Capitulo 7

3109 Words
Adiel. —Hijo. —¿Mmm?. —Despierta Adiel, tienes que comer algo hijo, dormiste un montón. —abro los ojos viendo a mi mamá inclinada con una mano en mi cabeza acariciándome donde duermo boca abajo—. Arriba, tienes que comer. —Si, ¿Qué hora es?. —Las nueve. —¿Tanto dormí?. —Un montón, no queria despertarte pero quiero que comas y te bañes. —Si, ya voy. —me giro viendo como alza la mochila poniéndola en la silla de escritorio—. ¿Qué hay de comer?. —Un guiso de carne molida y arroz, tienen que comer bien para los partidos que se vienen. —Que rico, Mmmmm, ¿con queso?. —Le pones a tu plato hijo, eres el único raro de la familia, bueno, tu y Kezi que te sigue el chiste. —¿Vino?. —Esta abajo, dijo que queria hablar contigo. —me levanto sacándome la ropa porque asi como llegué me acosté, quedo en bóxer buscando que ponerme, me pongo un pantalón corto que tengo para dormir y las pantuflas. —Cierto, quedamos en hablar y me olvidé. —¿En qué andan los dos? Papá me contó que los encontró y se asustaron y no quisieron decir que hacían. —Otra sapa mas, aaagggg. —me alejo riendo del sopapo que me iba a dar—. Nada, cosas de nosotros, —salimos los dos asi vamos a comer, bajo poniéndome la remera y la veo a Kezi jugando en el living con Samu y unos perritos, corren por todos lados con los perros atras ladrando—. ¿Y esos perros?. —TIIIOOOOO. —lo alzo a Samu y a Kezi la cuelgo a mi lado. —AAAAGGG. —¿Qué hacían?. —voy a la cocina donde veo a mi papá en la heladera, Sefo revolviendo la olla y Fede con Bena mirando un partido—. Buenas. —Chhuuuu, como dormiste. —Si, me re pasé. —saludo a todos y Sefo me da unas nalgadas cuando le doy un abrazo—. ¿Tu cocinaste?. —Si, quedó tremendo. —Ay, espera hijo. —Fede lo alza a Samu sin dejar de ver la tele—. AHÍ, DALEEEE. —NOOOO, son unos muertos loco. —me agacho cuando Kezi tira de mi mano. —¿Se lo diste a tu movia?. —Si, y le encantó, dijo que quedó maravillada. —¿De velda?. —Siiii, gracias amorcito, tu me ayudaste mi cielito, —me abraza apoyando el cachetito derecho en mi boca—. Gracias corazón, me salvaste, te voy a volver a llamar en unos días. —Si, yo te ayudo, no teno ploblema. —¿Qué hablan? Mucho secreto ustedes. —Que sapos que son. —la miro sonriendo porque siempre dice eso—. No se puede sabel todo. —Aayyy, que malos que son. —la alzo en la mesada asi se lava las manos y la siento en su silla—. Bueno, vamos a comer. —¿Puedo ponel quesito?. —Si amorcito, aca puse. —Glacias papi. Literalmente me devoro el plato lleno de guiso, tambien, dormí casi siete horas de siesta, espero no me cueste dormirme a la noche sino mañana en el entrenamiento no voy a rendir nada, y como en silencio, lo único que hago es comer y escuchar las charlas que tienen, Fede y Sefo no viajan con nosotros a los partidos de la selección, con Kezi estan en duda porque Matias no quiere darle permiso, mis papás lo entienden, debe tener miedo, una cosa es tenerla a unos metros y otra en otro continente, asi que no creo que vaya, porque ellos tampoco van a poder viajar, mas que nada por los trabajos de mis cuñados, viven de sus trabajos como todas las personas, solo que el de ellos es complicado, diferentes horarios y tiempos, y deben tomar todo lo posible, y viajar con niños pequeños es un infierno, Elias con Mai van, cuando viajamos todos me llevo mis auriculares y a aguantar, porque se ponen locos, lo bueno que esta vez me voy con el club asi que puedo dormir algo. —¿Cómo lo quieres mi cielito?. —Con los dos pol favol. —Bien. —Sefo le pone una porción de flan en el plato y le pone crema y una salsa de dulce de leche. —Un poquito mas tia. —Tu dime hasta donde. —Ahi esta bien. —le pone el plato al frente y me sirve. —¿Duermes con los papis?. —No, mañana veno a dolmil con los papis. —Tienes escuela mañana, que tonta me había