Ally nunca fue del tipo de chica que se lanzara a los brazos de alguien más, sin embargo, aún le quedaba fuerza mental como para querer vengarse de la mejor manera.
En cuanto pudo tener lo que quería de Daven, no solo lo físico, pero también lo mental, se quedó un rato recostada junto a él en el diván dispuesto en su oficina.
Ella hacía bastante bien su papel de niña inocente y enamorada.
─Lo siento tanto, amor mío, la verdad no puedo vivir sin ti─ le hizo saber, acariciando su pecho.
─Allison... Todo habría sido mucho más sencillo si tan solo me escucharas─ insistió él, como si ella no le hubiera dedicado todo su tiempo y más, como si no fuer él quien se había cerrado a todo lo que tuviera que ver con las emociones.
─Lo importante es que ahora estamos aquí de nuevo, y quiero escuchar
