Cuando papá se llevó a mis hermanos, me sentí vacío. Fred y Mike también tuvieron que irse, así que pasé de estar con más de diez personas a estar solo. Bueno, solo no. Me quedé con un enfermero con pinta de jugador de rugby que no debía saber lo que era la delicadeza. Me ayudó a dar un corto paseo, y lo único que hacía era meterme prisa y decirme que anduviera más. Tal vez sea porque yo prefería una guapa enfermera a un mastodonte sin don de gentes, o a que Aidan se había ido y a una parte de mí eso le molestaba, pero reconozco que estaba de mal humor y que no se lo puse fácil al médico cuando vino a hacer una visita rutinaria antes de la cena. - ¿Te molesta la cicatriz? - Puede. - ¿Sientes náuseas? - Tal vez. - ¿Bebes suficiente agua? Ya sabes que tienes que beber mucho después de