Capítulo 3. ¿Qué pasaría si sales embarazada?, has pensado que no utilizaste protección.
Cuando Leonardo despertó era de madrugada, él buscó con la mano estirada a la mujer con la que había pasado la noche, tenía ganas de repetir un poco más de la deliciosa velada, pero solo encontró aquella nota en su lugar. El CEO se quedó pensando quien podría ser la joven salvaje que estuvo con él. Se levantó de la cama y algo llamó su atención, la mancha roja en la sábana le hizo comprender la deliciosa presión que sintió cuando la hizo suya, él se vistió buscando algo más que le dé un indicio de quien era aquella mujer, pero al no obtener nada, decidió tomar la sabana junto con la nota, le marcó a su asistente y le mostró la hoja de papel, el CEO había asistido al lugar con su asistente, sin embargo, Leonardo ingreso solo al bar, su asistente se mostró asombrado al leer la nota, pensó que su jefe había encontrado a la persona que buscaba y quizás se había quedado bebiendo con él, nunca se imaginó que había pasado la noche con una fogosa mujer.
Por más que preguntó por ella, nadie en el bar lo pudo ayudar, pues la falta de iluminación y el no uso de cámaras en el lugar, no permitieron que el CEO pueda averiguar más, además, nadie se percató del momento en que ella abandonó el sitio.
Celeste llegó a su trabajo como cada día, todos esperaban escuchar la escusa del ¿por qué? no asistió el día anterior, pero la joven no tenía una excusa para dar, su mejor amigo incluso esperaba que ella confiese lo que ocurrió con ella el día anterior, pero Celeste no tenía ganas de hacerlo, aunque todos notaron el corte que presentaba en el labio, producto del golpe que su madre le dio, nadie le preguntó por él.
-- Celeste se honesta conmigo, nunca faltaste al trabajo. No puedo creer que no tengas una excusa para cubrir el día que lo hiciste, ese golpe en el labio, ¿fue tu madre quien te lo hizo otra vez? – le pregunta Paul, Celeste sonríe avergonzada, en realidad no tenía una excusa, es más, ella había pensado renunciar de una vez, ya no era importante seguir trabajando después de lo que le dijo Javier el día anterior en la clínica,
Celeste miró a Paul, él esperaba una respuesta. Ella sonrió nuevamente lo jaló del brazo y lo llevó hasta su escritorio,
-- Te voy a contar lo que pasó anoche, pero prométeme que no se lo dirás a nadie – le pide ella y al ver a Paul asentir, Celeste comienza su relato, obviamente ella evita mencionar que recibió el resultado de sus análisis y que se ha enterado de su terrible enfermedad,
-- ¿Te volviste loca? – le grita Paul alocado, no podía creer que su amiga haya cometido tal locura,
-- En realidad sí, pero estoy segura de que me pusieron algo en la bebida. Nunca me hubiera acostado con un extraño si no hubiera sido así – confiesa ella, y Paul lo acepta también, pero se alegra de que su amiga por fin haya perdido su virtud, aunque no era la forma como una mujer lo hubiera soñado, al menos parecía no haberle molestado, incluso por la forma como se lo contó, parecía que hasta lo hubiera disfrutado.
-- ¿Se puede saber quién fue el héroe? – le pregunta él, Celeste muerde su labio inferior mientras se sonroja avergonzada, ella piensa un segundo si debe confesar ese detalle ¿o no?, cuando iba a hacerlo Paul se cubre los labios y señala el vientre de Celeste,
-- Mujer que pasaría si sales embarazada, has pensado que no utilizaste protección. ¿O si la utilizaste? – en ese momento Celeste recuerda los preservativos en su bolso, ella no tiene idea de si el tipo uso o no preservativos, pero piensa que sí debió utilizarlos, es más, ahora que piensa bien, Celeste cree que fue el CEO quien colocó todos esos paquetes de preservativos en su bolso.
