— Sigo sin poder creer que el Sargento te haya dado este auto. — Soy irresistible Steve - le dio un guiño y rieron - Al menos esto ya nos da una mejor excusa para ir a mecánicos. — ¿Qué dirás cuando preguntes de donde lo sacamos? — Una cuenta extranjera que nadie tuvo registro de ella – dijo Alana – Sacamos el dinero compramos un auto, además Alana y Steve ya no existen, somo Abby y David. — Perfecto ¿qué plan tienes en mente? Porque si no mal recuerdo tú y el jefe de mecánicos tuvieron algo. — No tuvimos algo - dijo Alana - Solo hablamos mientras tomamos un café en su oficina. — Si, claro - sonrío Steve divertido - Hare que te creo - suspiro - Este auto me trae recuerdos de un deportivo. — Oh si, mi Ferrari Enzo n***o - sonrío Alana deteniéndose en un semáforo - Adoraba ese auto.