Guadalajara era una ciudad hermosa, de noche se podía admirar la belleza que no exista durante el día, pero muchos de los recuerdos de Julián de esa ciudad implicaban alcohol y mujeres, por lo que realmente no conocía la ciudad más allá de los hoteles que usualmente frecuentaba.
Después de un extenso camino, las luces de la ciudad comenzaron a iluminar y el ruido de los autos, de la música y de la gente transitando le hizo volver a la realidad. No tardo en llegar al lugar acordado en donde vería a Silvia, un hotel pequeño y sencillo donde podría descansar y tal vez ducharse, pero donde también planearían el siguiente paso. No estaba en sus planes que el cartel Xibalba estuviera implicado, aunque tenía sospechas de que su padre haría cualquier cosa para que él volviera si era necesario.