Así que, ella movió la cabeza aceptando que sí utilizó protección, aunque la verdad no estaba muy segura de eso y algo que debía recordar consultarle al doctor era que pasaría si ella saliera embarazada, al fin de cuentas tenía una enfermedad extraña y no sería justo traer al mundo a un bebé donde ella misma no sabía cuanto tiempo iba a estar.
Celeste presentó su carta de renuncia al fin del día, ella se sentía bien luego de hacerlo, ahora debía realizar una lista de cosas que quería hacer, había decidido vivir la vida y perder su virginidad además de emborracharse hasta olvidar su nombre eran parte de esa lista, así que una vez que la hizo, ella tacho ambas opciones con una sonrisa, al fin de cuentas esas dos resultaron ser las más fáciles de cumplir, ya que las hizo sin pensarlo mucho y aunque no quiera reconocerlo las había disfrutado también.
Conducir una moto era algo que siempre quiso hacer, pero tenía demasiado miedo, sin embargo, hora no le importaba nada, ella dejó su auto en casa y salió junto a Paul para comenzar a tachar los deseos de su lista,
-- ¿Se puede saber de qué se trata todo esto? – le pregunta él intrigado, Celeste no sabe que decirle, no quiere que su amigo sienta lástima por ella, pero tampoco podría ocultar por mucho tiempo su enfermedad,
-- es solo una lista de deseos, algo que pensaba hacer ahora que he renunciado y tengo tiempo libre – le miente, Paul la observa y nota las dos cosas que están tachadas en ella,
1. perder la virginidad, y
2. beber hasta perder la conciencia, él comienza a reír y menciona algo que Celeste no había anotado,
-- Deberías también colocar tener un amorío con el prometido de tu hermana – le dice y Celeste lo mira impresionada,
-- Como puedes decir eso Paul – susurra ella, con miedo de que las paredes pudieran escucharlos y malinterpretar lo que dijeran, ella no le había dicho con quien se había acostado, así que seguía mirando a Paul incrédula,
-- Y ¿por qué no?, a mí también me gusta mucho ese hombre. Si no lo quieres tú, entonces anótalo en una lista para mi – le menciona él y comienza a reír a carcajadas. Su risa contagiosa hace que Celeste se ría a carcajadas también, Paul porque se imagina en los brazos del arrogante CEO Coppola y Celeste porque se imagina el rostro de su amigo el día que le confiese que fue el mismísimo CEO Coppola quien le quitó la virginidad.
Celeste recibe la moto, ella se coloca el casco. Paul la mira y piensa que no se ve bien vestida como está,
-- Cariño debes cambiar tu atuendo también, ¿quieres parecer una verdadera motorizada? – le pregunta y Celeste asiente, entonces él le señala el atuendo que la misma tienda tiene junto a la entrada, al final Celeste termina alquilando el juego completo, ella se cambia en el baño, y sale vestida con la ropa de cuero del maniquí y Paul no puede dejar de silbar al verla, la mujer parece ahora sacada de una revista de modelos deportivos.
-- Mi amor con ese traje hasta yo mismo te hubiese quitado la virginidad – le dice y sonríe al pasarle el casco, Celeste se lo coloca, ella había escuchado bien las indicaciones, no pensaba que fuera difícil, con la ropa que llevaba puesta llamaba la atención de todos en la tienda, su esbelto y hermoso cuerpo realzaba con el cuero. Su cabellera castaña y larga, sus ojos del color de su nombre la convertían en una modelo profesional, eso era lo que Simone odiaba más, la belleza espectacular de su hermana, ella no necesitaba kilos de maquillaje para verse hermosa, ni tampoco necesito nunca privarse de las comidas, pues su peso siempre fue el ideal. Aunque ahora se sentía muy mal por las mañanas, ella nunca dejaba de desayunar, algo que Simone detestaba y que aprovecho junto con su madre.