Narra Eva. Nada de lo que había dicho mi tío me sorprendió. Creo que a Tobías le dolía más que a mi. Yo me había vuelto insensible a los insultos de mi tío, pero saber que mi esposo se preocupaba lo suficiente por mi como para arriesgarse a vengarse de Roger Smith fue un hermoso regalo. Me aparte del beso, intentando recuperar el aliento. Mi tío es peligroso. —Tobías, debiste dejarlo así, los moretones, el insulto, todo. No quiero que te haga daño —le dije. Él sonrió, pasando un dedo para enmarcar mi rostro. Podría ser sorprendentemente gentil. Siempre esperaba lo peor de los hombres. —No me pasara nada. Soy peligroso, Eva—respondió. Luego, sus labios volvieron a bajar sobre los míos. Fue deliciosamente minucioso esta vez. Se sentía mucho más que un deseo s****l, al menos para mi,