—Sí, continúen durmiendo, pero recuerden que esta noche deben volver a trabajar por su sustento, el cual no lo tendrán si no trabajan, tarea que también a ti te corresponde hacer Melania.
Al terminar de dar el comunicado Candy me dejo allí y se marchó por donde vino. Gire para ver a las demás chicas, quienes me miraron muy mal, especialmente Susy, luego se acomodaron para continuar durmiendo.
Debido a que estaba un poco cansada y confundida por toda esta situación, me aproxime a una de las camas que estaba desocupada, recostándome en ella para poder apaciguar mi sentir. De pronto la chica pelirroja que anterior escuche que la mencionaron como Bella se acercó a mí.
—Hola ¿puedo sentarme? —la mire y respondí que sí.
Ella era otra chica muy atractiva, de piel blanca, cabello rojo muy largo y ojos azules que destacaban su mirar. No entendía cómo también estaba en un lugar como este siendo alguien que no merecía estar aquí.
—¿Tienes hambre? te ves muy pálida
—Si, en realidad no he probado bocado, no que yo lo recuerde
—Pobre, te traeré algo, espera.
Al regresar trajo una bandeja con sándwiches rellenos de jamón y dos botellas de agua.
—Es mi comida de hoy, pero la compartiré contigo y después hablaremos ¿quieres?
—Por supuesto y gracias por ayudarme, Bella
—Ni lo digas y mi verdadero nombre es Samanta, no Bella como suelen llamarme aquí, en este lugar nos cambian los nombres como si les perteneciéramos —comentaba con mucha tristeza a través de sus palabras
—Pero descuida, come, debes alimentarte.
Le hice caso y comí parte de lo que me dio, me sentaba bien ya que Antonio no me había dado nada de comer, ni siquiera de tomar estando bajo su dominio.