—¿A qué se debe esta visita? —Tenemos que hablar, Camila. —¿Caro está todo bien? —Camila estaba realmente preocupada, su mejor amiga tenía un golpe en el rostro y eran las 3 de la mañana la hora en la que justamente debería estar bailando y quitándose la ropa para conseguir dinero, allá en aquel oscuro lugar llamado “cherry pie”. —No, nada lo está. Aquella mujer que conocía hacía poco más de un año, rompió en llanto, de una manera que Camila nunca había visto en ella, siempre se había mostrado tan valiente y tan fuerte, tan dura y tan inquebrantable que al verla así él partió el corazón. Había sido aquella chica de pelo casi anaranjado la que la había apoyado, acompañado en su parto y respaldado sin dudar, sin temer, desde el día cero en que la conoció, ella le había entregado amor