olvidado. —Si, no puedo faltal a espuela. —la miro sonriendo porque asiente mirándola con los ojos enormes—. Teno que aplenden montón de cosas. —Si, hasta el cielo de cosas hay que aprender. —agarro mi celu cuando suena, cuando veo el nombre de Carla recuerdo todo lo que pasó. Carla—. ¿Estas?. Adiel—. Hola, si, perdón, me dormí y olvidé escribirte. Adiel—. ¿Quieres hablar de lo que pasó?. Carla—. Me gustaría que mañana hablemos bien, pero ahora quiero saber porque me besaste. —Bueno gente, me voy a la cama. —No terminaste con el postre. —Me llené, si queda me guardan para mañana. —Si. —la miro a Kezi que me sonrie. —Adios tio. —Chao, cuando pueda voy a verte. —Espelo. —cuando salgo de la cocina me rio porque la increpan. —¿En qué andan con tu tio?. —No voy a decil, ¿tooo quielen sabel? A es secleto con el tio, no plegunten cosas. —Ay bueno, tanto secreto que tienen. —me tiro en la cama mirando el techo pensando en que responderle. Adiel—. Lo hice porque me gustas. Adiel—. ¿Te molestó que lo haga?. Carla—. No, no me molestó, pero queria saberlo. Adiel—. Ahora lo sabes, me gustas Carla, me pareces una mujer muy hermosa, y no sé si eso te incomoda o no quieres darme mas clases, lo que decidas lo voy a respetar. Carla—. Mañana hablamos, te espero despues de clases. Adiel—. Voy a intentar ir antes de clases, no voy a soportar tanto tiempo. Carla—. Entonces mañanas hablamos, que descanses. ....................... Camino por la facultad buscando el baño que me dijo Carla que me espera, es el mas alejado de los salones, la verdad que lo prefiero asi, no quiero que nadie nos moleste mientras hablamos, porque en cualquier otro lugar nos molestarían y no quiero que a nadie se le ocurra grabar alguna mierda, porque es una situación que no me agrada nada que alguien la sepa, es la primer chica que me gusta de gustar, y me di cuenta de eso ayer con el beso. —¿Hay alguien?. —escucho pasos y ahí abre, sonrío al verla—. Hola. —Hola, pasa, no hay nadie. —entro viendo que es solo un baño y ante baño, no había venido aunque sabia de este lugar, cuando vinimos a anotarme nos dieron el recorrido para conocer todo—. Cierro con la traba por las dudas. —Si, porque no quiero que entren de golpe. —me saco la mochila apoyándola al lado de la puerta—. No sé por donde comenzar. —No sé tampoco, —se apoya en la pared contraria de la puerta y yo en la puerta mirándola—. Lo único que puedo decir es que me gustas. —¿Gustar cómo? Porque nos conocemos hace dos semanas. —No sé como, ni sé como es, —ni sé que mierda digo tampoco—. Pero me gusta pasar tiempo contigo, me gusta que hablemos, que comamos, me gustas porque te encuentro muy atractiva. —No soy nada atractiva, no te creo. —¿Y cuál seria mi interés contigo si no me gustaras?. —me paro frente a ella viendo sus ojos lagrimosos—. ¿Según tu, cuál es mi interés por ti?. —se me hace agua la boca por besarla—. Puedes pensar lo que quieras de ti, pero a mi no me puedes decir que veo frente a mi. —No puedo gustarte, no lo creo Adiel. —agarro su cara besándola—. Adiel para. —No, no voy a dejar que dudes de lo que te digo. —aunque es alta me tengo que inclinar un poco para poder besarla, por eso me inclino mas agarrándola de las nalgas y la alzo sentándola en la mesada del lava manos—. Mmmmggg, si me paso de la raya dime. —la miro a los ojos acariciándole la cintura—. ¿Te incómoda?. —Un poco, tengo mucho vientre. —sonrío levantándole la ropa y metiendo las manos dentro—. Tienes las manos frias. —Si, hace frio. —vuelvo a besarla, recorro su mandíbula y bajo a su cuello—. Dime que pare porque no puedo sacar mis manos de ti. —subo las manos hacia sus pechos, pero no los toco, quedo justo debajo, sintiendo el comienzo del corpiño—. Me estoy sobrepasando y lo sé, —le beso el cuello sonriendo porque tiembla—. Pero no puedo parar, de verdad, me