Capítulo 4

2675 Words
Silbando alegremente mientras caminaba por el pasillo de los dormitorios, Derek finalmente se detuvo en la habitación que estaba al lado de la suya y entró sin siquiera golpear o pedir permiso. —A que no sabes de lo que me acabo de enterar —expresó tan pronto como cerró la puerta. Observando esa triste mesa pequeña con dos sillas, el alfa tomó una y la corrió arrastrándola por la escasa distancia hasta dejarla frente a la cama, en la cual su gemelo descansaba. —¿Recuerdas a Cael, cierto? Y no, no estoy hablando del mismo que estaba antes en nuestra manada, sino que me refiero al que es m*****o del círculo interno del consejo de shifters, ya sabes, un alto mando —explicó. —¿Qué pasa con él y por qué me interesa? —respondió Desmon, sin siquiera darle una mirada a su hermano. —¿Cómo no vas a saber qué es lo que ocurre? Todo el mundo está hablando de ello, a donde sea que entres escucharás al respecto —exclamó con sorpresa. —Derek. —advirtió, lanzándole "aquella" mirada. —Ah, cierto, eres tan sociable como una roca —sonrió divertido. —La puerta sigue abierta —anunció el otro alfa. —Bien, bien, te diré —pronunció cruzando sus brazos con una sonrisa—. Resulta que el hombre, va a ser padre —anunció—. ¿No es eso emocionante? Según entendí, han pasado años desde que alguien del círculo interno del consejo fue padre y la mayoría está sorprendido de que se trate de Cael —explicó—. Pregúntame por qué —ordenó con una gran sonrisa. —No me interesa saberlo. —Sabes que no me iré hasta que te diga todo —le recordó cantarín. —¿Por qué? —preguntó finalmente, observándole irritado. —Porque lo describen como un bastardo frío, sin sentimientos, con un aura asesina que no le importaría matarte por solo cruzarte en su camino —respondió—. Es más, la mayoría sigue sorprendido de que se haya emparejado con un omega tan dulce como Dylan, aunque una mitad siga preocupada supuestamente por el don del omega, quien también resultó ser un omega especial —explicó—. Sorprendente, ¿no? —Sí, ¿por qué se supone que me interesa todo esto? —preguntó con mal humor, finalmente incorporándose y tomando asiento en la cama. —Hey, he estado trabajando allá afuera, haciendo amigos y todo el tema, si los rumores vuelan hacia mí no es mi problema —argumentó. —Solo saliste para averiguar los chismes y porque nunca has podido mantenerte quieto en el mismo lugar por más de una hora —indicó su gemelo. —No digas eso, las misiones lo hago a la perfección —le recordó. —Debido a que yo estoy contigo para mantenerte a raya —resopló. —Ah, esos solo son pequeños detalles —sonrió agitando una mano como si no fuera nada—. Deberías de cambiar esa expresión, tal vez te ayude en hacer más amigos —comentó. —No me interesa hacer más amigos —respondió, dejándose caer hacia atrás para observar el aburrido tono blanco del techo de su habitación. —Como tu gemelo que nació un segundo después que tú, eso es algo triste —observó. —No me interesan los chismes, soy alérgico a la estupidez humana —se defendió. —Es exactamente por esa actitud que no logras hacer amigos —indicó Derek, observando a su gemelo. Pero al igual que el día anterior, este parecía estar perdido en sus pensamientos. Para muchos, no podrían notar el cambio en Desmon, pero él que había estado a su lado toda su vida y compartía una conexión especial al ser su gemelo, por supuesto que podía notar hasta el más mínimo cambio en su actitud o expresión. Levantándose de su silla, Derek se acercó a la cama y tomó asiento a los pies de esta mientras observaba fijamente a su gemelo. —¿Qué quieres ahora? —espetó Desmon. —Que me digas lo que está en tu mente y no te deja tranquilo —respondió—. Sabes que no me moveré de aquí y no te dejaré de acosar al respecto hasta que me lo cuentes —le recordó. —Eres una pesadilla molesta —refunfuñó, observándole con el ceño fruncido. —En realidad, soy un ángel comparado contigo y tu carácter, no de mierda, pero si malo —expresó—. Vamos, dile a tu hermano mayor el problema. —Yo soy el mayor —le recordó. —Solo por minutos. —Lo sigo siendo. —Bien, dile a tu hermano menor lo que te está molestando —resopló—. ¿Mejor? —No, pero te lo dejaré pasar por ahora, que no se repita —advirtió. —Idiota —rió su gemelo—. Vamos, cuéntame. Soltando un profundo suspiro, Desmon observó a su hermano contemplando exactamente el mismo rostro que el suyo y luego contempló el techo. —Conocí a alguien —anunció finalmente. —Espera, ¿tú? ¿Conociendo a alguien? —exclamó su gemelo—. ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? —interrogó con una gran sonrisa a la cual Desmon respondió con una profunda mueca. —Fue solo por un breve momento, se estrelló contra mí —pronunció, manteniendo la mirada en el techo—. Su aroma era dulce, pero no molesto, sino que del bueno, a melocotones —expresó. —Vaya, para ser un simple choque, sí que le prestaste atención a los detalles —comentó con una gran sonrisa. —Fue a lo primero que reaccionó mi lobo —anunció, logrando que la sonrisa divertida de Derek se perdiera. —¿Qué quieres decir con eso? —cuestionó con más seriedad. —Lo que dije —respondió, observándolo con aquellos ojos azul mar tan iguales a los del alfa contrario—. Cuando se estrelló contra mí, mi lobo inmediatamente reaccionó tras sentir su aroma. —¿Y? ¿Entonces? ¿Qué más? —interrogó y Desmon hizo una mueca. —Ya te dije, ninguno de los dos iba viendo por donde caminábamos y nos estrellamos, para el momento en que mi lobo reaccionó a él, el omega ya se había alejado lo suficiente como para no poder perseguirlo —explicó viéndose algo frustrado por ello. —Vamos, concéntrate Desmon Donnelly —ordenó golpeando su rodilla—. Debiste de haber visto algo más, necesito detalles. Soltando un suspiro, el cambiaformas alfa cerró sus ojos e intentó concentrarse rememorando aquel momento. —No era muy alto —anunció—. No tan bajo como un omega, pero tampoco tan alto como un alfa —anunció. —Un poco por encima de la altura promedio de un omega, lo tengo —asintió Derek—. ¿Qué más? —Era... Rubio —anunció—. Pero no ese amarillo chillón o uno apagado, sino que más bien... Pálido —expresó—. Y sus ojos, estaban brillosos, estaba llorando —terminó y observó a su gemelo. —De acuerdo, entonces hablamos de un omega con cabello rubio platinado o muy claro, que estará por la altura promedio o unos centímetros más alto y sin color de ojos... —repitió—. ¿Correcto? —Creo que sus ojos eran de un tono parecido al azul —comentó—. Fue extraño, pero estoy seguro de que vi en ellos un toque violeta, pero como estaba llorando y el momento fue breve, no pude apreciarlo bien —contó. —Uhm, estás seguro de que no fuiste tú quien lo asustó con esa expresión poco amigable tuya, ¿cierto? —preguntó. —Estaba llorando desde antes de que se estrellara conmigo —le recordó un poco molesto. —Bien, no te enojes, tenía que preguntar —expresó alzando ambas manos con inocencia—. Lamentablemente, del tiempo que llevábamos aquí no he visto a nadie con esa descripción. Bueno, de hecho podríamos hasta entrar nosotros mismos con lo rubio y ojos azules. —Te dije que era un omega. —Y por eso te digo que podría ser —calmó—. Hay unos pocos omegas también, y aunque ciertamente no presté total atención a la esencia de sus aromas, estoy seguro de que hasta el momento no he sentido algo parecido a los melocotones en ellos —comentó. —Entonces, ¿con quién me estrellé ayer? —preguntó frunciendo el ceño. —Eso, mi querido amigo, es lo que iremos averiguando ahora mismo —declaró, levantándose de la cama. —¿Tengo que ir? —preguntó Desmon con una mueca—. Tú eres el encargado de conseguir información y hablar con personas estúpidas —le recordó. —Irás porque si estás encerrado aquí no tendrás otra posibilidad de encontrarte con él y porque si alguien lo describe podrás reconocerlo —anunció—. Vamos, levanta ese culo perezoso de la cama —ordenó. —Estoy bastante seguro de que puedes hacer esto tú solo —anunció siguiéndolo fuera de su habitación—. No has desperdiciado tu tiempo haciéndote de un montón de amigos aquí para nada —se quejó. —Es más divertido cuando estás conmigo —sonrió comenzando a caminar—. Además, quien no nos dices que te encuentres casualmente con ese omega otra vez, estarías acortando mi trabajo con ello —indicó. —Por favor, como si para ti realmente fuera un trabajo el desperdiciar tiempo hablando con personas que no tienen nada mejor que hacer que hablar de las vidas de otros —resopló. —De acuerdo, será mejor de que yo sea el que hable aquí o solo conseguiremos que nuestros atractivos rostros sean golpeados, ¿bien? Tú solo asegúrate de que tu expresión no sea totalmente una de "mátenme, no quiero estar aquí, mejor te mato a ti" ¿De acuerdo? —Puedo hacer eso —asintió Desmon. —Y así te jactas de ser el mayor por unos miseros minutos —resopló Derek, negando. —Tu trabajo es hablar, el mío ser más inteligente —expresó su gemelo. —Prefiero decir que yo soy el poli bueno y tú el malo —sonrió. —¿A dónde vamos? —preguntó Desmon finalmente. —Ah, pensé que nunca lo preguntarías —sonrió, cruzando uno de los jardines—. No hay mejor lugar para preguntar sobre una persona o para enterarte de cosas sobre él, que no sea algo como el lugar donde todos comen —anunció, observando las puertas abiertas de su destino final—. Aquí descubriremos quien es tu chico misterioso —prometió. Cruzando ambas puertas abiertas, Desmon siguió