Axel sabía que su hijo Bruno conforme iba creciendo, fue convirtiéndose en alguien impaciente, impulsivo, y arriesgado. Él era del tipo de alfa que siempre se lanzaba primero cuando nadie deseaba hacerlo, se había tomado muy en serio su papel de “escudo”, ya que sus poderes curativos le permitían crear campos de protección que lo ayudaban a resguardar a otros y a él mismo. Axel suponía que esa ventaja de poder protegerse ante cualquier circunstancia, era el principal detonante de la personalidad arrebatada de Bruno, sin embargo, el gemelo idéntico de su hijo era su ancla para que él no caminara sin rumbo. Los gemelos Leo y Bruno eran inseparables complementándose de una forma especial. Ellos eran la calma y la exasperación, la paciencia y la impaciencia, la ofensiva y defensiva. Axel sabía