Capítulo 18

2193 Words
Después que todos los jeep y rústicos militares pasaran, Susy volvió de nuevo a la carretera. El corazón de las chicas se sentía agitado, se podía escuchar desde cierta distancia. —¿Estas bien? —pregunto Susy al ver que la respiración de Jasmín había aumentado, y la palidez de su rostro igual. —Si… creo… que estaré bien. —Debemos darnos prisa, al parecer todo está rodeado. Al parecer Lucía tenía razón al decir que este muchacho nos traería cosas malas. —¿Qué hacemos? No podemos dejar a las chicas solas —dijo Jasmín. —No, primero debemos dejarlos en un lugar seguro, los hombres nos advirtieron que solo los dejáramos allí, pero decidimos traerlos con nosotros, ahora debemos terminar lo que empezamos, vamos a llevarlos a un lugar seguro. —¡Esta bien, pero date prisa acelera! Susy manejó como si no hubiese un mañana. —Agua… —dijo una voz detrás de las chicas. Era Kevin el cual se encontraba semi despierto, sus ojos aún se encontraban apagados, pero parecía que tenía las fuerzas para hablar. —El chico —dijo Jasmín dándole fuerte con el codo a su amiga. El auto volvió a frenar cerca de una colina. Jasmín se agacho para buscar una botella que estaba en el asiento del coche. La destapó y la puso en la boca del muchacho, el cual mantuvo la boca cerrada. —A ella primero —dijo. —Vaya, aún en tu lecho de muerte eres un caballero —dijo Jasmín, estirándose un poco más, hasta quedar casi sentada para meter la botella en los labios de Tamara. La garganta de Tamara se estaba moviendo como si estuviese tragando. Luego de medio botella, pasó el liquido a los labios de Kevin, el cual sediento tomó. —Gracias. —No hay de que cariño —dijo Jasmín, con un guiño en su ojo. —¿Pueden decirnos quienes son? ¿y porque los están buscando? ¿deberíamos entregarlos o preocuparnos? —No, sigue avanzando… por favor —dijo el muchacho —llévanos a esas montañas. —¿Nos has estado escuchando? —preguntó Susy. —No es como yo lo diría, es difícil de explicarles. —Es mejor que empieces con el prologó, si no, no me muevo de aquí. —Cada segundo que pasan, corren más peligro. Por favor. Las palabras de Kevin fueron muy convincentes, y combinado con el aspecto ye tenía en ese momento. Susy decidió confiar en sus palabras y puso marcha. —No es por allí —dijo Kevin al ver que Susy cruzó a la derecha. —¿Disculpa? Tengo años explorando este terrero, y sé por dónde ir. —No la verdad no es mi intención cuestionar lo que dices, solo me estoy remitiendo a los hechos. No sé cómo explicarte, hay algo que me dice donde debemos ir —dijo Kevin con una voz segura. —Mira si hasta se me erizó la piel —dijo Jasmín mostrando su brazo. —Vamos hagamos lo que él dice, ya no tenemos nada que perder, seguramente el campamento estará ya bajo supervisión de esos hombres. Ah por cierto ¿ustedes son de los buenos o de los malos? —Yo soy de las malas desgraciadamente, pero él es de los buenos —dijo la voz Tamara con un susurro. —¿Alguno aquí pueden contar la historia? ¿Quiénes son los hombres?, ¿qué es lo que quieren? ¡Ya estoy harta de solo obedecen órdenes! ¡Quiero una respuesta inmediatamente, o sino simplemente los dejo aquí en medio de la nada! —Bueno en teoría no estamos en medio de la nada, creo que soy el que más conoce el lugar, y yo no pues, es una voz dentro de mí. —Es parte del efecto de la morfina —dijo Tamara. —¿Morfina? Eso quiere decir qué es lo que estás es delirando, Y seguramente no está el camino correcto —pregunto Susy con un aire de superioridad. —No dije eso, solo que está escuchando su propia voz desde el interior, a causa de las drogas mezcladas, su mente procesa más rápido en este momento que una computadora, por eso él piensa que es otra persona que le está diciendo o dictando, pero en realidad es él mismo quién se está dando órdenes. —¡Vaya! Esto ya se volvió algo paranormal ¿Tú eres una clase de doctora? ¿Cierto? —preguntó Jasmín. —Si lo soy, pero no me enorgullece para nada —dijo Tamara agachando la