En ese momento, cuando Madeline le dijo todo, Nora no quiso creerlo.
Las lágrimas comenzaron a resbalar imparables por su rostro y un dolor inmenso empezó a retorcerle el pecho.
Ese no era Aiden… no podía ser su Aiden… ¡Debía haber otra explicación!
—Solo estuvimos juntos unas semanas, al final me arrepentí y lo dejé. —Guardó sus fotos en su bolso—. Quiero mucho a la señora Gwen como para traicionarla de esa forma… nunca podría hacerle ese daño… menos sabiendo de su terrible enfermedad…
—¿Enfermedad? —susurró, casi sin voz, todavía sin dejar de llorar.
—Sí, sufre de cáncer, no vivirá mucho… —Suspiró con tristeza—. Pero a Aiden nunca le ha importado ella, aunque tampoco nunca le importaron sus amantes… hasta que tú llegaste. —La miró fijamente—. Felicidades, parece que lograste lo que ninguna, él de verdad se divorciara por ti. Debes estar muy orgullosa. —La miró con ojos llenos de dolor—. Le vas a arrebatar el hombre que ama a una persona que ha vivido toda su vida sufriendo.
—Yo… —Ni siquiera le salió hablar, estaba demasiado aturdida.
—Pero adelante, querida, a ver cuánto le dura la fidelidad, porque sigue viéndose con las otras dos amantes, y quién sabe con cuántas más… ¿por qué crees que pasará unos días en Nueva York? Hacer que su esposa firme los papeles solo le tomaría unos minutos, pero él seguro que quiere saludar a las otras dos. —Negó con la cabeza, mientras Nora sentía una puñalada en el pecho.
—Aunque quizás después de su despedida con ellas si te sea fiel, porque hasta está renunciando al trabajo de sus sueños para poder revolcarse contigo en paz. Es un hombre tan inteligente y reconocido, con un futuro tan prometedor, pero un par de piernas bonitas lo convencieron de tirar todo por la borda. Debes estar orgullosa.
—Cállate. —Negó con la cabeza, secando sus lágrimas con fuerza—. No te creo… es imposible… él…
—Déjame adivinar otra cosa —le dijo, interrumpiéndola—. Seguro que él en algún momento te dijo "Si es necesario que te lo diga de nuevo, te lo diré: te amo. Solo a ti". O algo como… “Solo te amo a ti… nunca supe lo que era amar sino hasta que te conocí”.
Nora se quedó congelada en su sitio, con su rostro lleno de horror y sorpresa.
Esas eran las palabras que él había usado para convencerla cuando ella tenía sus dudas respecto a su viaje a Nueva York…
—Me lo imaginaba. —Volvió a negar con la cabeza—. Es lo que les dice a todas, amante número cuatro. —La miró con pena—. Parece muy sincero, ¿no? Apuesto a que le creíste por completo. Yo también le creí, pero él se los dice a todas, ¿de qué otro modo habría podido saberlo yo? Ahí tienes tu prueba. Te tomó por estúpida todo este tiempo, y caíste, tal como caí yo y las otras dos.
Nora cerró los ojos, llevándose las manos al rostro, ahogando un sollozo.
No… no podía ser cierto…
—Déjame darte un consejo. —De repente, Madeline dejó un puñado de billetes en la mesa—. Veté de aquí. Veté antes de que él regrese y vuelva a engatusarte con sus mentiras. Ya lo ha hecho con las otras dos, solo conmigo no le funcionó. Dice todo tipo de mentiras para mantenerte a su lado… no le des la oportunidad. No lo merece. Ya ha hecho daño a mucha gente.
—Yo… —Apenas fue capaz de hablar, su garganta se sentía como si estuviera completamente cerrada—. Yo… no tengo a dónde ir… yo… —Cerró los ojos, sintiéndolos doler por el ardor de tantas lágrimas.
Él era su mundo, él era su todo… y ahora resulta que al final era nada. Él era su muerte, su perdición.
¡Todo este tiempo la engañó!
—Tengo un boleto para Florida. —Dejó el ticket en la mesa junto al dinero—. Y de ahí toma un barco para ir a México, también te tengo un boleto para eso. —Le dio otro ticket—. Así él no podrá buscarte. Busca un hotel y un trabajo, eh… —Dejó más dinero sobre la mesa, mucho más—. Esto te alcanzara para unos tres meses de renta y otros gastos. Y aquí tienes mi número. —Le dejó una tarjeta.
