Cuando volvimos a la mansión, mis alarmas se dispararon cuando llegó el momento de cenar y mi hermano no se encontraba en el comedor.
—¿Dónde está Emmett? —pregunté frunciendo el ceño, mamá sacudió la cabeza.
—No sabría decirte, hijo. Le vi salir hace un rato, después de ustedes, pero yo me entretuve hablando con Ivette, así qué...
—Pero... ¿fue detrás de nosotros?
—No lo sé.
—Él salió hacia los viñedos, sí; dijo que tenía unas cosas que conversar con Caspian —comentó Paulette tomando asiento a mi derecha.
—¡¿A los viñedos?!
—Sí, ¿que pasa con eso?
—Nada.
—¿Nada? Te has puesto pálido, Damien.
—¡Cállate, Paulette! No es tu maldito problema. —Mi hermana dió y respingo y bajó la cabeza para que no le viéramos el rostro.
—Damien, cariño... Tenemos visita —dijo mamá, mirando hacia Iv
