Mi amor es para ambos

1434 Words
Lo miro tratando de descifrar la mirada que le manda Inuyasha a mi cuerpo. ¿Qué diablos busca el aquí?, ¿acaso me sigue? Las preguntas se disparan por si solas y solo busco en mi mente una mentira que me saque de este problema. Él me mira impaciente y yo solo le sonrío de manera dulce para que se ablande y ganar tiempo. Todavía no es el momento para que Shippo haga su aparición en la vida de los Taisho y de sus hermanas. Todavía no es tiempo. Pero sé Inuyasha lo investigará y tendrá a información más detallada y más a fondo por lo que es mejor que yo le diga. —Sigo esperando una respuesta—habla mientras yo solo lo miro con inquietud. —Yo...tengo un hijo—murmuro mientras la chica detrás del escritorio se come con los ojos a Inuyasha y escucha atenta la conversación. —¿Por qué hasta ahora me entero?—pregunta muy enojado. No recordaba a Inuyasha molesto. Tal vez porque jamás viste a Inuyasha molesto de verdad. —Busco a el niño y luego te explico ¿si?—él me observa en silencio para luego acceder. —Como quieras—responde el sin quitar sus ojos de mí. —Señorita, ahora lo traen—asiento y espero impaciente que traigan al niño. —Inuyasha—la voz de una chica me hace mirarla, arqueo una ceja—aquí está tu hermana—murmura ella enseñando una parte de su escote, ¡zorra! —Muchas gracias Erik, me da gusto verte, hace mucho que no pasaba por estos lados—comenta con una sonrisa que le quiero quitar. ¡Odio a la fulana llamada Erik! Siento la sangre hervir y ganas de estrangularla. —Descuida Inuyasha. Estas más guapo ahora—comenta melosa mientras toca su brazo—eres un hombre muy guapo—coquetea frente a mis ojos. —Muy guapo y tú muy linda, pero si no te alejas en este instante de él, ¿sabes qué pasa?—pregunto acercando me—te quedas sin una hebra de cabello—termino. —¿Tú quién eres?—pregunta molesta e indignada. —Su prometida, así que quita tus curiosas manos de los orificios de mi hombre—parezco fiera, pero no me importa, esa resbalosa no lo toca, ¡no señor! —Inuyasha, me despido, adiós—se acerca y planta un beso en su mejilla y se larga contorneando sus caderas. —Una foto de su trasero duraría más—comento e Inuyasha suelta una carcajada—¿de qué te ríes imbécil?—vocifero molesta y sintiendo como si un demonio me dominara porque solo tengo pensamientos para nada lindos de lo que podría hacerle a la fulana esa. ¡Resbalosa! —¿Celosa?—pregunta mientras se acerca e inmediatamente mi respiración se vuelve irregular—¿señorita Higurashi?—los vellos se me erizan a consecuencia de su voz en mi oreja. —Para nada—respondo con todo el autocontrol que me queda. —¿Entonces por qué la escena de hace rato?—pregunta sin separarse de mi oído. Lame disimuladamente el lóbulo de mi oreja y un jadeo se me escapa a lo bajo. —Y-Yo, no hi-hice—maldición no puedo concentrarme mientras el prácticamente me come la oreja—ninguna escena—respondo más calmada al él alejarse. —¿Pero si estabas celosa?—pregunta en tono juguetón a lo que ruedo los ojos. —No estaba ni estoy celosa—apunto con mi dedo y luego miro a la chica que me estaba atendiendo comerse a Inuyasha. ¿Qué les pasa a todas las mujeres hoy?, ¿no tienes un marido que les resuelva o que se yo? —Te creeré—susurra en mi oído y nuevamente siento la piel erizarse y un corrientazo agradable. —Jódete—murmuro al notar su sarcasmo. —Quiero que tú lo hagas—ok, esta conversación está tomando otras riendas. —Aléjate morboso—digo riendo a lo que él se aparta sonriendo. Linda sonrisa. —Señorita—miro a joven "Te como guapo cuando quieras que me mira algo incómoda. —¿Si?