cabeza. —¿Puedo preguntar por qué? —dijo Jasmín. Tamara abrió la boca, pero Kevin la interrumpió de inmediato. —Solamente porque perdiste un paciente en una operación, no significa, que tienes que auto castigarte —recitó él, guiñándole un ojo. —Pero… —pero nada. —¿No eres muy joven para ser cirujana? —preguntó Susy con mirada perspicaz. —Te sorprendería, lo que hay detrás de este mundo —respondió Kevin. —¿Podemos avanzar? —Si, está bien, vamos —respondió Susy, sin más miramientos. Llegaron al punto dónde Kevin pidió ser llevado. el rostro de él se encontraba mejor, parecía que solamente el agua, le había devuelto la mitad de sus energías. —Bueno, aquí es, pero no parece haber nada aquí —dijo Susy, esperando que alguno de los presentes le dijeron que tenía razón. Kevin miró a todos lados, no había indicio de una cueva, todo parecía ser colinas, pero se agachó en el suelo y vio una roca que sobresalía. Con un enorme esfuerzo la movió. —Pero eres muy fuerte, no podría imaginar a Vicent o a Paul moviendo esa enorme roca, la cual parece ser de tu tamaño —dijo Jasmín sonrojándose un poco. Tamara se encontraba recostada de un árbol, con los ojos cerrados, parecía que algo le estaba causando dolor. Kevin estaba muy enérgico, era difícil creer que hacía menos de una hora estaba inconsciente, y ahora estaba allí haciendo trabajo pesado. Cuando la roca fue apartada, debajo de ella, había una trampilla. —¿Puedes hacernos el honor? —le dijo Kevin a Susy. Ella lo miró con malos ojos, pues esperaba que el chico se hubiese equivocado, pero no. —Creo que hasta aquí los acompañamos, nuestra misión acaba aquí —respondió ella. —¡Susy! —bramó Jasmín. —Es cierto, debíamos traerlos a este lugar. Eso fue lo que nos propusimos, no creo que ellos necesiten una mano para bajar por ese lugar, porque ya como te diste cuenta, el muchacho es fuerte, no le costará mucho bajar a la joven. Además, tenemos otra preocupación, debemos ir a las cabañas para encontrarnos con los nuestros, revisar que todo esté bien ¿O no quieres venir? Yo los considero a cada uno de ellos parte de mi familia, incluso a Stacy. —Es cierto, debemos irnos —dijo Jasmín con la cabeza gacha. —ha sido un placer para mí, conocerlos. —No tienen que irse, solo correrán peligro —dijo Kevin. —podrían irse mañana, los hombres de Rogers deben estar a los alrededores. —Lo siento pero no podremos quedarnos, y tranquilo, nos la arreglaremos. —Entiendo, si te encuentras en peligro, solo piensa en mí —le dijo Kevin a Jasmín antes que se marchara. La chica se puso más roja que un tomate, no podía hablar, ella parecía estar en el Nirvana. —Pensar en él ¿Quién se cree? —dijo Susy. Kevin bajó rápidamente a la cueva acompañado de Tamara. —Es cuestión de tiempo hasta que nos encuentren, Pero quizás Tú sí sabes cuál es la razón de que estés aquí, después de haber aparecido cientos de kilómetros lejos de ellos, hay algo en ti o en mí que lo está atrayendo, porque de otra forma No encuentro la lógica para que nos hayan conseguido tan rápido. —Bueno quizás soy yo, a ti no dio tiempo de colocarte ningún tipo de aparato, porque se llegó a dudar de que pudieses sobrevivir —respondió la joven. —¿Cómo hacemos para quitarte ese rastreador? —pregunto Kevin. —La verdad no sé dónde está, sé que está allí porque el doctor lo mencionó en un par de ocasiones, pero más de allí no sé. Solo sé que me durmieron y amanecí así. —¿Hace cuánto tiempo fue eso? —pregunto Kevin. —Si es por buscar algún tipo de cicatriz ahórrate el tiempo, pues ellos utilizan otro tipo de tecnología diferente a la que estás acostumbrado. —Si algo así me había imaginado, igual contestó la pregunta. La doctora se quedó pensando con los ojos hacia arriba; y lo pasaba de izquierda a derecha, como cuando un retrovisor limpia los vidrios de un carro. Sus ojos se detuvieron en un punto. —Casi dos años. —Bien. Kevin comenzó a pasar las manos por encima del cuerpo de Tamara, quizás pensando qué sus manos eran