Dime, ¿qué hago?

1314 Words
ALICE Presente… En cuanto abrí esos mensajes, supe que leería algo que no me gustaría, estaba tan segura de ello, ese sexto sentido que nos caracteriza tanto a las mujeres es algo que siempre me ha gustado, deseaba con toda el alma estar equivocada, pero soñar no sirve de nada. *Hola, ¿eres Alice? *Perdón, pero se trata sobre Andrew. *Por favor, ¿puedes comunicarte a este número? *Me urge que respondas, Andrew se encuentra en el hospital, necesitan la autorización de algún familiar cercano para llevarlo a cirugía. Una vez que leí cada uno de esos mensajes, mi corazón empezó a bombear como loco, creí que Andrew se iba a morir y por ende llamé a la persona que estaba intentando contactarme, si tan solo hubiera sabido de lo que estaba por enterarme, le habría dicho a Lina que fuera ella misma al jodido hospital. —Hola, acabo de recibir tus mensajes, me puedes decir que le sucedió a mi esposo. —Lo siento, pero él se encuentra muy grave en el hospital, deberías venir ahora. Colgué sin responder nada más, no sé quién sea la mujer que me contacto, pero eso era lo de menos ahora, lo único que me importaba es que Andrew se encontrara bien y que no le pasara nada, busque rápidamente a Georgina, la persona que me ayuda a cuidar de la pequeña Maia, y le pedí que cuidara de ella. Realmente no le explique nada acerca de lo que había sucedido con Andrew, porque ni siquiera yo misma lo sabía, pero me pidió que la mantuviera al tanto, total, ella también había sido la nana de Andrew y le tenía cierto cariño. Llamé a un taxi debido a que con los nervios que tenía, sé que no podría conducir el auto y no pensaba yo también tener un accidente. Le pedí al chofer que manejara lo más rápido posible, y gracias a Dios y por suerte debido a que era bastante tarde, las calles se encontraban prácticamente vacías. Llegué unos treinta minutos después, entre a toda prisa al hospital y pedí información acerca de Andrew, de inmediato llamaron al médico, me explico las condiciones en las que llegó y como tenía que ser operado de urgencia para poder salvar su vida, de inmediato di mi consentimiento y me fui a la sala de espera. Unos minutos después, los padres de Andrew llegaron, me toco ahora a mí, explicar lo que estaba sucediendo con su hijo, pero aún faltaba saber cómo es que había terminado de esa forma. De pronto, una rubia alta y de buen cuerpo, se acercó a mí, parecía avergonzada, pero no se detuvo ni siquiera al ver que me encontraba con los padres de Andrew, aunque muy seguramente, ella no tenía ni idea de quien se trataba. —Hola, ¿eres Alice? —cómo los padres de Andrew se encontraban a mi lado, todos la miramos, esperando a ver qué es lo siguiente que diría. —Tú eres la que mando los mensajes, ¿no es así?, ¿puedes decirme lo que paso? —ella asintió. —Siento lo que te voy a decir, pero Andrew y yo… llevamos saliendo un par de semanas, no supe de tu existencia hasta que él mismo lo admitió, solo hace un par de horas —sentí cómo un balde de agua fría caía sobre mi cabeza, empapando cada parte de mi cuerpo, juro por su vida, que no lo volvería a hacer, pero mintió como siempre y yo, estúpida de mí, volví a creer en sus falsas promesas y palabras, no quise que ella se diera cuenta de mi dolor, pero necesitaba respuestas. —¿Desde cuándo? —pregunté con una frialdad, que nunca creí posible, pero ya estaba tan cansada de todo esto, que me quebré. —Hace… unas seis semanas, lo conocí en… —No me importa, solo pregunté desde hace cuando, no me importa si lo conociste en el trabajo, en un jodido club o donde sea que lo hayan hecho, ¡me importa una mierda! —alce la voz más de lo debido y en ese momento, Lina y Frederic, se dieron cuenta de lo que pasaba— ¿Cómo fue que Andrew terminó aquí? —Lina se acercó en ese momento, para brindarme su apoyo incondicional, como siempre lo había hecho— responde a lo que te pregunte. —Salimos… de un bar, él había tomado más de lo usual, le pedí que llamáramos un taxi, pero se negó, condujo a toda velocidad y nos terminamos estrellando, es por eso por lo que… —alcé la mano para que se callara, no quería escucharla más. —¡Lárgate!, tu presencia no es bienvenida aquí —Lina la corrió a patadas, solo con sus palabras, ella por supuesto no tuvo más remedio que irse. Una vez que se fue, caí de rodillas al piso, me encontraba tan harta, cansada y asqueada, de las mismas estupideces de Andrew, a menudo era lo mismo con él, lágrimas de amargura corrieron por mi rostro y Lina también se arrodilló para abrazarme, ahora mismo era lo más cercano a una madre que podía tener. Todos me lo advirtieron, mi padre fue el primero en hacerlo, me pidió miles de veces que renunciara a él, los padres de Andrew también lo hicieron en su momento y les pedí que me dieran tiempo para hacerlo cambiar, quizá creyeron que lo logré; sin embargo, si ellos supieran todas las cosas que he tenido que pasar por su maldita culpa, ni siquiera me habrían pedido formar una familia con él, hasta el mismo Andrew me lo advirtió, pero me empecine en hacerlo a mi manera, pensado, tontamente, que lo haría cambiar algún día, ahora me doy cuenta de que nunca fue así y no tienen una idea de cuanto me arrepiento por haber aceptado entrar en la vida de Andrew, cuando siempre tuve presente que él no era un hombre para mí. —¿Ha sido la única, Ali? —Lina pregunto con temor, aunque seguro que ya conocía la respuesta, pero necesitaba escucharla de mí. —No —negué con la cabeza— supongo que tanto Maia como yo, nunca le importamos lo suficiente como para no seguir haciendo de las suyas, hasta ahora me doy cuenta de que siempre será lo mismo con él y estoy tan cansada de todo esto, no hay día o noche que no piense con quien mierda es que ahora se está acostando, o si de verdad está trabajando como siempre me dice. Me encuentro mentalmente agotada, ya no puedo más, por favor, Lina, ¿Qué hago?, dime que hago. Antes de que la bomba estallara… La pasé demasiado bien a su lado, de saber que pasaría una noche agradable, desde hace mucho que habría aceptado su invitación, obviamente, no fue la única ocasión que salí con él, ya que me servía para alejar a Andrew de mi mente. Erick, a pesar de que sabía que se encontraba interesado en mí, jamás se comportó de una manera distinta conmigo, y eso, hasta cierto punto, me tenía un poco mal, puesto que yo no correspondía sus sentimientos y eso él muy bien lo sabía, no obstante, jamás me hizo ningún tipo de reclamo, sino al contrario, siempre estuvo ahí para mí y le agradecí mucho, puesto que extrañaba como una maldita loca a Andrew, no había día o noche que no pensara en él, no sabía cómo sacarlo de mi mente. Los meses pasaron y Erick se tuvo que marchar de la ciudad, debido a un problema con una de sus empresas en Londres, nos despedimos, pero él me prometió que regresaría a reconquistarme, solamente negué con la cabeza, porque sé que lo dice muy en serio, no obstante, mi corazón le pertenece a otra persona, una que sin duda alguna no se lo merece.
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