Luka abandonó el auto sin importarle el tráfico, por suerte Armando era quien conducía por lo que poco le importó las personas furiosas que tenían que ir a su casa en esos momentos. En ese momento estaba furioso al tener que actuar de esa manera, odiaba correr detrás de una mujer, nunca había tenido la necesidad de hacerlo, y en ese momento estaba corriendo detrás de Solange por esa actitud coqueta que había tomado sobre Ricardo. Las cosas que le había dicho hace unos minutos no habían hecho otra cosa salvo despertar aún más su furia.
—¡Solange te estoy hablando maldita sea! —gritó Luka echando casi a correr detrás de ella— ¡Hazme caso! ¡Detente!
Solange siguió caminando a un ritmo donde casi trotaba, sin embargo; logró mantener la calma. Llegó a una parada de autobuses colectivos. Sin