—pregunto con una falsa sonrisa. —Mire el niño allí—doy vuelta y veo a Shippo salir muy contento a lo que sonrío en alegría. —¡Mamita!—grita y se lanza a mis brazos a lo cual lo recibo gustosa. —¿Cómo estás tesoro?—pregunto mientras beso sus cachetes. —¡Muy bien!—su energía me hace sentir bien. Es que Shippo es un gran niño. —Qué bueno, corazón—sonrío sin ser falsa, una sonrisa de esas naturales que no suelo dar. —Kagome—la voz de Inuyasha me hace volver a la realidad. Lo miro y veo que sus ojos brillan con algo extraño en ellos. Me quedo en silencio mientras me levanto y camino hasta él. —Inuyasha, te presento a mi hijo Shippo—los ojos de Inuyasha escanean totalmente al pequeño que toma mis brazos en estos momentos—Shippo, te presento a Inuyasha... mi prometido—Shippo sonríe de forma extraña. —No, me caes bien—mi boca se abre ligeramente ante el comportamiento desconocido para mí de Shippo. —¿Por qué pequeñín?—pregunta Inuyasha extrañado—no te he hecho nada—comenta confuso. —Te quieres robar a mi mamita—abraza mis piernas y yo solo sonrío. Es tan inocente y tierno. —Mi amor es para ambos—comento divertida. —Pero más para mí, ¿verdad mami?—pregunta con ojitos soñadores. —Claro que si—beso su mejilla y miro a Inuyasha. —¿Nos vamos?—pregunto caminando. —Vamos al parque que queda cerca para hablar—su tono serio hace que suspire y asienta en aprobación a sus palabras. Camino con Shippo hasta el coche donde me subo y conduzco hasta el lindo y fresco parque. Shippo corriendo se pierde entre las atracciones infantiles de este. Mi siento en un banco y repaso todo. Tengo que casarme con Inuyasha lo antes posible. Estoy comenzando a sentir cosas por el que no debería de sentir y eso me está confundiendo la mente de manera sorprendente. Si no lo logro puede que todos mis planes se vengan abajo y no me puedo permitir eso, eso jamás lo haré. —Estás muy pensativa—la voz del ser atormenta mis pensamientos me hace volver a la realidad. —Siempre hay que pensar las cosas—me encojo de hombros restándole importancia a la situación. —Ahora me explicas por qué no sabía que tenías un hijo—suspiro. —Shippo es mi hijo adoptivo—susurro mirando como corre junto a la hermana de Inuyasha. —¿Adoptivo?—me mira sorprendido. —Si—respondo—fui a un orfanato a buscar información de algo y lo vi allí tan solo que no pude hacer más que hacer el papeleo para que sea mi hijo—él sonríe. —Eres una gran mujer Kagome—me sonrojo por su comentario. —Gracias—murmuro tímida. —¿Por qué lo ocultaste?—pregunta confundido. —Porque pensé que no me querrías si te lo mostraba—confieso esa mentira—lo siento, tenía miedo—él sonríe y me atrae a sus brazos. —Jamás, te amo demasiado como para que eso pase—asiento feliz de estar en sus brazos. —Te quiero mucho—y por primera vez esas palabras las siento reales que me asustan. —Yo te amo hermosa—sonrío y me acurruco más. —Me quiero casar en un mes Inuyasha—miro sus ojos los cuales se agrandan por la sorpresa de mis palabras. —¿Eso quieres?—asiento—entonces en un mes nos casamos—hundo mi cara en su cuello dejando que su dulce aroma me embriague. Un mes... Después de pasar la tarde con Inuyasha, Shippo y Rin. Llegamos a casa donde Shippo entro corriendo para buscar a Sango y comentarle su día. —Kagome—Koga aparece y me mira. —¿Pasa algo?—pregunto extrañada. —Te buscan—murmura. —¿Quién?—pregunto dejando mi bolso en la mesa. —Yo, señorita Higurashi—la voz fuerte de un hombre me hace voltear. —¿Y usted es...? —Soy Naraku Taisho—se presenta—un placer conocerla—y besa mi mano.
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