Carla.
Carla—. Hola, mil gracias por el regalo, es mas de lo que podría pedir, no sé como agradecer la molestia que te tomaste.
Adiel—. ¿Te gustó?.
Carla—. Si, me encantó.
Adiel—. Entonces no pienses que me debes algo, lo hice porque así lo sentí y esperando a que te guste y te sirva de alguna manera.
Adiel—. ¿Estas ocupada?.
Carla—. No, estoy en la cama esperando a que el sueño llegue.
Carla—. ¿Tu lo estas?.
Adiel—. Estamos iguales, me bañé y estoy en la cama esperando que la música haga efecto.
Carla—. Jajajaja.
Carla—. Voy a tener que probar esa música porque puedo estar hasta las dos de la mañana dando vueltas.
Adiel— Vas a ver que te funciona, confía en mi, no vas a arrepentirte.
Carla— Eso espero, porque confio en ti. —me muerdo las uñas esperando su respuesta porque creo que fue demasiado.
Adiel—. Voy a hacer de todo para no defraudarte, vas a ver que no te vas a arrepentir.
—Ya esta la enamorada roja como un tomate.
—Mas bien morada como una remolacha.
—Son unos tontos.
—Tontos pero con razón, porque no lo niegas.
—No tengo nada que negar ni justificar, el sueño les esta afectando.
—Tan tan tatan, tan tan tatan. —me giro en silencio diciéndome que me encantaría tener una habitación para mi sola, pero es imposible, bailan el vals los dos burlándose de mi,
Adiel—. ¿Te molesta que te haga regalos?.
Carla—. La verdad que no, solo que no estoy acostumbrada a los regalos, entonces me pongo incómoda y pensando que debo devolver el favor.
Carla—. Pero tienes un re lindo gesto conmigo, lo aprecio mucho.
Carla—. Es mas, pensaba en cocinar algo para mañana.
Carla—. ¿Te gustan las cosas dulces?.
Adiel—. Si, me gusta todo menos lo que tenga manzana, peras y canela.
Carla—. ¿Pancitos dulces de leche?.
Adiel—. Si, me gustan, pero no te pongas a cocinar ahora que es tarde, descansa y yo mañana te llevo algo rico de comer.
—Bueno, a levantarme.
—¿Vienen por ti?.
—Mmmmm, ¿vamos a tener sobrinos?.
—Ya cállense. —salgo de la habitación sin decir nada mas, pero quedan riendo, busco todo para hacer unos pajaritos, tengo que hacer y dejar, no voy a ocupar cosas sin dejar nada para la casa.
Adiel—. ¿Qué te gustaría comer?.
Carla—. No me hagas elegir por favor, —le mando manitos de suplica y una risa.
Carla—. Tu elige lo que quieras, yo mañana llevo unas hamburguesas caseras, te hago para ti tambien y comemos eso si quieres.
Adiel—. Uuhh buenísimo, dale, ¿llevo algo?.
Carla—. Llevo sanguchitos con queso y tomate, llevo un arroz con arvejas y un huevo duro, no sé si te gusta.
Adiel—. ¡Gracias!.
Carla—. Bueno, tienes que descansar, a la mañana entrenas y despues colegio, vas a quedar destruido.
Adiel—. A penas me levante te mando mensajito, duerme bien.
Carla—. Descansa.
—¿Qué haces?. —mi papá sale de su habitación en bóxer y me da asquito pensar que estaba intimando con mi mamá.
—Cocino, no puedo dormir.
—Bueno, deja para mañana asi no cocinamos.
—Si, dejo para todos.
***
—Llegué... Ufff, perdón. —me da un abrazo con fuerza y se sienta frente a mi con su equipo de mate y una bolsa—. Tuve que volver a mi casa por mi cuñada, llevarla donde sus papás y venir, al menos me calentó agua.
—Que bueno que la llevaste. —saco el taper donde traje los pajaritos.
—Si, tiene auto, solo que mi hermano se lo llevó al servi, y ella no se anima a manejar el auto de mi hermano con los nenes encima, asi que me dijo que vaya a buscarla.
—¿Tienes fotos de tus sobrinos?.
—Nunca te los enseñé, que tonto. —saca un tremendo celular, lo vi las otras veces pero no asi de bien, siempre medio escondido el celular—. Mira, ellas son Keziah la mas grande de todos mis sobrinos, y Arlli su hermanita, son de mi hermana Jemima. —se para a mi lado inclinado, saca la imagen sin problema de que vea fotos de su galería y busca otra—. Él es Samuel, el hijo de Sefora, ellas son mis hermanas.
—Wou, que bellas.
