VI Sordi averiguó en la Oficina de Empleo que la gobernanta de la casa Beltramotti había entrado al servicio de la familia en 1947. Por tanto, podía atestiguar de manera útil sobre las relaciones entre padres e hijos desde que estos nacieron si fuera interrogada de nuevo, pero esta vez a fondo, no tan apresuradamente como la primera vez en la calle. El martes después de la Pasquetta,16 Vittorio dio orden a Aldo de convocarla en comisaría, indicándole: —Dile que no puede hablar con nadie, sobre todo en su entorno laboral, si no quiere incurrir en graves sanciones penales. —No era verdad que hubiera sanciones: mi amigo, contando con la escasa cultura de la convocada, se había permitido esa arbitrariedad para evitar que la mujer hablara de la convocatoria con su empleadora, levantando sosp