tienes loco, me gustas demasiado. —vuelvo a besarla en la boca con todas mis ganas—. Dime que pare por favor, dímelo. —cuando sus manos van a mi cintura apretándome, me como su boca—. MMMJJJJ. —abre la boca siguiéndome el beso y eso es todo, me pongo loco como nunca me puse, saco las manos de su vientre agarrándole la cabeza y envolviéndola, la aprieto aun mas a mi con desespero, siento que quiero comerla—. Mmmggg, —Ooojjjj señor. —me alejo con la respiración a mil viendo como se saca el suéter que tiene, hago lo mismo sacándome la campera. —¿Seguimos?. —Si, no quiero parar. —hasta me saco el pulóver que tengo y le abro las piernas de nuevo ganándome en medio. —Cuando quieras parar me dices. —Tranquilo, no tengas miedo. —acariciándole las piernas voy hacia el cinturón, mirándola a los ojos le abro el pantalón—. Espera, —se baja en un salto, se saca las zapatillas, el pantalón, y cuando van las manos a la bombacha me mira—. ¿No te sacas nada?. —Si. —me saco la remera tirándola atras mío. —Wou, estas tatuado. —¿No sabias?. —¿No, como podría saberlo si siempre vas con cosas abrigadas?. —aprieto el vientre cuando pone las manos en mi pecho y baja—. Eres re blanco, se te resaltan mas. —Mi mamá es blanquita, mi papá mas moreno. —me abre el pantalón bajándolo un poco junto con el bóxer—. No tengo protección, no sé si debemos seguir. —Yo tomo la pastilla para controlar el periodo, pero va a hacer efecto igual porque la tomo hace cinco años. —se baja la bombacha y me sonríe, oh mi Dios, la mejor sonrisa de la vida, la alzo sentándola en la mesada de nuevo—. Estoy nerviosa. —Yo tambien. —me bajo mas la ropa liberando mi pene, siento que todos los sentidos están ahí, que hasta respira por mi—. Estoy muy nervioso. —cuando le abro las piernas veo por primera vez una v****a frente a mi, y es loco, porque deseo con todas mis fuerzas entrar en ella, es como si llamara a mi polla que se mueve desesperada, por eso la agarro y friego la punta en su intimidad perdiendo las fuerzas de mis piernas—. Oooojjjjjj mi Dios. —Espera. —acomoda el culo mas a la orilla envolviendo las piernas en mi espalda—. Con calma Adiel, soy virgen. —Yo igual. —¿De verdad?. —Si, de verdad. —de nuevo me agarro la polla guiándome a su intimidad, me aprieta los brazos cuando voy entrando y no puedo dejar de ver como entro en su interior milímetro a milímetro, en como me aprieta y lo caliente que esta. —Aaaaajjjj espera. —paro de inmediato, me digo que soy un idiota cuando la veo llorar. —¿Duele mucho?. —Si. —hasta tiembla del dolor, y no sé que hacer—. Esperemos un poco mas. —Espero todo lo que necesites. Recuerdo un libro que nos hicieron leer en el colegio, un libro que generó muchos problemas con los padres que hicieron despedir al profesor por el libro, mis papás no dijeron nada ni respondieron los mensajes que mandaron asi firmaban el pedido de renuncia, le pregunté a mi papá si lo leía o no porque era de contenido explicito, y si que era explicito, y me dijo que si, que lo lea y que después él me preguntaba cosas respecto al contenido, porque cuando llegó la nota de que debíamos comprarlo ellos lo leyeron primero, y cuando lo leí quedé impactado, nunca miré a las mujeres como un baboso, nunca miré pornografía, sé de la anatomía por la escuela no porque me masturbe a diario, y ahora recuerdo las palabras que me dijeron mis papás, porque cuando lo leí les dije que me daba vergüenza repetirlo, y que muchas escenas no las leí porque me avergoncé muchísimo, me siento patético por eso porque no pude leer ni la palabra v****a que me incomodaba, pero mis papás tenían razón, debo aprender la diferencia del amor y el deseo, porque no es lo mismo, y ese libro era exactamente eso, la pasión del momento y el trato que se daban como pareja y como se tocaban, lei la parte del amor que fue la que