—Supongo que no es de extrañarse, después de lo que le paso es normal que no te dijera nada—insistió Estela con una sonrisa de satisfacción al darse cuenta de que sus palabras si habían servido para despertar la curiosidad de Camila. —¿Qué le paso?—pregunto Camila. Estela camino hacia ella y le susurro al oído: —La mataron por acostarse con el hijo del jefe. ¿Qué crees que te pasara a ti que has hecho lo mismo? Estela se echó a reír al ver la expresión de Camila, se le había helado la sangre al imaginar aquella chica muerta. —No te preocupes—continuo, yendo hacia la puerta—no te harán nada a menos de que no me obedezcas en todo lo que te diga. —¿Qué se supone que debo hacer?—inquirió Camila temerosa. Estela la miro de arriba abajo y luego sonrió, Si algo disfrutaba de su trabajo era t