Una venganza con motivos.
Las luces del club nocturno estaban en todo su esplendor, la música magnífica hacía ecos en los oídos de cada cliente.
Gerald Gray estaba tomando una copa tras otra, buscaba embriagarse y olvidar su pena, el dolor que su mente traía a coalición.
Su mirada estaba centrada en una sola mujer, una camarera que servía las bebidas a clientes potenciales.
Tefany regresó a la barra para buscar bebidas que habían ordenado, era el momento justo para que Gerald se acercara.
—¡Hola Tefany!— Exclamó con tranquilidad.
Los ojos de Tefany se abrieron más de lo normal, incluso a su mejor amiga, no le había dicho dónde trabajaba.
Quedó expuesta, quedó al descubierto por el novio de su mejor amiga.
—¿Qué hace aquí Sr. Gray?— Pregunta asustada.
Gerald sintió solo reír mientras se llevaba su mano al pecho, dio algunos masajes una y otra vez, a la vez que respiraba profundo.
Dejando suficiente dinero sobre la barra, Gerald se marcha del club.
Una vez que el turno de trabajo de Tefany culminó, se disponía a marcharse caminando, sin embargo, unos hombres vestidos de n***o, la tomaron a la fuerza.
Por más que luchaba contra aquellos hombres, fue en vano, rápidamente fue dormida y sacada de aquel lugar.
Unas horas después, Tefany abre los ojos lentamente, había estado durmiendo por un largo tiempo.
Se levanta tímidamente de la cama, está un poco confusa hasta que Gerald entra a la habitación con una copa de Whisky.
El miedo se apodera de Tefany, no entendía qué hacía en la misma habitación que Gerald.
—¿Por qué estoy aquí?— Pregunta entre voz cortada.
Gerald no le responde, solo se ríe casi a carcajadas, poniendo aún más nerviosa a Tefany.
—¿Alguna vez alguien te ha odiado?— Le pregunta con seriedad.
Aún confundida, sin saber lo que estaba pasando, no quería hablar, el miedo invadía todo su cuerpo.
—¿No vas a responder?— Pregunta mientras se acerca.
Al Tefany insistir con su silencio, Gerald no duda en dejar a un lado su copa de Whisky, se acerca y repentinamente la toma del cuello.
Hace que caiga sobre la cama mientras aprieta fuertemente su cuello, Tefany luchaba por respirar, pero casi era imposible.
—Te pregunté qué ¿Algunas vez alguien te ha odiado?— Hizo nuevamente la pregunta enojado.
—¡No!— Se limita en responder.
Sin poder hablar y casi sin poder respirar, fue la palabra más corta que podía pronunciar en ese momento.
Gerald suelta el cuello de Tefany,rápidamente comienza a toser, estaba intentando desesperadamente recuperar el aire perdido.
—Si alguien no te había odiado, pues ahora ya tienes quien te odie— Fueron sus palabras.
Gerald sale de la habitación sin mirar atrás, mientras que Tefany aún intentaba encontrar la forma de recuperar el aliento.
No entendía lo que sucedía, el novio de su mejor amiga había llevado hasta una habitación.
Tefany tenía la mano sobre la puerta, intentaría salir, dejaría su miedo atrás para huir de aquel lugar, pero en sin embargo, justo en ese momento, Gerald regresa.
—¿A donde crees que vas?— Le pregunta en un tono amenazante.
—No sé por qué estoy aquí, pero quiero irme— Le responde tomando fuerzas de donde no las tenía.
—Ha. ¿Quieres irte?.
—Es lo que dije, no tengo nada que hacer aquí, tú deberías estar en el hospital con Jess— Le recuerda.
Al mencionar el nombre de su novia, Gerald estalla de la ira nuevamente, la toma otra vez por el cuello hasta pegarla de la pared.
—No vuelvas a mencionar a Jess, ese nombre es muy sagrado para salir de tu boca— Le responde con ira.
—Solo dije la verdad, ella te necesita, no se hago aquí.
—A partir de hoy, serás mi amante, cada vez que yo requiera vendrás a esta habitación— Finalmente le revela al soltarla.
Tefany no podía estar más confundida, ¿Cómo sería la amante del novio de su mejor amiga?. Eso no cabía en su cabeza.
Con sus ojos, Gerald se burlada de Tefany, la tenía en sus manos, ella quisiera o no.
—¡Quiero irme ahora!— Le gritaba.
—No escaparas de mis garras, jamás lo harás, no podrás escapar de mi— Le aseguró.
Tefany se sentía confusa, su situación no había sido esclarecida, estaba frente a un hombre imponente, un hombre que jamás se habría fijado en ella para ser su amante.
—¿Por qué rayos estoy aquí?— Preguntaba al borde de las lágrimas.
—Está aquí para ser mi amante, hoy te dejaré ir, pero mañana no, y no importa donde estés, voy a encontrarte— Le reprimió.
Gerald se hace a un lado para que Tefany saliera, sin pensarlo corre hasta la puerta y sale del hotel.
Tefany corría todo el Paolo del hotel, cuando apretó el botón del ascensor, notó que sus manos temblaban.
Tenía que salir corriendo de allí a toda costa, no podía dejar que Gerald la alcanzara.
Al salir del hotel había hombres vestidos de negros, aquellos mismos que la habían raptado, abrieron la puerta del auto sin decir palabra para que entrara.
Asustada, no refutó, simplemente entró, en su mente pedía al cielo ser liberada.
Al llegar a su pequeña casa, Tefany toma una pequeña maleta, nerviosa empieza a echar la ropa desorganizada.
No podía dejar de llorar, limpiaba las lágrimas de confusión que recorrían toda su mejilla.
A pesar de la hora, sale de la casa con desespero, un taxi esperaba por ella.
—Vamos al aeropuerto por favor— Dijo con gran miedo al taxista.
En todo el camino no dejaba de mirar hacia atrás, tenía miedo de que la estuvieran siguiendo.
Su cuerpo aún temblaba con solo recordar las palabras de Gerald.
Media hora después, llega al aeropuerto, compra un ticket con rumbo hacia España. Le tocaba esperar que su hora de despegue llegara.
Intentaba ocultar su miedo para que migración no la detuviera, aunque era algo que posiblemente no pasaría por desapercibido.