Los pasos del amor

Actualidad Suiza Alessia Ser la hija mayor ha sido un reto, porque todos esperaban más de mí, mi abuelo Lance quería que me dedique a la empresa de mi familia, mi madre no se quedaba atrás, quería que siguiera sus pasos siendo una jinete de competencias ecuestres, pero pude realizar mis sueños gracias al apoyo de mi abuela Karina, desde muy pequeña me llevaba a clases de ballet, hasta hizo lo imposible para que pudiera ingresar en la mejor escuela, estudie en la academia de ballet de Salzburgo en Austria, aunque logre sobresalir de todas las estudiantes, y sin parecer pretenciosa soy una de las mejores bailarinas de la actualidad, incluso soy la estrella del Royal Ballet, claro que la fama tiene un precio, no son los entrenamientos, más bien es que mi vida esta dirigida por reglas, rutinas, decisiones, hasta mis relaciones sentimentales no duran, por la cantidad de tiempo que debo dedicarle a mi carrera, incluso como parte de vender una imagen soy pareja de Julius Edmond, mi compañero de baile, la verdad es que somos sensación donde nos presentemos, siendo aclamados por jefes de estados, príncipes, estrellas de cine, gente adinerada, sin embargo, a pesar de la fama, dinero, lujos, fiestas, no tengo todo, no me enamorado, no he encontrado el amor, o sigo pensando en él. A estas alturas mi corazón inexperto quedo atado a alguien que fue mi amigo de infancia, incluso a veces pienso que soy parte de su pasado, que no quedo nada de esa amistad, porque ambos teníamos destinos diferentes, él no es un simple muchacho, más bien Mustafá es el hijo de jeque de Emiratos Árabes Unidos, aun así siempre nos reuníamos por los compromisos de nuestras familias desde muy pequeños, siendo cómplices, amigos de travesuras, pero ambos dejamos que la distancia y el tiempo nos separe, tal vez por cobardes, por cumplir nuestros sueños, aunque no voy a negar que sigo pendiente de él, siempre pregunto a mi primo Nadir por él, o reviso mis r************* mirando con melancolía las fotos que postea, hasta estoy consciente que debería de dejar de castigarme de esa forma, aunque es un mal que no tiene remedio, además para mí desgracia Mustafá se convirtió en un hombre muy apuesto de 27 años de edad, tiene unos ojos color marrones que te miran de una forma penetrante, una barba prolija que lo hace lucir más varonil, cejas gruesas, cabello castaño claro, piel trigueña, entonces quien no perdería hasta el sueño por un hombre como él, pero no todo se puede tener. En fin, ahora tengo una función e intento relajarme sobre las tablas bailando al compás de la música que toca la orquesta sinfónica de Suiza, me alzo sobre las puntillas de mis pies para terminar dando un giro seguida de Julius, doy una voltereta en el aire siendo recibida por sus brazos llevándome a reclinarme, para dar el gran final deslizando mis piernas en el piso y extendiendo mis brazos, solo escuchando los aplausos del público mientras sonreímos hasta que el telón cae, así nos retiramos cada uno a sus camerinos, aunque soy sorprendida por una voz familiar obligándome a detenerme en el camino, para girarme. –No estuvo mal el espectáculo, aunque hubiera preferido que ese imbécil no te toque las nalgas, ¿Cómo puedes permitir que lo siga haciendo? –repite mi primo entre risas. –¡Nadir! ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me dijiste que venías a Suiza? –averiguo con mi voz envuelta en emoción para terminar corriendo a abrazarlo. –Te ves bien Alessia, muy hermosa como siempre, aunque en mi defensa quise sorprenderte, a último minuto decidí cambiar mi ruta de vuelo para visitarte, hubieras visto la cara de mi padre, casi me mata porque tuvo que reorganizar a todos los pilotos de la compañía por mi escapada, pero lo importante es que estoy aquí vivo– explica cuando nos separamos sin abandonar mis ojos. –Nadir me has hecho mucha falta, porque sigo extrañando nuestras largas charlas sobre tus posibles conquistas, sobre mis relaciones fracasadas, hasta la locura que es nuestra familia, incluso a los tontos de mis hermanos, ¿Qué te parece si vamos a mi camerino para cambiarme? Después podemos ir a cenar, ¿Aceptas? –Alessia será un honor cenar con la mejor bailarina del momento, hasta me siento afortunado de tener una cita contigo, porque seré la envidia de los hombres– afirma