, algo que evidentemente me cayo como balde de agua fría, pues no tenia conocimiento de que aquello había pasado, yo me mantuve en silencio hasta que mi padre salió del despacho diciendo que la salvación ahora era que yo me casara con el viejo que tenían escogido para mí, algo que evidentemente me descoloco y al cual me negué rotundamente, pero con eso las cosas no se quedaron así, ahora era mi padre quien me gritaba a viva voz que debía hacerlo, que se los debía porque siempre me dieron todo, y que mi obligación como hija era ayudarles. Deje que siguiera hablando, dijo que justo esta misma noche me presentarían a mi futuro esposo, y que en una semana me casaba, pues el hombre se encontraba desesperado por una esposa. Me dio repulsión pensar en aquello, pues en mi mente estaba tener un amor bonito con alguien a quien yo amaba, y que me amara también, pero había venido de tumbo en tumbo. Decidí ir a mi habitación con la fiel convicción de que me iría de esa casa en ese mismo día, no soportare todo lo que me quieren imponer, ni mucho menos hacerme casar con un hombre asqueroso que me ve como un trozo de carne que aprovechar. Tengo una buena amiga que vive en Estados Unidos con su hermano, ellos siempre me han dicho que cuando desee puedo ir a su casa, que seré bien recibida, esto marca como una emergencia, ahora solo debo ver que haya vuelos y poder irme lo más rápido, tengo algunos ahorros y puedo hacer uso de ellos cuando desee. Unos toques en mi puerta me hicieron volver a la realidad, era mi hermano Peter, me vino a contar que escucho una conversación de mi padre con el hombre con el que me quieren casar y que no se encuentra en el país, que no llegará hasta pasadas dos semanas, que no hay necesidad de hacer cena de compromiso que cuando él llegue a la ciudad se llevará a cabo el matrimonio. Mi hermano sabe de mis deseos de huir, me quería ir donde mis abuelos, pero ahora sé que me buscaran allá inicialmente si es que me marcho, así es que mejor me voy donde mis amigos, y fue exactamente lo que le comenté a mi hermano, estuvo de acuerdo en ayudarme con todo lo que estuviera a su alcance, pero para mi sorpresa él decidió acompañarme, no me dejaría sola en toda mi travesía. […] Una semana después… Hoy pienso que la suerte está de mi lado, a mis padres lo invitaron a pasar un fin de semana a un chalet, y nos dejaron en casa a Peter y a mi pues mi otro hermano estaba en la empresa y en las noches se las pasaba con su recién estrenada novia que realmente no se de donde la saco, pero lo que si me tiene más que segura es que mis padres no la aceptaran, ella es demasiado sencilla para el gusto de ellos. Peter y yo tenemos las cosas listas, las fuimos sacando poco a poco y las dejamos en la casa de una de las amigas de él, que de un inicio pensé que era su novia, pero la chica resulto tener gustos diferentes, a ella se le dan las personas de su mismo sexo, y fue cuando me entere que mi hermano libraba una lucha por que los demás no se enteraran de sus particulares gustos, hable con el y le dije que conmigo se podía sentir libre, que no tenia que ocultarme nada que siempre lo apoyare. Con todas las cosas listas, el vuelo para una hora especifica, mi corazón estaba palpitando como loco, sentía que se saldría de mi caja toráxica, no sabia a que se debía semejante cosa hasta que lo vi, vestido con ropa casual, muy diferente a la noche en que nos conocimos, acompañado de otro hombre igual de guapo que él, y justamente me llamo la atención que aquel hombre no quitaba la mirada de Peter y este se encontraba sonrojado, lo que hizo que el hombre que conocí esa noche me mirara, nuestras miradas se encontraron y juraría que de no ser por lo que me dijo aquella vez, hasta le sonreía, pero no, me limite a virar la cara, en ese preciso instante llamaron de nuestro vuelo y sin más recogimos nuestra maleta de mano y nos marchamos. Alejandro Las cosas en casa estaban normales, había una aparente calma, mi madre me dijo que mi padre estaba un tanto disgustado conmigo por lo de aquella noche pero que según ella pronto se le pasaría, así que me quede tranquilo, lo único en mente era que debía viajar a Estados Unidos por lo que revisaría de las empresas allá, pero gracias a Dios no lo haría solo sino que Abel me acompañaría, el hombre ha estado un poco bajoneado pues tuvo una mala pasada con la personas con la que salía y pues decidió darse un tiempo en esas cuestiones. Hoy me entere que mi padre compro la editorial en la que yo publico mis libros, el no sabe que yo trabajo bajo un seudónimo y que tengo un publico ganado, el piensa que apoyo a los escritores y que me encanta leer, no sé de dónde saca esas cosas, pero evidentemente es de la falta de atención que siempre ha tenido para conmigo. Me llamo a su despacho para decirme que ha hecho correcciones a su testamento, y que entre esos está que tanto como Abel y yo manejaremos el Conglomerado, pero que en mi caso por ser su hijo único tendré una fecha límite para estar legalmente casado, y así el día que el deje este mundo mi madre no estará sola, sino que tendrá nietos de compañía. Todo lo que me dijo me dejo fuera de base, en primera pues no esta enfermo para decir que mi madre necesita compañía de nietos, y en segunda porque debe condicionarme para estar casado, no tengo la intensión de casarme aun, y menos si es otra arpía como Paula, que espero que de verdad esté pasando su vida de lo mejor y no vuelva a fastidiarme. […] Me tengo que ir ya, resulta que por cuestiones de reparaciones aeronáuticas nos toca irnos en un vuelo comercial, Abel a conseguido unos buenos asientos en primera clase, así que ahora nos dirigimos a el aeropuerto, una vez allí centro mi vista en todas las cosas que de verdad me pierdo en las ocasiones en las que viajo en el jet privado, y pues cada una de las imágenes que logro grabar en mi mente me sirven de inspiración para poder escribir, miro todo hasta que noto que Abel mira a alguien con intensidad y este se sonrojo en respuesta, pero al mirar un poco más a la derecha del tipo noto a la mujer que no ha abandonado mis pensamientos estos últimos días, quien a sido inclusive causante de algunas otras cosas, ella me mira por breves instantes y luego de eso vira la cara con evidente molestia, cuando decido decirle a Abel que nos acerquemos a ellos, llaman para abordar y son precisamente ellos lo que vienen hacia nuestra dirección pues tal parece que seremos compañeros de viaje. Mi vena loca se activa en ese momento, halo a Abel y le digo que necesito un favor inmenso, el ya sabe todo lo de aquel día, así que va donde la persona que emite los pases de abordaje y habla con ella consiguiendo lo que yo deseaba.
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