Luka había llegado al aeropuerto de acuerdo a lo planeado. Su jet privado lo estaba esperando listo para salir en el momento en que él lo decidiera. Había dicho que saldría de vacaciones, aunque lo cierto era que lo que menos le apetecía era ver a su familia. Por fortuna los negocios lo llamaban. No pudo evitar sentir un remordimiento de conciencia al no decirle a Solange que el almacén se renovaba de productos nuevos para la comida cada seis meses. Le había dicho que no había nada de comer y ella lo había creído. Aunque María llegaría al día siguiente con una enorme despensa donde se estaba renovando especias y otros productos. Habría comida para alimentar a todo un batallón sin problemas. Sin embargo; quería que Solange escarmentara un poco por haber escapado de esa manera y haberlo