—¿Cómo que decidiste suspender la cita con la doctora Cabano? —me pregunta incrédulo Enzo dejando caer su cubierto. Estamos cenado en casa después de un día largo de trabajo. Hace dos días me dieron la buena noticia de que no tenía cáncer y que solo había sido una pesadilla. Después de eso reservamos una cita con la doctora Cabano para el principio de la semana, pero después de pensar un poco en todo lo que hemos pasado durante este último año decidí poner al bebé en espera, por el bien de mi salud mental y de mi matrimonio —Escúchame cariño— digo dejando a un lado mi copa de vino— después de todo lo ocurrido me di cuenta que nos estoy presionando para poder tener una familia —Ya somos una familia— me corta y suspiro. Está molesto —Sabes lo que quiero decir. Solo quiero que disfrutem