mas me gustó y era totalmente diferente a la parte de amantes, y recuerdo las palabras del chico, que sus manos temblaban cuando la acariciaba a la chica de la cual había estado enamorado en secreto, y mis manos tiemblan mientras le acaricio las caderas y espalda, en como se ponía cuando chupaba sus pezones, le miro el torso diciéndome que no sé si puede gustarle, por ahi no quiere que le toque los pechos; decía que le gustaba cuando suavemente acariciaba su intimidad aun él dentro de ella, y eso hago, llevo mi dedo pulgar a su pubis tocándola con toda la suavidad que poseo. —AAAAGGGG. —¿Duele?. —Noooo. —la beso recordando el libro, donde el protagonista devoraba su boca con desespero diciendo que era lo mejor que había probado, y que dudaba que podría probar algo mejor en su vida—. Mmmmg, espera Adiel. —paro de luchar por entrar en ella enseguida, me alejo un poco hasta que me empuja sacándome de los pocos centímetros que había ingresado. —¿No seguimos?. —Si, pero asi no. —de la mano me lleva al baño, baja la tapa y lo señala—. Siéntate. —Si. —me bajo mas el pantalón y la agarro de las caderas cuando se carga en mis hombros para cruzar la pierna asi queda arriba mío—. Uuffff, casi no puedo respirar de lo que la deseo. —sonríe dándome un beso, tiro la cabeza hacia atrás cuando me guía dentro de ella. —Mmmggggg. —envuelve mi cabeza besándome, la aprieto con fuerza cuando grita clavándose todo mi pene, aprieto los ojos con fuerza porque no tiene nombre lo que siento, me va a explotar la cabeza—. ¡Oh mi señor!. —como puedo sigo besándola, sentir su excitación en mis bolas y muslos es de locos. —Aaaaajjjj, muévete por favor, no puedo mas. —Oh si, —ella me besa comenzando a moverse, no sé de donde agarrarla porque es una locura, la desesperación que tengo no tiene nombre, y mas porque muy suavemente se mueve, se aleja un poco y puedo verla, tira la cabeza hacia atrás cerrando los ojos—. Ooojjj Dios Santo. —No puedo más. —apoyo la cara en sus pechos viniéndome—. Ooooojjjjjj. —literalmente me sacudo apretándola con todas mis fuerzas y si medirme, solo oigo el latido de mi cabeza y el estallar de mi cerebro por semejante placer, cuando reacciono esta acariciando mi cabeza—. Oh mi Dios Carla, ¿estas bien?. —Si, ¿Tú?. —alzo un poco la cabeza desde sus pecho mirándola—. Te estoy apretando y no puedo soltarte. —de a poco la suelto, se para enseguida y no quiero—. ¿Pasa algo?. —No, solo que me duelen las caderas. —agarra el papel sacando y me da, me limpio rapido—. Me voy a vestir. —Si. —me acomodo el pantalón viendo como se viste, espero a que tenga el pantalón para ponerme la remera—. ¿Podemos ir a comer asi hablamos?. —por como me mira me dice que no, y me duele el corazón sinceramente, un dolor enorme en mi pecho—. ¡Carla!. —Estoy confundida. —se ajusta las zapatillas rapido y agarra sus cosas—. Me voy. —No, espera, ¿confundida con qué?. —agarro mis cosas saliendo detrás de ella que corre, salgo atras agarrando como puedo las cosas—. CARLA ESPERA. —la alcanzo en su auto donde tiro todo agarrándola del brazos—. ¿Qué haces? ¿Porqué saliste asi?. —Porque... Fue un error Adiel, —la suelto enseguida sintiendo las lágrimas aparecer—. ¿Entiendes lo que hicimos? No debimos hacerlo Adiel, —me alejo en silencio—. Perdóname, no va a volver a pasar nunca mas. —la veo irse y me siento un imbécil, cuando reacciono me voy a mi casa, voy directo a mi habitación tirándome a la cama y llorándome la vida. —¿Adiel, qué pasó?. —aprieto la cara en la almohada con mas fuerza escuchando a mi papá—. Hijo, ¿Qué pasa?. —pone una mano en mi espalda y no puedo parar—. Adiel dime algo, ¿Por qué lloras asi? ¿Te pasó algo? Dímelo hijo. —Déjame solo papá. —miro a otro lado—. Quiero estar solo, por favor déjame. —Esta bien. . .
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