—¿Es cierto lo que dijiste hace un momento? ¿De verdad te secuestraron?
—Es cierto, el hombre que lo hizo y cobro una cuantiosa suma por traerme se lo dijo abiertamente a Geovanny, el dueño de este sitio. Al parecer soy parte de una venganza que no recuerdo de que se trata, ya que desafortunadamente perdí la memoria. Samanta, sobre lo que dijiste de mi anteriormente ¿Es cierto? ¿Soy modelo? porque eso mismo dijo el hombre que me trajo a Geovanny
—Sí, es cierto, lo eres y estoy muy segura que eres la misma que aparece en la valla que mencione y también me parece muy cruel que te hayan hecho esto. No imagino como estará tu esposo y tu familia por tu desaparición
—¿Esposo? ¿Tengo esposo?
—Desde luego, solo no recuerdo como se llama, pero tengo entendido que es un gran empresario y uno muy atractivo por cierto ¿no lo recuerdas?
—No, en realidad no y tu Samanta ¿cómo llegaste aquí?
—A mí me engañaron, me dijeron que sería modelo y como siempre ha sido mi sueño, lo creí y al llegar aquí me di cuenta que era una farsa, una trampa de la cual no pude salir, no se puede, algunas que las envían a otros países han huido y otras inclusive han muerto tratando de hacerlo, esto aquí es horrible. Al parecer el que te trajo de verdad te odia en serio
—No cabe duda y las demás que están aquí ¿cómo han llegado?
—Algunas como yo, otras voluntariamente para conseguir dinero y otras como Susy y tú que han sido vendidas. Aunque en el caso de Susy fue su padre quien la vendió
—¿Su propio padre?
—Si, al parecer es un adicto a las drogas y consiguió la mejor manera de ganar dinero fácil, de esa manera poder pagar sus vicios sin problemas. A ella no le agrada que se lo recuerden, así que procura no hacerlo Melania.