con un tono burlón. –¡Nadir! No te burles de mí, además por esta noche solo quiero ser una chica más, no Alessia Holden la bailarina más aclamada del momento, más que todo soy yo la afortunada de cenar con un príncipe, ¿De acuerdo? –repito caminando de su brazo ganándome una sonrisa genuina de él. –¡¿Príncipe?! Ahora tú te burlas de mí, tan solo soy Nadir Mckeson, el hijo de Lance Mckeson y Amira Zayed, un chico común, por más que tenga raíces árabes. Unas horas después Ha sido una bella sorpresa tener la visita de Nadir, porque él no es solo mi primo, siempre fue mi confidente, mi amigo, hasta me puede descifrar con una mirada, es de las pocas personas que conoce todo de mí, incluso no existen los secretos entre los dos, aunque apostaría que tiene un propósito su presencia en Suiza, igual escucho cada cosa que me cuenta de la familia, pero necesito saber cuál es motivo de su visita así intervengo haciendo mi voz presente. –¡Nadir! Si tienes que darme una noticia sobre la familia, dímela sin tantos rodeos–expreso sin abandonar sus ojos marrones. –Alessia, la cuestión es que Amadís se casa con un idiota– dice dejándome con el rostro desencajado. –¡¿Qué?! Tu hermana se casa, ¿Enloqueció Amadís? Es demasiado joven para dar ese paso, porque apenas tiene 21 años de edad, solo que este embarazada y ni aun así debería casarse, es una locura, pero dime ¿Qué dijo mi tío Lanci? –repito con mi voz envuelta en sorpresa. –Alessia mi padre casi se muere con la noticia, tuvo que intervenir mi madre para bajar los ánimos, incluso la abuela Karina le recordó que él también se casó muy joven hasta se fugó para hacerlo, así que después de muchas discusiones con Adamis tuvo que acceder a su compromiso, habrá boda dentro de unos días, como tal quieren tener reunida a toda la familia. –¡¿A toda la familia?! ¿Sabes si también asistirán los Zayed? –averiguo con una mirada envuelta en curiosidad. –¡Alessia! Lo que quieras saber es si Mustafá asistirá, aunque pensé que dejo de importarte, además tú tienes novio, o es lo que dice la prensa– replica haciendo unas muecas. –¡Nadir! Sabes mejor que nadie que no existe tal relación con Julius, solo le damos al público lo que quiere, sobre todo la compañía insistió en esta idea descabellada, y como no me afecta, me da igual tener un novio de mentira, pero ahora que aclaremos el tema dime lo que quiero saber, Mustafá ¿Asistirá a la boda? –Aquí la pregunta es otra, ¿Asistirás a la boda de Adamis? ¿Tendrás tiempo para la familia? –repite con sus ojos envueltos en curiosidad. –Nadir para mí no es tan fácil viajar, porque toda decisión que tome le afecta a la compañía de ballet, además estoy en plena gira, pero veré que puedo hacer para asistir a la boda de Adamis, aunque tendré que hablar con Rudolf– argumento con firmeza. –Alessia deja de poner pretextos para no asistir a la boda de mi hermana, porque tú consigues todo lo que te propones, además tal vez asista Mustafá– dice dejándome con el rostro pensativo. Al día siguiente Ahora estoy parada delante de la puerta del despacho de Rudolf, indecisa sobre este viaje, incluso pensé que durmiendo un par de horas aclararía mi mente, pero de nada sirvió, sigo imaginando los posibles escenarios al encontrar a Mustafá, hasta sentirme desilusionada sino asiste a la boda de nuestra prima, claro que no tengo más salida, sino que arriesgarme, así inhalo profundo para terminar soltando el aire y golpear su puerta hasta que escucho su voz al otro lado, obligándome a ingresar. –¡Buenos días Rudolf! Necesito que charlemos un minuto, ¿Tendrás tiempo? –averiguo viéndolo sentado en la silla detrás de su escritorio, revisando papeles. –¡Alessia! Siéntate, dime ¿Qué necesitas? –replica señalando la silla sin abandonar su labor. –Rudolf solo quería comunicarte que me iré por una semana a New York, así que te pido que canceles las funciones o las reagendes para otros días, por último, si existe algún inconveniente podemos hablarlo con los organizadores– explico mientras aparto una silla para sentarme, hasta que siento que me clava una mirada asesina. –¡Alessia! El hecho que seas la estrella aquí no significa que puedes hacer lo que quieras, sabes que cualquier decisión de este tipo depende de mí, sobre todo no podemos cambiar de la noche a la mañana las funciones porque a la señorita