When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Entonces el día que Wilson tuvo que viajar, sintió un trago amargo pasar. Se subió a ese avión queriendo quedarse, queriendo ir a buscarla, se habían dado cuenta que la mejor manera de no ser rastreados era llamando directamente de un celular desechable que tenía Wilson a la oficina de Ana, aunque en realidad estaba llamando a Camila. Todo aquel misterio y esa inocencia y castidad que envolvía la posibilidad de comunicarse con esa otra persona, era renovadora y refrescante para ambos, era como estar conectados sin poder estarlo. En realidad le estaban jugando sucio al destino, estaban haciendo lo que podían para estar juntos. Sentían que le hacían trampa a su mala suerte. —Mañana me voy. Camila no pudo responder aquello, no sabía si desde la distancia lograría seguir hablando con Wil