La misma noche
New York
Mustafá
Nunca he sido un hombre celoso, mucho menos un sujeto de perder los estribos, no solo por las enseñanzas de mi religión, sino por la posición que tengo al ser el príncipe de Emiratos Árabes Unidos, como tal mi padre siempre me recordaba que habrá gente que no comparta nuestras opiniones, que debo actuar a la altura y no dejarme afectar por sus comentarios, claro que es muy diferente escuchar a un imbécil hablar con malicia de la mujer que amo, entonces era lógico que perdiera la paciencia con cada palabra que repetía Julius, que terminó desatando la rabia, porque lo único que quiero es romperle la cara, incluso reconozco que me estoy cegando, pero es tarde para pensar, más bien necesito enseñarle a respetar a las mujeres.
Más cuando estoy por darle su merecido los chicos intervienen, Nadir me pide que me calme, incluso que suelte al imbécil de Julius, pero ver su sonrisa cínica me sigue descontrolando, incluso siento que es una forma de provocarme más, entonces le sigo gritando a su rostro, aunque soy sacado de mi mundo cuando Alessia sujeta mi brazo pidiéndome que no arruine la fiesta de Adamis.
–¡Mustafá mírame! Suelta a Julius, porque no vale la pena que golpees al idiota de mi compañero por más que se lo merezca, no te rebajes por favor– insiste haciéndome reaccionar.
–¡Alessia! Gracias por tu ayuda, pero no hacía falta que me insultes– reclama Julius.
–¡Cállate Julius! ¿O prefieres que te rompa la cara Mustafá? Da gracias que te ayudo– declara Alessia con su voz envuelta en malestar.
–Alessia voy a soltar a Julius, pero solo lo hago por ti, porque tu compañero es un imbécil que merece una buena paliza– aseguro para terminar soltando al idiota.
–¡Chicos! Olvidemos el incidente y sigamos celebrando, ¿Les parece? –interviene Nadir mientras el idiota se aleja en compañía de Desirée.
–Mustafá gracias por no dejarme sin compañero de baile, sobre todo me evitaste escuchar los reclamos de Rudolf, pues estoy segura que hubiera hecho un escándalo si su bailarín estrella aparece con el rostro lleno de moretones– explica.
–Alessia no debes agradecerme nada, al contrario, debería disculparme por el mal rato que te hice vivir. Perdóname por favor y déjame admirar lo hermosa que te ves con el vestido de odalisca– repito mientras la giro en su propio eje con una de mis manos para terminar pegándola a mí.
–Mustafá ¿De verdad me queda bien el vestido? ¿No hago el ridículo? –pregunta incrédula y yo asiento mientras trago saliva al tenerla tan cerca de mí.
–Chicos siento interrumpir su momento romántico, pero necesito que me acompañes Alessia, vamos a danzar– nos dice Adamis teniendo que soltar a mi estrella sin muchas ganas.
Un momento después
Estoy hechizado contemplando bailar a Alessia como odalisca, en su perfecta silueta que está un poco expuesta, queriendo olvidar el mal momento que pasamos, incluso miro como los chicos aplauden emocionados, más en un segundo tengo a mi lado a Nadir.
–Creo que le va a dar un infarto al novio por semejante baile de Adamis, mírale la cara de asombro del pobre, pero fue idea de Desirée, igual lo hacen bien las chicas para ser unas novatas, ¿Verdad? –comenta de la nada.
–Claro que sí, todas llevan el ritmo de la música. Gracias Nadir por intervenir hace un rato, porque estuve a dos segundos de arruinar la fiesta de nuestra prima– repito buscando su mirada y él niega.
–Mustafá no hace falta que me des las gracias, pues entiendo que si perdiste la paciencia es porque el sujeto te provocó, pero no debiste caer en su juego, más bien lo ideal hubiera sido prestar oídos sordos a sus comentarios, recuerda que el imbécil por más que no nos guste es la pareja de baile de Alessia, y eso no hay forma de cambiarlo– sentencia con su rostro comprimido.
–Nadir te aseguro que, si tú hubieras estado en mi lugar, no le dejas un solo hueso sano al idiota, pero me frené por Alessia, para no perjudicarla, porque sé que su carrera es lo más importante, también estoy consciente que acabas de decir una gran verdad, Julius es parte de su vida, aunque no significa que tenga que soportar las estupideces que repite y quedarme de brazos cruzados– argumento con mi voz envuelta en frustración.
–Mustafá si quieres tener una relación con Alessia, tendrás que saber lidiar con el idiota con inteligencia, no permitas que Julius arruine las cosas entre mi prima y tú, ¡Escúchame por esta vez y sigue mi consejo! –dice con firmeza.
