Cuando cayó la noche, Tefany se suponía a marcharse de la oficina, cuando entra al ascensor? Justamente en ese momento, Álvaro llega.
—Que bueno que pude alcanzarte— Dice un poco exhausto.
—No quería molestarte, por esa razón no te dije nada— Le responde tímidamente.
Pocos segundos después el ascensor se abre, Álvaro la toma de la mano y la lleva hasta su coche.
Veinte minutos después, estaban en casa de Tefany, como todo un caballero, se baja de auto y la acompaña hasta la puerta.
—Gracias por traerme, no te hubieras molestado— Dice con gran timidez.
—No es molestia, además eres mi novia.
—Ah, sí, repente a eso yo quiero decirte que…
Repentinamente fue interrumpida por un beso en sus labios, Álvaro se acercó y no dejó que pronunciara una palabra.
—Es hora de que entre— Dijo al empujarlo un poco.
—¿Me invitas un café?.
Tefany se siente incómoda, sin embargo no le negaría una taza de té, después de todo era una persona buena ante sus ojos.
Mientras Tefany prepara el té, Álvaro la sorprende abrazándola por detrás, esto la hace sentir un poco impaciente.
—¡Me gustas tanto Tefany!— Exclamó.
—Álvaro mejor dejemos el té para otro día, es mejor que te vayas— Le refutó mientras se acercaba a la puerta.
De repente, Álvaro cierra la puerta, toma con fuerzas a Tefany y la tira sobre el sofá.
—No se porque razón te niegas a estar conmigo, seguro que te gustará más que con Gerald— Dice sin que ella pudiera esperarlo.
—Eres un idiota Álvaro, déjame en paz y lárgate.
Tefany luchaba con todas sus fuerzas para que Álvaro se alejara, sin embargo dos bofetadas seguidas, la hicieron desmayarse.
La mañana siguiente, Tefany estaba en su cama, abrió los ojos un poco confundida, incluso se tocó sus mejillas un poco hinchadas.
Al mirar a su lado, se quedó estupefacto, no podía creerlo, Álvaro estaba desnudo en su cama y ella también.
—¡Álvaro!— Exclamó a gritos.
—Cariño finalmente te despertaste, que noche intensa— Le responde sonriendo.
—¿Cómo fuiste capaz?.. abusaste de mi— Decía llorando sin parar.
—Ha, por supuesto que no, tú querías esto, ambos lo queríamos.
—Yo lo quería esto, y si te dejé entrar a mi casa fue por amabilidad, pero antes de eso iba a decirte que no quería ser tu novia, que solo fue por alejarme de Gerald.
—Ese maldito Gerald acostumbra a quitarme todo lo que es mío, pero ahora ya no es igual porque tú también fuiste mía— Decía riendo.
Repentinamente, la puerta de la habitación se abre, en medio de un incómodo silencio, Tefany no podía creerlo.
Gerald estaba parado mirando a ambos, su cesta de decepción era notoria.
Sin mediar palabras, Gerald se fue sobre Álvaro a los golpes.
Una y otra vez golpeaba su cara, mientras que Tefany intentaba que pararan los golpes.
—Eres un maldito, estás despedido, no te quiero volver a ver en la empresa— Le replicó Gerald con su cara golpeada.
Álvaro se levantará del suelo, su cara tiene sangre pero no le importa, empieza a vestirse riendo.
En toda la habitación lo único que se escuchan son sus risas, incluso sale y aún se puede oír a lo lejos.
—¿Qué significas esto Tefany?— Le pregunta enojado.
—Gerald, yo..— Intenta responderle.
—No digas nada. Ya se lo que eres. Recoge tus cosas, nos vamos a la mansión, y tú te casarás conmigo.
—No haré eso, no tengo motivos para casarme contigo.
—Por supuesto que los tienes. Tu hermano está preso por robo, yo seré su juez, y si no lo haces en la audiencia que será dentro de dos días, le daré muchos años de cárcel— Termina de decir y se marcha.
Para Tefany las palabras de Gerald solo eran una mentira, por lo que llamó al móvil de su hermano pero no contestaba.
Así que se vistió lo más pronto posible y salió a toda prisa.
Una hora después, estabas en los separos, ahí estaba su hermano.
—Hugo, ¿Estás aquí por robar?— Le pregunta inmediatamente.
—Lo siento mucho, no conseguía trabajo y me pareció muy fácil robar una joyería— Le confiesa sin justificación.
Tefany se desploma en llanto, no podía creer que su hermano estuviera en esa situación.
—Es año era la solución, no lo era, si necesitabas dinero tenías que decírmelo.
—No quería molestarte, ya muchos gastos tienes tú, para agregarte los míos.
Tefany sabía lo que debía hacer. Estaba en una encrucijada pero no iba a dejar que su hermano pasara tantos años en prisión por un error.
Después de aquella visita, se dirige hacia la oficina, se acerca a Gerald mientras está firmando unos documentos.
—Me casaré contigo Gerald— Dice en tono bajo.
Gerald levanta la mirada, no era para nada sorprendente su decisión.
—Sabía que lo harías, es lo que más te conviene. Llamare al juez para que traiga la documentación y nos case hoy mismo.
—¿Tan rápido?— Pregunta.
—¡Si!— Se limita a responder.
Tefany se disponía a salir de la oficina, antes de hacerlo se topa con Diego pero continúa su confuso camino.
—¿Qué le pasa a Tefany?. Parece que no la está pasando nada bien— Dice Diego un poco preocupado.
—La pasó tan bien que se acostó con Álvaro— Le revela.
—Los rumores son ciertos, entonces los despediste.
—Si, era lo menos que podía hacer.
—Me sorprende de Tefany, no me parecía ser una mujer que le gustara Álvaro.
—Ahora será mi esposa en pocas horas.
Después de algunas horas, el juez civil había llegado. Tefany tenía su bolígrafo en manos y sin pensarlo firmó.
La ceremonia no fue formal, más bien sólo fue un trámite legal.