algún tipo de escáner. Tamara se quedó viendo lo que sí a Kevin con algo de vergüenza. —¿Por qué no oíste cuando tuviste la oportunidad? —pregunto ella. —Ya sabes la respuesta. —Si, pero debe haber algo más. Nadie sacrifica su propia vida en estos días. —Bueno, yo soy parte del uno por ciento de la excepción. —Ya veo, muchas gracias, te debo la vida, aunque siento que no la merezco. —No entiendo porque te auto castigas, si tú no inventaste nada de esto, solamente estabas en el momento justo en el lugar adecuado. Todos en esta vida somos reemplazables. —Me siento culpable, porque estoy allí prácticamente por culpa propia, el doctor verdaderamente era mi padre, yo simplemente estaba allí en una misión, soy un agente oculta. —Mira sí es clasificado déjalo así, no tienes que decirme nada más, sé que eres, fuiste, y serás una buena mujer. —Gracias —dijo ella. Bueno tengo que salir, además necesito algún tipo de herramientas, para sacar eso de tu cuerpo. Tal parece que lo que habían dicho era cierto, está cueva guarda algún tipo de secreto, pero nada mágico; solo se trata, de entrar recibo de aluminio y titanio, que recubre por todos lados, lo que hace algo indetectable. Podríamos estar aquí toda la vida, y no nos encontraría. Pero algún día se les ocurrirá qué debemos estar en un sitio similar, porque es poco probable que nos hayamos perdido de si radar. —Solamente estás pendiente de ellas, te preocupas mucho por las personas, y más aún cuando las acabas de conocer, quieres salvarla como a mí, tal parece que está escrito en tu ADN. Pero eso no lo introduje yo en ti, ni el doctor ni nadie, eso viene de aquí —dijo la doctora Tamara señalando el pecho del muchacho. —tu madre debe estar muy orgullosa de ti. —Sí lo está —contestó él. Susy y Jasmín iban manejando hacia el campamento, cuando de pronto el paso fue interrumpido por un grupo de oficiales, o algo así parecí a los individuos, qué estaban ahí parados amedrentado con metralletas y armas de fuego de gran calibre. Las dos mujeres parecían que estaban en medio de la guerra de Oriente. —Esto me parece algo absurdo, ¿de qué se trata todo esto? Nunca en toda mi vida había visto esto en medio del bosque, en medio de nada ¿cuántas personas se pueden conseguir en este parque nacional? —bramó Susy. —Lo siento señoritas, pero deben descender del vehículo son las órdenes —dijo un hombre, En cuál termina una ametralladora en la mano, y le apuntaba al cielo en ese momento. Las dos mujeres se quitaron los cinturones de seguridad que aún llevaba puesto. Jasmín viejo fascinación, cómo se había formado un grupo comando en tiempo récord en medio de la nada. —Si usarán este tipo de recurso, seguramente le fuese más fácil ciertas cosas —dijo Susy la cual se encontraba algo alterada. —Señor debemos llegar a dónde está nuestra familia en las cabañas de adelante, estamos algo asustados y aterrados, porque ha habido mucho movimiento en los últimos minutos aquí cerca. Nosotros simplemente somos cazadores. —Lo siento señorita, pero debe descender del vehículo, al igual que su amiga —el oficial lo dijo lento, cómo si la primera vez no hubiesen entendido las palabras con claridad, recalcó cada una de las palabras. —Somos ciudadanas norteamericanas, y conocemos nuestros derechos, los cuales a nuestro parecer están siendo pisoteados. Si no tienen nada en nuestra contra, no pueden detenernos en contra de nuestra voluntad. —¿Pero ¿qué hacen? ¿estás deteniendo a estas lindas señoritas en este lugar? Un hombre de pronunciada barriga y traje elegante y pulcro, apareció de la nada ante todos ellos. —déjalas marchar por favor, inmediatamente, no estás escuchando, son ciudadanas norteamericanas, y le estamos violando sus derechos. El señor Rogers sonrió con algo de frialdad. Y las órdenes fueron ejecutadas de manera inmediata, sí poner ningún tipo de excusa, levantaron la barrera que impedir el paso de vehículos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD