No quiero alejarme de ti

973 Words
Mi cabeza siente que está a punto de estallar y no solamente por el hecho de que tengo una resaca de los mil demonios. El cuerpo glorioso de Inuyasha está en todo su esplendor. Esto no puede pasar, ¿por qué a mí? Esto no estaba en mis malditos planes de venganza. Maldigo el segundo donde él me convenció de beber, si se porque lo hice. Tal vez y solo tal vez fue el hecho de que me sintiera deprimida porque, aunque muestro ese caparazón de dureza y mal genio, solo soy una chica cuya familia la mataron cuando solo era una pequeña adolescente. Inuyasha puede ser mi peor enemigo, sé que quiero destruir a su familia como ellos destruyeron la mía, sé que quiero la sangre de los Taisho en mis manos. Ojo por ojo y diente por diente. Ese refrán me queda a la perfección. Me levanto y enrollo mi cuerpo en una sábana que cubre mi desnudez. Aún no puedo creer que tuve relaciones con él. Mierda, mi cuerpo está sucio. Entro a la ducha donde dejo el agua caer mojando mi cuerpo. Mi cabello azabache se pega de mi cuerpo debido al ser mojado. Quiero destruirlos, quiero borrar sus huellas de mi cuerpo. Me enjabono con dureza. Queriendo arrancarme la piel, queriendo quitar toda marca del enemigo de mí. Lágrimas impotentes bajan por mis ojos y se confunden con el agua artificial que cae sobre mi cuerpo. Cuando mi piel duele ya y está roja paro. Solo se escucha el sonido del agua caer. Solo quiero que esto acabe para así reunirme con mi familia. Solo quiero a mi madre conmigo, quiero a mi hermano abrazarme, a mi abuelo molestarme. Quiero a mi familia. No detengo las lágrimas cuando salen una vez más de mis ojos y mucho menos los sollozos que las acompañan. Quiero ser libre algún día, volver a sonreírle a la vida... Volver a ser yo. —Kagome—la voz de Inuyasha al otro lado de la puerta se escucha tan clara y me devuelve a la realidad. Me levanto y seco mis lágrimas, aunque el agua sigue mojando mi cara. —¿Si?—pregunto tratando de sonar calmada. —¿Estás bien?—pregunta y se escucha hasta creo que preocupado. —Sí, estoy perfecta—respondo. —Necesito hablar contigo—sé de lo que hablaremos—cuando termines me avisas—y siento sus pasos alejarse. Salgo del baño a la habitación y me coloco mi ropa interior, unos vaqueros y una blusa color azul. Amarro mi cabello en una coleta y maquillo mi cara. Salgo a paso decidido hasta la cocina donde Inuyasha se encuentra solo en bóxer. Su cuerpo tonificado está a toda la merced de mi vista. —Buenos días—saludo con normalidad sentándome en uno de los taburetes del desayunador. —Buenos días Kagome—los ojos de Inuyasha quedan fijos en los míos y aunque lo niegue estoy muy nerviosa. —¿De qué querías hablar?—pregunto mientras me levanto a buscar algo que beber, mi garganta está seca. —De lo qué pasó anoche—responde él y yo asiento. —¿Qué pasó anoche?—pregunto haciéndome la que no sabe nada. —Sabes muy bien que hicimos el amor—quisiera decirle "tuvimos sexo idiota" pero menos me quedo callada y evito más líos de los que ya tengo. —Y me siento culpable—digo mientras lágrimas falsas bajan de mis ojos. —¿De qué?—él se acerca a mi y me abraza. —Eres un hombre comprometido, pero me he enamorado de ti como una tonta Inuyasha. Me siento culpable de sentir esto por ti aun sabiendo que amas a esa mujer que te traicionó. Te quiero Inuyasha—susurro doliéndome decir cada mentira que sale de mis labios. —Kagome—sus ojos están fuera de órbita. —Tengo que irme—me levanto del taburete, pero sus brazos toman los míos y me da la vuelta quedando yo frente a él. —¿A dónde crees que vas a escapar?—susurra cerca de mis labios. Aunque me niegue aceptarlo, me gustan muchos los besos de Inuyasha. —Lejos de todo lo que me hace daño—susurro sosteniéndole la mirada. —¿Yo te hago daño?—pregunta mientras se moja sus carnosos labios con su tentadora lengua. —Si—susurro—jamás seré amante de nadie y mucho menos de ti, aléjate de mí—veo en sus ojos una batalla. —No quiero—me abraza y huele mi pelo—no quiero alejarme de ti Kagome—murmura. Yo sí quiero idiota, aléjate de mí maldito asesino. —No voy a ser tu amante Inuyasha, yo merezco más que eso—sus ojos me miran. —Tú me encantas Kagome—dice él y sonrío. —Y tú a mi Inu—él sonríe. —Cásate conmigo—dice y mis ojos se abren de sorpresa. Jamás espere esto. Pensaba convertirme en su esposa para matarlos a todos, pero Inuyasha me está haciendo todo tan fácil. Él es tan iluso que me hace reír. —¿De verdad?—pregunto en modo sosa y estúpida—¿no estás jugando conmigo?—pregunto mientras lo miro a los ojos. —Jamás he anhelado tanto algo como el tu ser mi esposa—sonrío y lo abrazo. —Acepto Inuyasha—beso sus labios sintiendo asco y gustándome a la vez. —Te quiero Kag—confiesa. —¿No es precipitado?—pregunto. —¿Para nuestro amor?—pregunta riendo—jamás lo será—concluye. Lo que te espera a ti y a tu familia idiota. Acabas de firmar tu sentencia de muerte, ya no hay marcha atrás.
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