Abro los ojos lentamente. Veo que las cortinas de la habitación están corridas y tengo a Enzo envuelto a mi alrededor. Desde ayer. Después de la visita a la doctora solo se ha dedicado a cuidar de mí, después de desvestirnos nos metió a la cama y nos quedamos abrazados hasta que el sueño me venció. Me doy la vuelta entre sus brazos y lo miro dormir. Me quedo mirándolo y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas. El terror que siento amenaza con ahogarme. Mi vida está a punto de cambiar, la familia que soñé se puede ir al traste en cualquier momento. Los brazos de Enzo se aprietan a mi alrededor antes de dejar un beso en mi frente aún sin abrir sus ojos —Todo va a salir bien—dice en voz baja—Vamos a estar bien—abre sus ojos y me mira con intensidad —Estoy muy asustada—susurro La