Capítulo 16. Viviendo con un hombre lobo

2610 Words

Elizabeth permaneció ahí con Harald viendo como él en su forma de lobo, continuaba sentado justamente como ella se lo ordenó. La joven en ese instante no sentía ni una pizca de temor es por eso que comenzó a caminar alrededor del lobo gigante de pelaje blanco, viendo cada rincón del peludo animal. La joven acariciaba el pelaje de Harald sintiendo que era muy suave al tacto, además midió su cola, la cual igualaba la altura de la pelinegra que, deseó sujetarla sintiendo lo pesada que era, escuchando como Harald comenzó a gruñir cuando ella tocó su cola.   —¡Perro malo, silencio! —ordena Elizabeth, al instante que Harald guarda silencio—, esto es increíble… puedo controlarte aunque no sé qué consecuencias me traiga ¿Puedes entenderme? Si escuchas lo que estoy diciendo, levanta una pata—orde

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