—Si, son preciosas, —sonrío mirándolo, nunca oi un hermano decir nada parecido por sus hermanas—. Aca estamos todos para navidad, estos aca son Elias con Mailen, su novia, Sefo con Federico, mis papás. —sonrío porque están todos sonriendo y los nenes delante alzando las manitos—. Bueno, yo, Benaias, Jemi y Matias, yyyy aca tengo de Evelin y Erasto, los hijos de Elias y Mailen.
—Que bellos, bueno, todos son muy bellos.
—Bueno, mi mamá es preciosa, asi que de ahí salimos.
—Que malo, le dices feo a tu papá.
—¿Cómo se dice lindo de un hombre a otro hombre y que no suene gay?. —mas risa me da, cada vez que estoy con él me duele la cara de tanto reir—. Bueno, si me vez, soy igual a mi papá, igual que mis hermanos, ahi te muestro. —me muestra una foto donde hay seis hombres y dos bebés, pero sé cual es su papá y cuales sus hermanos.
—Noooo, son iguales, te diferencio porque eres mas delgado que tus hermanos.
—No digas eso, estoy hace meses haciendo aumento de peso y no puedo subir.
—Pero aca te vez mas delgado de lo que estas ahora.
—¿De verdad?.
—Si, aca te vez mucho mas delgado que ahora, lo tomo de tu cuello y hombros, se ven mas grandes ahora.
—Uuff gracias, no sabes lo que me esfuerzo por hacer aumento, al principio me costó un montón.
—Puf, yo hago aumento sin siquiera proponérmelo. —decido preparar el mate o no tomamos mas.
—Bueno, pero estas tremenda de bonita. —lo miro enseguida por eso, creo que lo quería decir para él pero lo escuché clarito—. Mira, aca esta mi mamá, hermanas y cuñada, se ven mejor. —me pasa el celular y miro bien a las mujeres preciosas, y me doy cuenta de cuál es la cuñada porque es mas morena y los ojos oscurísimos, una mujer preciosa con un hombre precioso, y yo aca creyendo que tengo chance con él y noto que no es asi.
—La verdad que son hermosas, no tengo ninguna para decir que es mas hermosa que la otra, tu cuñada no mas, que resalta por ser morena, pero eso no mas, porque tu mamá y hermanas una monada, tus sobrinas igual, hermosísimas. —le devuelvo el celular sonriéndole y quiero cambiar de tema para no sentirme tan mediocre de desear una belleza que nunca voy a poseer—. ¿Qué celular es? Una imagen tremenda tiene.
—Es un S23, mi abue me lo regaló para mi cumple pasado, el mío se lo había tirado a Benaias por la espalda y lo partí.
—¡Ay Adiel!.
—Si, estábamos peleando y se lo largue cuando me cansó, le di en la espalda y cuando cayó se partió la pantalla, lo agarré y se veía de todos colores, resulta que se me rompió la plaqueta y convenía comprar uno que arreglarlo, —le doy el mate y saco un pajarito asi como—. Mis papás no me quisieron comprar uno por estar peleando, le lloré a mi abue y me trajo uno.
—Le lloré... —me llegan a salir lágrimas de la risa que me da, es un loco para contar historias—. Wou, se ven tremendos esos pajaritos.
—Espero te gusten, mmmm, ¿Cómo te tomaste el mensaje?.
—¿Qué mensaje?.
—El del profe con los grupos. —agarra el celular mirando—. No te creo Adiel, ¿no revisas los mensajes?.
—No, lo tengo en silencio encima, aca lo vi, oojjj, con esa pesada me toca.
—Ahi vienen. —entran los tres compañeros mas que van con nosotros.
—Hola, hasta que te encontramos.
—¿Adiel, hacemos en la otra mesa?.
—No. —mueve las cosas a mi lado y se para—. Entramos todos aca y podemos tomar mates entre todos. —cuando se sienta a mi lado bajo la mano y él la agarra apretándomela—. No sabia nada lo de los grupos.
—Anoche lo mandó el profe. —se sienta Martina en la punta de la mesa al lado de Adiel, Javier al lado mío en la punta y Brian al frente mío—. ¿Me puedo servir?.
—Si, saquen.
Pasamos dos horas y media haciendo un trabajo practico, a mi me tocó con los chicos y a Adiel con la chica, no me hablo con ninguno de ellos, me sé los nombres porque cuando pasan lista alzan sus manos y los recuerdo, pero no es que los conozco porque seamos amigos, somos cinco en una carrera y ninguno de ellos me habla, ellos tres siempre estan juntos para todos lados, despues seguía yo con Adiel que nos sentábamos solos sin hablar con nadie, y ahora somos un grupito de dos con la carrera dificultosa que tenemos. Me da risa porque Martina le sonríe, le agarra la mano y él amablemente se aleja y cuando nos miramos me da vuelta los ojos, es una situación que se vuelve incómoda porque es pesada, parece no darse cuenta que lo esta acosando deliberadamente y descaradamente.
