La música no sonaba, vibraba, era casi aturdidora pero sensual, llenaba los oídos de cualquiera que ingresara al lugar, era tan sensual que a Camila su cuerpo le jugó una mala pasada, sintió un calor extraño. La barra principal parecía un escenario, era una barra de cristal, totalmente transparente, todo lo que ella hiciera esa noche se vería desde cualquier ángulo del gran salón, se familiarizo con el lugar, ubico sus herramientas y negocio con sus compañeros de la noche, tendrían que trabajar juntos por horas y eso implicaba que tendrían que trabajar en armonía y los chicos al ver que ella era sería la única mujer entre ellos, le ofrecieron algo a lo que no pudo negarse. Sería ella la que serviría los tragos aquella noche, los cócteles y las peticiones de botellas u otros. Y los trago