— Espumoso, caliente y escurre por tus labios - susurra Armando por detrás de Alana- Justo como te gusta. — Gracias - sonrío Alana con un gran sonrojo tomando la taza de café. — De nada - le sonrío y ella tomo su taza para beber un trago, la miro y soltó una pequeña risa - Perdón, pero Dios mío estas jodidamente buena - rieron divertidos - Tu cabello n***o, tus pircing, noto un tatuaje en el cuello - se acercó y con sus dedos lo acaricio levemente lo suficiente para provocarle un jadeo involuntario a la morena - Te ves deseable, Lana - suspiro con una sonrisa coqueta - No puedo imaginar como esta de cambiado tu cuerpo. — Bueno - Alana le sonrío de lado - Tendrás que imaginarlo, porque ahora mismo este cuerpo ya es dueño de alguien más. — ¿A si, quien? – levanto una ceja y se inclinó p