—Bueno, ¿Adi vamos?.
—Si.
—Aun no terminamos.
—Por mi parte lo traigo hecho y se los paso mañana.
—Yo igual, vamos gordita. —juntamos las cosas con la mirada de ellos, me agarra la mano y salimos—. Nos vemos. —caminamos apurados, cuando salimos corremos riendo—. Escondámonos de esos locos.
—AAAAGGGGG. —grito porque me falta el aire y porque llueve—. NOS VAMOS A MOJAR TODOS.
—NO IMPORTA, ALEJEMONOS DE ESOS IDIOTAS.
*****
Adiel.
—VAMOS AHÍ. —la llevo al cajero que tiene la facultad, hago que entre primera y ahí me meto trabando la puerta—. Espero no nos hallan seguido.
—Espero que no porque fue super incómodo como te tiraba honda y tu nada.
—No me di cuenta de eso.
—Si estabas re incómodo mentiroso. —sonriendo la miro como se pasa las manos por la cara y se acomoda el pelo—. No me había dado cuenta que llovía, ahí dentro no se escucha nada.
—Es verdad, no se escucha nada. —me apoyo en la pared mirándola, pongo las manos por detrás de mi culo pellizcándome los dedos—. Podríamos ir a comer a algún lado, no pienso volver ahí.
—¿Y las hamburguesas que traje?.
—Cierto, vamos al auto entonces, si vienen nos vamos enseguida.
—Bueno, vamos a mi auto, pero esperemos a que calme un poco. —no se puede ver hacia afuera porque los cristales son blancos asi no se ve cuando sacan dinero—. Me dio un poco de frio.
—Esta bastante helado, me gusta este clima.
—A mi igual, dormir una siesta bien tapada es mi sueño cumplido y que quiero seguir cumpliendo.
—Si, lo mejor es estar en la cama, tapados, escuchando la lluvia, una delicia. —miro hacia abajo porque casi me sale abrazándola, pero bueno, si quiero que pase me debo esforzar—. Creo que paró.
—Si, aprovechemos. —en su auto tiramos los asientos lo mas atras posible y sacamos las cosas para comer, vamos a seguir con los mates porque cuando llegaron esos pesados dejamos de tomar.
—Sabes, escuché un poco de k-pop ayer, —abro bien las piernas comenzando a preparar el mate para que nos saque el frio, no me tengo que enfermar, tengo unos partidos importantes—. Me quedó gustando un grupo de chicas.
—¿Cuál?.
—Déjame buscar que no recuerdo el nombre. —busco en el teléfono y lo pongo—. Esas, me re gustó.
—Aaaah, es Twice, ¿Por qué escuchaste?.
—Porque queria saber que era lo que te gustaba y lo entendí, te dan ganas de hacer de todo, hasta de limpiar mi casa sin que mi mamá me tenga que tirar de los pelos.
—Aaayy Adiel.
—Si, mira, ayer me limpie mi habitación sin que me reten. —se pone un poco de lado mirándome riendo.
—Son unos de mis grupos favoritos, hay otro grupo que son dos chicas y dos chicos y vienen en unos meses a dar un show.
—¿Vas a ir?.
—Noooo, salen caritas las entradas, y si estoy a dos cuadras no pienso pagar para verlos en una pantalla.
—¿Cómo se llaman?, Los busco, pon música tu.
—Kard, ahí te pongo de aca. —reviso hasta que encuentro, vienen en cuatro meses, reviso las entradas y si, salen caras pero no imposibles—. ¿Viste qué estan caras?.
—Si, pero las compro y vamos.
—¿Eh?.
—Si, ¿Qué dices? ¿quieres ir?.
—Me encantaría, pero no quiero que gastes en algo por mi.
—Es un regalo, de paso me enseñas como se vive algo de eso.
—Vas a vivirlo conmigo porque nunca pude ir.
—Buenísimo entonces.
—¡AAAYYYY, no puedo creerlo gracias!. —se va hacia adelante abrazándome, y no sé que tengo en la cabeza que la beso, se hace hacia atras mirándome con duda—. ¿Qué fue eso?.
—Un beso, —sigue envolviéndome por el cuello y yo agarrándola de la cintura—. Un beso que me gustó.
—Vamos a confundir las cosas Adiel.
—No, no vamos a confundir nada.
—¿No somos amigos?.
—No, nunca dijimos amigos, nunca te dije amiga ni te consideré como una. —mira mis ojos y mi boca poniéndome nervioso, me acerco mas rozándole los labios—. No te considero como una amiga, ¿tu como me consideras?.
—Un amigo no. —apoyo mis labios en los de ella cerrando los ojos, el primer beso que doy, bueno, segundo porque hace cinco segundos fue el primero, y no sé que mas hacer que apoyar mis labios con los de ella, aunque quiero comerme su boca—. Mmmm, Adiel. —me estoy por alejar cuando me agarra la cabeza besándome con mas fuerza, giro un poco la cabeza y abro la boca chupando sus labios, se me viene mas encima cosa que debo alzar la cabeza y apretarla mas—. Mmmmjjjjj.
—Aaaajjj. —la alzo mas, tanto que queda encima mio.
—Para, estoy encima tuyo.
—No me importa. —la miro fijo y si, esta encima mio sentada, bajo las manos por su espalda a sus nalgas—. No me importa que estes encima mío, —vuelvo a besarla, sinceramente no pienso en nada mas que en su boca con la mía y en la erección en mis pantalones—. Ooojjjj mi señor. —le aprieto mas las nalgas porque mueve las caderas, me muevo acomodándome mejor en el asiento y ella me besa mas duro, metiendo su lengua en mi boca cosa que hace que casi me venga en los pantalones.
—Ey. —miramos hacia afuera donde hay una mujer—. Estamos en un lugar publico.
—¡Que vergüenza!. —vuelve a su asiento y se baja.
—¡Oh por Dios!. —me bajo con la mochila tapándome el frente del pantalón—. Disculpe, no nos dimos cuenta.
—Esta bien, dije, voy a decirles antes de que se pasen y alguien los filme.
—Si, gracias. —rodeo el auto con mis cosas—. Bueno, me tengo que ir o nos la vamos a mandar.
—Casi que lo hacemos.
—Ssiiii. —se friega las manos con fuerza, nervioso me inclino dándole un beso en la boca.
—Me tengo que ir.
—Yo tambien. —pongo mi mano libre en su nuca profundizando una vez mas el beso—. Mmmgggg. —la aprieto contra el auto con casi desespero, se tiene que agarrar de mi cintura donde la acorralo tanto—. No puedo soltarte.
—Yo igual, pero tenemos que irnos. —deseo volver a besarla pero me alejo, mira el frente de mis pantalones cuando me toco asi me acomodo el cierre—. No soy un degenerado, me quería acomodar el pantalón, no me queria tocar.
—No pensé eso. —sonríe rompiéndome el mil pedazos—. Cúbrete sino te van a ver.
—Si, me voy.
—Yo igual. —quedamos como estamos—. Chao.
—Chao. —doy unos pasos hacia atras sonriendo—. ¿Te puedo mandar mensaje?.
—Si, asi hablamos sobre lo que pasó.
—Si, te mando mensaje. —manejo a la casa riendo sin parar, mi primer beso fue como me lo imaginé, y aun mas satisfactorio de lo que creí, y eso me hace desear volver a besarla, tocarla, apretarla como hice—. AAAGGGG.
—¿Qué te pasa?. —apoyo la frente en el volante al ver a mi papá del otro lado golpeando el vidrio, bajo negando—. Cada vez que te encuentro te asustas, ¿escondes algo para tanto susto?.
—No, estaba pensando, solo eso. —bajo todo sin dejar de sonreír y de sentir las nalgas de Carla en mis manos.
—Te estoy hablando Adiel.
—¿Qué pasa?.
—¿Qué te pasa a ti? Estas raro hijo.
—No pasa nada, estoy disperso, ¿Qué me decias?.
—Que si vas a entrenar.
—No, quiero ir a la cama a dormir un poco, tal vez si me levanto con ganas salgo a correr.
—Bueno, mejor que descanses un poco, andas todo el día sino.
—Si. —en la cocina saco las cosas para lavarlas.
—Deja, yo lo lavo, ve a descansar.
—¿Mamá?.
—Con Sefo en el taller.
—Bueno, voy a dormir.
Corro a mi habitación tirándome a la cama hundiendo la cara en la almohada gritando, no puede ser, todo lo que siento es irreal, fue maravilloso, me hizo temblar las piernas, desear nunca soltarla, deseo estar encima de ella haciendo el amor, demostrarle todo lo que me gusta, decirle lo que siento, y grito porque no tuve las pelotas de decírselo de frente, preferí decirle que le mandaba mensaje y no decirle las cosas cuando la tenia frente a mi, ¿pero qué le decía? ¿Qué me gusta? ¿Qué es muy bella?.
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