—Escucha, no es tu culpa… Aiden es un hombre despiadado y sin corazón al que no le importa jugar con las mujeres, sé que parece maravilloso, pero simplemente le gusta el poder que tiene al jugar con otros. Es triste, pero es así. Yo ya pasé por eso, por eso necesitaba advertirte. Si necesitas ayuda, te ayudaré. Puedes llamarme. —Por primera vez, le sonrió con amabilidad.
—Lo siento si te dije las cosas de mal modo… créeme que no fue mi intención ser tan cruel, pero merecías saber la verdad, y la verdad a veces es dura, horrible, incluso, pero es necesaria. —Nora no le respondió, muy ocupada intentando mantener el llanto a raya—. Me iré ahora… pero escucha… no te quedes con ese hombre. No es para ti.
—Veté ahora, no lo dejes seguir lastimándote y mintiéndote como ya ha hecho con otras. Aunque sí quiera escaparse contigo, dejaría a mucha gente tirada, a un proyecto importante para todo el mundo, a su pobre esposa enamorada y enferma, a su jefe que creyó en él, a sus otras dos amantes y a su propio hijo…
—Veté, Nora, es lo mejor. Él deja todo por ti, sí, tal vez, pero no deja de ser un mujeriego, y seguro se verá con las otras dos, porque incluso a mí me ha llamado para meterse en mi cama, y eso hace solo unos días. No lo dejes convertirte en otro juguete. Veté, Nora. Eso es lo mejor para todos.
Aún en medio de tanto sufrimiento, Nora la miró con extrañeza.
¿En qué momento le dijo su nombre?
Madeline de repente se tensó, apartando la mirada.
—Debo irme ahora —dijo, con urgencia en su voz—. Sé qué harás lo correcto. Él fue el que actuó mal, tú no tienes nada que ver. Confió en ti. Él tiene la culpa de todo, tú solo eres otra víctima, igual que yo y las otras dos, pero ahora es momento de que esto pare por fin. —La miró fijamente, antes de asentir y marcharse de la casa.
Nora ni siquiera la miró, aunque si notó que de repente faltaba una taza de té, pero no prestó atención a eso.
Fue incapaz de levantarse de su asiento, enterró el rostro en las manos y gritó de dolor, con su mente llena de pensamientos que contribuían a herirla más y más. Aiden con otras mujeres, con un hijo, Aiden mintiéndole descaradamente, viéndola a los ojos y jurándole amor, cuando ella era solo un mero capricho.
¿Incluso le había escondido su hijo a su familia, a sus pobres padres? ¿Cómo podía ser tan cruel y enfermizo?
Cuando pudo dejar de llorar, después de horas, un sentimiento de odio empezó a llenar su pecho.
Una parte de ella quería enfrentarlo, gritarle todo lo que tenía para decirle, reclamarle y echarle en cara sus mentiras y lo horrible ser humano que era… pero ¿realmente soportaría enfrentarlo? No quería volver a sentir este dolor horrible… y también le daba miedo volver a caer en sus mentiras.
No… no le daría la oportunidad de volver a lastimarla.
Decidida, juntó todas sus cosas en su maleta y en su mochila. Tomó su bolso, el dinero y las cosas que Madeline le dio y preparó todo para irse.
Dudó un poco, pero al final tomó un lápiz y una hoja, dejándole a Aiden una breve nota para que supiera lo mucho que lo odiaba por haber jugado con ella de esa forma:
Lo sé todo, Aiden.
Madeline me lo contó. Me mostró las fotos, me dijo todo lo que le has hecho a esa pobre mujer con la que estás casado.
No quiero tener nada que ver con la vida podrida que llevas. No tienes idea de lo mucho que te odio…
Debí saber que era demasiado bueno para ser verdad.
Espero no volver a verte nunca. No te atrevas a buscarme.
Gracias por salvar mi vida, y gracias por dejarme conocer a tu maravillosa familia… pero, por lo demás… me arrepiento muchísimo de todos estos meses a tu lado.
Adiós.
Luego de llorar todo lo que tenía que llorar, Nora salió de la casa muy temprano al día siguiente, llegando justo a tiempo para tomar su vuelo a Florida y posteriormente un barco a México, donde comenzaría una nueva vida, a pesar de que ahora mismo no tenía ganas de vivir, porque Aiden fue su mundo… pero no podía dejar que ahora fuera su muerte.
No volteó a ver atrás. Él no lo merecía.
Iba a encontrar otro motivo para vivir, lejos de Aiden. No lo dejaría lastimarla ni mentirle nunca más.
Al final, él en verdad fue solo otro hombre horrible en su vida. Debió saberlo. Debió saber que su destino era únicamente sufrir y sufrir.
¿Acaso alguna vez podría ser feliz? Tendría que averiguarlo… y lo haría muy lejos de él. Empezaría de nuevo.