ALICE
Presente...
Me hallaba de lo más a gusto, recostada en mi cama, Andrew había salido de viaje de trabajo y no llegaría hasta un par de días después, la verdad es que no me gustaba que me dejara sola tanto tiempo, mucho menos en mi estado, pero no tengo de otra más que aguantar.
Mi móvil se escuchó y lo tomé, en cuanto vi que se trataban de algunos mensajes que no tenía ni idea de quien era, lo volví a bloquear y lo dejé sobre la mesita de noche, pero de nueva cuenta, ese mismo número volvió a enviar mensajes.
Los abrí para leerlos y saber de qué se trataba, quizá se habían equivocado de número, no lo sé, o quizá nunca debí haberlos abierto, aunque no me queda ninguna duda de que lo hicieron para lastimarme.
Antes de que la bomba estallara…
Después de un par de semanas, en las que Andrew y yo seguimos disfrutando estar el uno con el otro me presento a sus padres, obviamente me presento como una simple amiga y no me sorprendió cuando se refirió de esa forma a mí, sobre todo porque sabía que él, jamás había llevado a ninguna mujer a casa de sus padres y eso creo ideas en mi cabeza aún más erradas.
Sus padres, sobre todo su madre, Lina, estaba encantada conmigo, y ella, al igual que yo, creyó que la relación de su hijo conmigo iba más en serio de lo que en realidad él les quería hacer ver.
Después de esa noche, Lina, me invito un par de veces a comer con ella, y como negarme, si era una mujer encantadora, por supuesto que salí prácticamente todas las veces que ella me invitó, hasta que comenzó a preguntarme cada vez más sobre mi relación con su hijo.
Obviamente, tuve que reventar su burbuja, le hice ver que realmente Andrew y yo solo éramos folla, amigos, bueno no se lo dije tan textual, pero le dejé en claro que él y yo únicamente éramos amigos y probablemente por eso, es que me había presentado ante ellos.
Lina me miró con los ojos entrecerrados, no creía que fuera del todo cierto y terminó preguntándome algo que yo pensé que había ocultado bastante bien, todo este tiempo, pero al parecer, no.
—Ali, necesito que seas completamente honesta conmigo —asentí, porque jamás creí que fuera a preguntar algo como lo que estaba a punto de escuchar— ¿estás enamorada de Andrew? —sentí cómo mi rostro se tenía de tojo y de mil colores más, ¡dios!, no puedo ser más discreta, ¿acaso?
—Yo… la verdad es que… no Lina —reí avergonzada— Andrew y yo únicamente solo somos amigos, ¿por qué lo preguntas?
—¡Oh, qué lástima!, debí tener la impresión equivocada todo este tiempo —asentí vigorosamente— en verdad es una pena, harían una pareja hermosa, créeme —sonreí, solo porque no sabía qué carajo decir.
—No te preocupes Lina, supongo que hemos dado la impresión equivocada a todo mundo, quizá, debería de frecuentar un poco menos a Andrew —frunció el ceño sin decir nada y cambiamos el tema de conversación, supongo que fue lo mejor.
Las chicas de la empresa parecían odiarme, tanto a mí como a Evangeline, imagino que a ella no le importaba, pero a mí, en cambio, era todo lo contrario. Tenía que agachar la mirada para no mirar con el odio que me observaban, seguramente, hasta criticaban mi forma de vestir, pero vienes a trabajar, no a ligar y la verdad pasar, lo más desapercibida posible había sido mi estilo, hasta que Andrew llegó a mi vida.
Pero como siempre, todo lo bueno, tiene que terminar, los problemas entre el jefe y Evangeline empezaron como una pequeña bola de nieve, fui testigo de ello, y a la par, de todas nosotras, unas bolas eran mucho más grande que otras, pero, al fin y al cabo, todas se fueron agrandando más y más hasta que ninguna pudimos con ello. Lo mío en realidad no era nada del otro mundo, pero comencé a sentirme dejada de lado en cuanto Lina me hizo aquella pregunta, sobre todo porque al final se descubrió que la familia de Andrew era familia directa de Evangeline.
Y cuando los problemas de Ev con el jefe dieron inicio y no hubo de otra, más que ella terminará yéndose a otro país, fue cuando definitivamente Andrew y yo nos separamos, noté un tinte de tristeza en su mirada al decirme que no podía dejar sola a Ev; sin embargo, lo entendí. Además, creo que me hará bien estar lejos de él durante algún tiempo, me estoy enamorando hasta las trancas de él y eso no puede seguir así, no cuando el mismo me pidió que no lo hiciera, quizá él solo me considera como una amiga, solo eso, o la mujer del proceso, pero de algo estoy completamente segura, si sigo este camino sé que saldré lastimada.
Como todo con las chicas estaba patas arriba, pues decidí que lo mejor era estar con ellas, bueno, obviamente con las que aún seguían aquí, concentrarme en el trabajo y ¿Por qué no?, salir de vez en cuando, ya conocía bastante bien algunos lugares como para saber si era seguro estar ahí o no, quizá conozca a alguien que haga olvidarme de Andrew.
Desgraciadamente, no sucedió nada de eso, yo, cada vez extrañaba más a Andrew, hablamos algunas veces por llamada o mensaje, pero nada más, solamente me preguntaba cómo estaba, si salía a divertirme y no me gustaba mentirle, además de que lo hacía para comprobar que a él no le importaba en lo absoluto lo que yo hiciera o dejara de hacer, seguro que se sentía aliviado por dentro.
No creo que sea estúpido y no se haya dado cuenta de mi enamoramiento, pero por si acaso, le contaba todo, solo me pedía que tuviera cuidado y me divirtiera, nada más. Sé que Ev la estaba pasando mal, por ello casi no hablamos sobre ella, aunque siempre le pedí que la saludara de mi parte.
De este lado del país, mi jefe, se había vuelto peor que antes, aunque no entendía cómo es que podía seguir con la perra de… ni siquiera me gusta mencionar o pensar su nombre, porque es por ella que la relación de Ev se fue a la mierda.
En todo caso, es algo que no puedo remediar yo, así que prefiero no meterme en asuntos ajenos por más que me duela y me dé rabia ver a esa en la empresa y sentirse triunfadora por haber deshecho una relación demasiado bonita.
Justo en esos días conocí a un hombre que era demasiado agradable, se llama Erick Sanders, un socio de Alexander, el cual es muy divertido, simpático y guapo, siempre que visitaba al jefe me hacía reír con sus ocurrencias, me invito a salir un par de noches, pero siempre lo rechacé, no sabía muy bien por qué lo hacía; sin embargo, una ocasión lo sorprendí, dándole como respuesta un sí. Poco sabia yo que él sería el hombre que al final me salvaría de todo el daño que Andrew me iba a provocar.
Erick llegó muy puntual a mi complejo de apartamentos, me había dicho que me llevaría a un restaurante muy elegante, por ello trate de vestir con mi mejor vestido y unos tacones a juego, en cuanto me vio, me miro de arriba abajo.
—Te ves… impresionante —me sonrojé y solo respondí con un gracias.
La verdad es que no recuerdo ninguna vez que Andrew me haya visto de la manera en que Erick lo hizo, excepto por la primera vez que follamos, es interesante como tu mundo puede venirse abajo solo dándote cuenta de que el amor que le puedes tener a una persona no siempre será correspondido como tú deseas.