se le dio la gana de desaparecer– replica con su voz envuelta en malestar. –Rudolf nunca te pido nada, hasta acepto tus ideas descabelladas sin protestar, sobre todo necesito un merecido descanso, porque todo el tiempo trabajo para la compañía dentro y fuera del escenario, además quiero visitar a mi familia– argumento con firmeza cruzando los brazos. –Alessia es el precio que debes pagar por ser una aclamada bailarina, más que todo tú aceptaste mis condiciones el día que te ofrecí convertirte en la estrella del Royal Ballet– explica teniendo una mirada intimidante. –Estoy consciente Rudolf, lo que no imaginaba es que serías el dueño de mi vida, pero lleguemos a un acuerdo, incluso puedes dar la excusa que estoy enferma y darle la oportunidad a Carol de brillar en el escenario, te aseguro que ella estará encantada de ocupar mi lugar– refuto con un tono de ironía para después tranquilizarme. –Podría hacerlo, aunque el público a quien viene a ver bailar es a ti no a Carol, sin embargo, puede ser una opción, claro que para que acepte tal propuesta, necesito que hagas algo a cambio– argumenta dejándome pensativa. –¿Qué será? ¿Me pedirás que me acueste contigo? –pregunto con un tono de sarcasmo. –¡Alessia! No me hagas perder la paciencia, sabes que ese tipo de hombre no soy, más bien debes viajar en compañía de Julius, porque quiero aprovechar tu estadía en New York para promocionar las próximas presentaciones en esa ciudad– repite dejándome con el rostro desencajado. –¡¿Qué?! No me puedes obligar a viajar con Julius, más que todo la idea es descansar no seguir trabajando, además voy a visitar a mi familia y necesito tiempo para ellos– reclamo teniendo mi voz envuelta en malestar. –Alessia esas son las condiciones, de lo contrario no viajes, me evitas un problema, pero pensé que querías ver a tu familia– replica sin abandonar mis ojos. –De acuerdo Rudolf, acepto viajar con Julius, pero no pienso compartir la misma suite de un hotel con él, porque yo me quedaré en uno de los departamentos de mi familia, ¿Te parece? –explico con firmeza. –Alessia puedes quedarte en el departamento de tu familia, solo te pido discreción con tus conquistas, porque la idea es que la prensa siga creyendo que Julius y tú son pareja, incluso tienes que asistir a cualquier evento en compañía de él, ¿Fui claro? –explica sin abandonar mis ojos. –¡Clarísimo! ¿Alguna otra imposición? –respondo con mi voz envuelta en un tono de sarcasmo. –¡Sí! Stacey viajará también a New York para encargarse de las conferencias de prensa, pero sobre todo para fotografiar a las estrellas del Royal Ballet en sus vacaciones, porque deben seguir vendiendo su imagen, no lo olvides. Dos días después New York Apenas llegue al aeropuerto en compañía de Julius estaba Nadir en la zona vip con su uniforme de piloto esperándonos, de inmediato hicimos migraciones para abordar el avión de la familia, aunque todo el vuelo seguía pensando en Mustafá, claro que espero que basten estos días para descubrir que tenemos o que podemos llegar a tener, más ya di un primer paso, ahora dejare todo en manos del destino. Así sin darme cuenta aterrizamos en mi ciudad natal, incluso en este instante estamos sentados en el asiento trasero del vehículo para dirigirnos al hotel donde se quedará Julius, mientras voy observando por la ventana del auto, la plaza de Times Square, el corazón de New York, donde las luces de los carteles se iluminan siendo imposible rendirse ante su atractivo, hasta que soy arrancada de mi mundo por la voz de mi amigo. –Alessia no me parece acertado quedarme en un hotel, porque sabes que siempre hay un paparazzi queriendo conseguir alguna noticia fresca, más bien debería quedarme en tu departamento, ¿No lo crees? –explica dejándome con el rostro desencajado. –¡Julius! Necesito tener privacidad, tener mi espacio, además creo que exageras con el tema de los paparazzi, por último, te aseguro que estaré temprano en el hotel para seguir con el teatro de la pareja del año, ¿De acuerdo? –argumento con firmeza, –Sino me queda otra disfrutaré soló de la suite, otra cosa, recuerda que Stacey llega el lunes para organizar las conferencias de prensa– contesta con su voz envuelta en frustración. –Julius no hace falta que me recuerdes que el lunes llega la inquisición, al menos el fin de semana