—¿Es mi idea o cada vez que vienen a la sede se van con más equipaje que con el que llegan? —preguntó Alex observando con una ligera sonrisa a Cael, quien acomodaba un par de bolsas en los asientos traseros tras llenar la maletera de la camioneta que utilizaba usualmente el alfa.
—Es culpa de Cael —resopló Dylan—. Siempre que venimos hay un paquete esperando por mí —explicó.
—Son cosas que necesitas, pajarito —expresó el lobo alfa, cerrando la puerta para ir con ellos.
—Lo creería si no fuera algo que me dices cada vez que venimos —refunfuñó el joven omega.
En respuesta, el alfa solo sonrió sin mostrar signo de culpa alguna mientras le rodeaba con sus brazos desde atrás, descansando sus manos protectoramente sobre su vientre.
—Lo ha hecho desde que se enteró de que vamos a ser papás —