a su hermano gemelo cuando este simplemente tomó asiento en la mesa más cercana de la entrada, dándole la espalda al resto de la sala para poder observar hacia el exterior. Quedándose en silencio, Desmon observó a su hermano utilizar su encanto con las palabras y finalmente conseguir que el hombre que estaba sentado frente a ellos abriera su boca. —Creo que están buscando a Alexander Bass —pronunció el joven alfa, curvando sus labios en un desagrado que no pudo ocultar incluso en su tono. —Alexander Bass —repitió tanto Desmon como Derek, ambos probando el nombre en sus bocas. —¿Qué puedes contarnos de él? —preguntó Derek. —¿Es en serio? ¿No saben nada de él? —preguntó con cierta burla. —Nos cambiamos hace poco, por lo que realmente no estamos al tanto de muchas cosas por aquí —se excusó Derek, pateando a su hermano por debajo de la mesa al adivinar correctamente que este tenía toda la intención de gruñirle al otro alfa. —Bueno, me lo imaginé así al no reconocer sus rostros... O rostro, solo uno —pronunció observando la misma cara, solo que uno poseía una sonrisa amigable en su rostro mientras que el otro tenía esa mirada de "no me hables, basura". —Gemelos, mismo rostro, cuerpo, ojos e incluso con un tono de voz parecidos, pero eso es todo —expresó Derek—. Entonces, ¿sobre Alexander Bass? —le recordó. —Oh, sí, él —pronunció, retomando la molestia en su rostro—. Alexander Bass es un omega que se cree la gran cosa solo porque es el sexto m*****o fantasma del círculo interno del consejo debido a su monstruoso poder —explicó—. Oficialmente, no tiene un puesto como tal como Cael, pero todos saben que tiene un gran trabajo en sus manos. —No veo por qué hablas con tanto desagrado de él si es una persona importante —comentó Desmon. —Hablo con desagrado porque él es una persona desagradable —respondió—. Se cree la gran cosa solo por tener un poder tan fuerte e inusual como la telekinesis y no le importa utilizarlo siempre que puede —explicó—. Ha tenido miles de guardias hasta el momento, se dice que los necesita para poder tener un control sobre su poder, pero aun así Alexander hace lo que quiere cuando quiere —contó—. A él especialmente le encanta humillar a sus guardias demostrándole que es mejor que ellos. —O tal vez el ego de esos alfas era demasiado alto como para soportar que un omega fuera mucho más fuerte que ellos —indicó Desmon. —¿Qué sucede con tu hermano? —cuestionó el otro alfa. —Es un idiota la mayoría del tiempo, ignóralo —pidió Derek, lanzándole una mirada a su gemelo—. Entonces, Alexander Bass es una persona desagradable que le gusta humillar a otros con su don —pronunció. —No solo eso —pronunció y observó a su alrededor hasta detenerse en cierta mujer pelirroja chillón que era rodeada por otras personas—. Se dice también que utiliza su poder e influencias para cambiar a cualquiera que se le cruce y no sea de su agrado, es un verdadero idiota —explicó. —Correcto, ¿dónde podemos encontrar a este tal Alexander Bass? —preguntó Derek al sentir que su hermano gemelo se estaba comenzando a irritar con cada palabra que soltaba el alfa frente a ellos. —¿Dónde más? Cuando no está en su torre, se encuentra trabajando en el recinto principal —respondió, levantándose de la mesa con una bandeja—. Aunque parece que tienen suerte, ahí está él —anunció señalando con su cabeza fuera de la puerta—. A eso me refiero con que le gusta humillar a otros utilizando su poder, no me extrañaría que es por ello renunciaran sus guardias, ¿a quién realmente le interesa soportar ver ese tipo de cosas? —expresó con desagrado. Sin deseos de escuchar más idioteces, Desmon salió del comedor y se acercó lo suficiente como para poder reconocer al hombre con el cual se había estrellado el día anterior. —¿Y? ¿Es él? —cuestionó Derek, deteniéndose a su lado para observar ambos como el lobo omega sostenía en lo alto a un hombre, ignorando todos sus insultos mientras revisaba sus uñas. —Sí, es él —confirmó Desmon al apreciar ese brillo violeta en los ojos del omega. —Bueno, déjame decirte que si tienes buenos gustos, el chico es una hermosura total —expresó observándolo con una sonrisa. —¿No sientes nada extraño con él? —preguntó Desmon, observando su gemelo. —De momento debo de decir que su belleza me atrae —respondió—. Pero debería de acercarme más para poder capturar su aroma y dudo mucho que nos vea bien si nos conocemos en esta situación —expresó. —Eso es cierto —asintió su gemelo mayor—. ¿Ese tipo no dijo que estaba sin guardias y que nadie quería hacerlo? —recordó. —Oh, parece que ya tenemos una nueva misión —expresó Derek con una gran sonrisa complacida.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD