Al día siguiente.
Alrededor de las 8 de la mañana, Tefany llega a la oficina para trabajar como la secretaria de Gerald.
Se presenta ante él con nerviosismos, no sabía cómo iba a mirarlo a los ojos.
—¡Buenos días!— Dijo al entrar a la oficina.
Sin responder, Gerald se levanta de su asiento, sirve un vaso de agua y camina hasta Tefany y le entrega una pastilla junto al vaso de agua.
—Está pastilla no permitirá que te embaraces de mi, no quiero sorpresas— Le explica al volver a su asiento.
Tefany toma la pastilla sin refutar, era más que claro que ella tampoco quisiera tener un hijo del novio de su amiga.
—¿Algo más?— Pregunta tímidamente.
—¡No!. Puedes retirarte— Le respondió con seriedad.
Tefany se disponía a marcharse de la oficina, cuando de repente al mismo tiempo que abría la puerta alguien más lo hacía.
El sujeto entraba con prisa, por lo que no vio a Tefany y cayó sobre ella.
—Son los ojos más hermoso que he visto en mi vida, me he enamorado— Dijo el sujeto con traje elegante.
Tefany no supo qué responder, simplemente actuó rápidamente y lo hizo a un lado, así ambos pudieron levantarse del suelo.
—Discúlpame, no te vi al entrar, venía con mucha prisa— Se excusa.
—No te preocupes, pero ten más cuidado, casi me rompes un brazo.
—Ha. A parte de bonita tienes un excelente sentido del humor— Le responde flechado.
Tefany sonríe, después de todo solo había sido un accidente.
—Me llamo Álvaro y estoy a tus pies— Se presenta al tomarle la mano y besarla.
—Me llamo Tefany, soy la secretaria de Gerald— Le responde tímidamente.
A todo esto, Gerald estaba anonadado, parecía ser como si no hubiese estado allí, incluso pensaría que había sido ignorado.
—¡Basta!. Tefany ve a trabajar— Le exigió Gerald.
Tefany se marcha de la oficina, mientras que Álvaro no puede dejar de seguirla con la mirada hasta que la puerta se cierra.
—Esa mujer es muy bonita, estoy enamorado— Le expresa.
—A mi también me da gusto verte, un año fuera del país y por fin regresas— Le responde con rectitud.
—Así es, pero ahora ya estoy aquí, continuaré con mi trabajo de coordinador.
—Es lo más sensato que has dicho hoy.
—En realidad lo más sensato fue presentarme con tu secretaria.
—Álvaro esa mujer está prohibida para ti— No duda en dejarle claro.
—¿Por qué?. No me digas, te la estás llevando a la cama.
—Lo único que te diré es que no puedes verla con ojos de amor, ella no te pertenece y jamás lo hará— Le dejó en claro.
Cuando finalizó el día de trabajo, Tefany se disponía a marcharse, estaba saliendo de las instalaciones de la oficina, cuando de repente apareció Álvaro ante ella.
—¿Dónde vives?. Te llevo a tu casa— Le propone.
—No, gracias. Puedo tomar un taxi— Responde con modestia.
—De ninguna manera, no puedes irte a estas horas de la noche sola, así que yo te llevaré— Dijo Álvaro con firmeza.
Sin embargo, para sorpresa de los dos, repentinamente Gerald toma la mano de Tefany y la lleva hasta el auto que lo esperaba.
Ni siquiera se molestó en mirar hacia atrás, simplemente había dejado a Álvaro con el deseo de llevar a Tefany a su casa.
—¿Ahora vas a seducir a Álvaro?— Le pregunta tan pronto entran al auto.
—¿Qué?. ¿De qué habla?— Le pregunta confusa.
—No se haga la inocente, sabe muy bien lo que le dijo, pero le dejaré en claro que no voy a permitir que suceda nada entre ustedes.
—No estoy buscando que suceda algo entre él y yo. Simplemente fue amable conmigo, cosa que evidentemente usted no hace.
Ante aquella respuesta de Tefany, Gerald sonríe, por su mente pasaban muchas repuestas para ella.
—No mereces amabilidad de mi parte, mantente alejada de él y todo te será más fácil.
Después de aquella respuesta, el auto se detuvo, para sorpresa de ambos habían llegado a la casa de Tefany.
Bajo aquella amenaza, