La luz que irradiaba por la ventana impactaba sobre todo el rostro de Elizabeth, la cual todavía se encontraba adormilada, pero gracias a ese molesto resplandor se levantó algo disgustada, cubriéndose los ojos con una mano mientras estiraba su cuerpo. Cuando abrió sus ojos lentamente, vio hacia el balcón de la habitación de Harald, como no tenia cortinas, todo el resplandor entraba directo en el área de la cama de una forma muy molesta, sin embargo ella le prestó poca atención cuando la joven se dio cuenta que Harald no estaba allí, fue ahí cuando ella pudo ver con mayor detalle la horrenda habitación del rubio, y lo sucias que se encontraban sus sábanas. Por un momento, Elizabeth sintió que estaba durmiendo en una cueva donde se escondía un animal, es por eso que, si continuaba reposando
