Narra Tobías. Cuando vi sus moretones se sintió como una bofetada en la cara. No ayudó que ella hubiera recibido la paliza, una que no merecía. La culpa brotó dentro de mí. Si tan solo lo hubiera adivinado, no había forma de que la hubiera devuelto a casa ese día. Ella era frágil, solo tenía dieciocho años y ya me la habían prometido como esposa. ¿Cómo se atrevía ese hijo de puta a ponerle las manos encima? Quizás debería haber dejado atrás el pasado. Quizás debería haber puesto la otra mejilla. Lo primero que hice fue buscar venganza. Aunque planeaba ocupar el lugar como cabeza de familia, siempre respetaría a mi padre, especialmente en público. Fue lo correcto para la familia Spencer. Roger Smith era otra historia completamente diferente. Él golpeó a su sobrina, ella que ha perdido a su