seré libre, podré disfrutar de mi familia sin preocupaciones– respondo con sinceridad. Unos minutos más tarde Tras haber dejado a mi amigo en el hotel, en este momento estamos llegando al edificio de los departamentos de mi familia donde también Nadir tiene su pent-house, tras bajar del vehículo estamos en el ascensor con las valijas en mano para una vez que se abren las puertas caminar por el pasillo, a la puerta del que será mi hogar estos días, aunque en un segundo escucho la voz de mi primo romper el silencio. –Alessia cumplí con mi misión de traerte sana y salva a casa, ahora intenta descansar porque mañana será un día largo, tenemos el ensayo, un almuerzo en casa de los abuelos y en la noche una pequeña despedida para Amadís. –Tranquilo Nadir que estoy habituada a jornadas largas, aunque será muy diferente al trabajo, estaré con nuestra familia– repito con una sonrisa en los labios. –Solo algo más Alessia, no importa lo que suceda mañana con Mustafá para bien o para mal, lo que trato de decirte es que eres una gran chica y si él no hace nada o no te corresponde es porque es un idiota, cualquiera quisiera tener una oportunidad con una mujer como tú, no hablo de Alessia la bailarina, hablo de mi prima, duerme ahora por favor– explica agarrando mi barbilla con una de sus manos sin abandonar mis ojos grises. –Gracias Nadir por esas palabras de aliento, porque me siento como una tonta nerviosa por volver a verlo, pero como tú lo has dicho, Mustafá será un idiota sino intenta algo, ahora vete antes que suelte algunas lágrimas– confieso para terminar, dándole una sonrisa genuina. Al día siguiente Después de haber desayunado con mi padres explicándoles que vine en compañía de mi amigo, tuve que venir a casa de mis abuelos con Julius para el ensayo de la boda, donde el desfile de presentaciones comenzó entre apretones de manos, besos en la mejilla, incluso unos cuantos comentarios de mis primas sobre mi amigo, en verdad no tengo idea como sobreviviré a la locura que es mi familia, sin embargo, en este instante estamos en el jardín decorado con guirnaldas de cintas y flores, las sillas blancas acomodadas a cada lado dejando en medio un camino al altar de madera, donde los novios darán el sí acepto, además de la pista acondicionada donde disfrutaremos del baile, de esta forma damos inicio al ensayo, escuchando la voz de mi tío Lanci mientras estoy junto a mis primas en el inicio del camino. –Escuchen primero entrarán las niñas con sus canastas llenas de flores, luego las damas de honor y finalmente la novia, Adamis, los caballeros por favor colóquense al lado del altar, para comenzar el ensayo, ¿De acuerdo? –Lanci primero hagamos la entrada de las chicas, ¿Te parece? –interviene mi abuelo Lance. –Alessia parece que será una locura poder iniciar el ensayo, yo lo único que quiero es casarme, incluso no sé porque acepté casarme aquí, me hubiera ido a las Vegas para escapar de la familia– confiesa Adamis entre risas nerviosas. –Difiero de tu opinión, porque a mí me encantan las reuniones familiares, incluso disfruto de esta locura– nos sorprende la voz de Mustafá obligándonos a darnos la vuelta. –¡Mustafá! Viniste a mi boda– expresa Adamis con su voz envuelta en emoción mientras se abraza con su primo. Tan solo me quedo paralizada contemplando como se abrazan, en tanto mis latidos se aceleran, mi boca se seca, teniendo el estómago encogido, disimulando lo que siento, hasta que nuestras miradas se cruzan deteniendo el tiempo, queriendo descubrir que ocultan sus ojos marrones, pero en un segundo se suelta de Adamis para acortar distancia, para terminar, escuchando su voz. –Hola Alessia, te ves espectacular, más hermosa de lo que recordaba, ¿Cómo estás? –repite mientras nos saludamos entre besos en la mejilla. –Hola Mustafá, también te ves bien, tan diferente a ese muchacho que vi crecer, pero contestando a tu pregunta, no me puedo quejar, todo lo que me propuse lo conseguí, ¿y tú cómo estás? –respondo guardando mis nervios. –Alessia, dentro de todo intento sobrevivir a mis obligaciones, a mis responsabilidades, pero ahora quiero olvidarme de todo, disfrutar de estos días si es posible en tu compañía, solo que tengas otros planes, o estés acompañada, ¿Viniste con alguien a la boda? –repite teniendo una mirada penetrante que me descoloca.