—Señora Flor, se lo pido, solo por esta noche. Le prometo que buscaré una guardería nocturna. La señora Flor era una vecina que cuidaba niños durante el día, y desde que Carolina había tenido que partir, era ella la encargada de Miguel, el problema que tenía ahora Camila era el dinero. Pues debía cancelar semanalmente el p**o por el cuidado de su pequeño y como los ahorros se los entregó en su totalidad a Carolina no tenía nada disponible para emergencias, su sueldo no alcanzaba para todo, era un buen sueldo, pero que su amiga viviera con ella, hacía todo más fácil y con menos gastos. —Sólo porque necesito que vayas a trabajar y me pagues lo de esta semana, Camila como esto es un turno de noche, te cobraré el extra. —Claro —aceptó la joven con pesar, pero así era la vida, no solo l