Unas horas más tarde
Alessia
Menos mal que solo fue un susto la discusión entre Mustafá y Julius, aunque no quiero pensar que hubiera sucedido si no llego a tiempo para detenernos, pues por más que esté segura que mi compañero se merecía un par de golpes para aprender a cerrar la boca, me vi en la obligación de intervenir, incluso no tenía más opción ya mi carrera se podría ver afectada, pero también me dejó con muchas dudas que he intentado descubrir toda la noche, como ahora que bailo con Mustafá.
–Parece que ha llegado la hora de marcharnos, porque quedan pocos invitados en el lugar, incluso Adamis ya se retiró a descansar, pero todavía debemos continuar nuestra cita, claro siempre que estés de ánimos para ir a otro sitio– dice sorprendiéndome por su comentario.
–Mustafá para mi quedo atrás el mal entendido que tuviste con Julius, además me dejaste con mucha curiosidad, porque quiero saber que es tener una cita con un príncipe– afirmo y él sonríe.
–Alessia tienes toda la razón, te debo todo lo que significa una cita, espero poder cubrir todas tus expectativas, ¿Nos vamos? –sentencia para terminar proponiendo.
–Mustafá, ¿A dónde me llevarás? ¿Me lo dirás? –averiguo con mi voz envuelta en dudas mientras caminamos a la entrada.
–Mi estrella lo descubrirás dentro de poco, solo espero no decepcionarte– repite dejándome con el rostro pensativo.
Unos minutos después
Tras un trayecto en el auto donde las charlas sobre la fiesta no cesaron, estamos llegando al mirador Skyline Lookout, quedándome un segundo pensativa, pero sin darme cuenta Mustafá abre la puerta del copiloto para ayudarme a descender, quedándome hipnotizada por la postal de la ciudad, porque a pesar de haber recorrido New York muchísimas veces, no es lo mismo disfrutar de esta vista espectacular, ser testigo presencial de su elegante majestuosidad, de sus impresionantes edificios iluminados, en esta madrugada que pronto acabará, aunque soy devuelta a la realidad por la voz de Mustafá.
–Alessia espero no haberte decepcionado, ¿Qué te parece el lugar? –repite buscando mis ojos grises.
–Mustafá es perfecto el lugar, porque por más que nací en New York, nunca me di tiempo para conocer sitios como este, tan mágico, me encanta la vista que tenemos de la ciudad, y sobre todo la compañía– aseguro dándole una sonrisa genuina.
–Me alegra haber atinado y también me encanta tu compañía, pero lo mejor es caminar por las callejuelas de Brooklyn si quieres, mientras seguimos disfrutando de la vista de la ciudad– afirma teniendo una mirada penetrante que me descoloca.
–Hay muchas parejas de enamorados disfrutando el lugar para esta hora, pero es lógico, porque la vista es fabulosa. Caminemos– aseguro desviando mi mirada.
–Mi estrella, el lugar se presta para una velada romántica, para un paseo con la persona que amas, si crees que existe ese sentimiento. ¿Crees en el amor? O ¿Piensas que es una ilusión? Un nombre que darle a algo que nos descoloca, que nos transforma, que nos envenena hasta la última parte de nuestro cuerpo, ¿Cuál es la respuesta que daría Alessia Holden? –expresa deteniéndose en medio camino buscando mis ojos grises.
–¡Veamos! Mi abuelo Lance diría que el amor es lo más puro que puede existir cuando es correspondido, mi madre, Emma Mckeson diría que es una fortuna encontrarlo, y yo aun intento descubrirlo, saber si existe, pues soy de esas personas que les cuesta abrirse, confiar en lo que su corazón pide, como todos en mi familia que somos complicados, por ejemplo, Dante vive obsesionado con Lourdes Davalos, pero no logra decirle lo que siente, en cambio Desirée escapa a las relaciones, Nadir es un desastre con las chicas, Noah no le interesa atarse a una relación, y mi otro hermano quiere seguir disfrutando de la soltería, diría que la única afortunada es Adamis, que se casará en unas horas– explico sintiendo su mirada penetrante.
–Fueron muchos ejemplos, pero no creo que todos los Mckeson sean iguales, solo que les gustan las relaciones difíciles, los amores imposibles, porque no solo tus primos son complicados, también tus tíos, como Amira y Lanci, ellos lucharon por estar juntos, se atrevieron a dejar atrás todas las diferencias, abandonaron todo por el otro. La pregunta evidente sería, ¿Tú podrías hacer semejante sacrificio de amor? ¿Te jugarías todo por amor? –sentencia para terminar preguntando haciéndome tragar saliva.
–Mustafá no podría darte una respuesta que no tengo, porque primero necesito descubrir el amor, encontrarlo o sentirlo, y creo que solo en ese momento te podré contestar. ¿Y tú? ¿Qué harías si lo sintieras? ¿Qué serías capaz por vivir un amor? –replico bajando un segundo la mirada para terminar preguntando.