El viernes por la tarde bajé del taxi frente al club que me habían dicho los chicos, un local que por fuera se veía muy bonito, justo en el centro de la ciudad. La cantidad de personas que estaba haciendo la fila para entrar confirmaban que era el local de moda. Era una cantidad impresionante, y sin embargo no me tomó mas de cinco minutos encontrar a los chicos.
Iris fue la primera en verme, y sacudiendo sus brazos con energía, me invitó a acercarme rápido.
—Hola.
—Hola, nena, ¡qué linda te ves! —saludó la chica haciéndome resoplar, aún no estaba del todo cómoda con mi elección... Sobre todo porque él tema de "¿es una cita o no lo es?" con Jerome era complicado.
—¿Y tú qué? —Vi con un poco de envidia ese enterizo en color vino en el que estaba infundada con su vibrante cabello suelto
