Pía Y cuando creí que nada podía ser diferente, me hacen ver que hay un cambio en nuestros asientos, evidentemente me preocupé pues nuestra meta era pasar desapercibidos, aunque, a decir verdad, con las miradas que nos pegaron ese par de hombres a mi hermano y a mí no me dejo para nada satisfecha, tan solo espero que nadie allá descubierto lo que planeamos hacer. La de la mala suerte…esa debería ser yo, o en este caso mi hermano y yo, aunque a pesar de que no me lo confiese se ve que va feliz a donde lo trasladan, ya que nos dieron asientos en primera clase, supuestamente que fue un cambio por parte del piloto, algo que no me lo creo, quien en su sano juicio cambia los asientos así por así, asumo que mucho tuvo que ver el guapo hombre y su acompañante. […] -Pía verdad? – hablo Alejandr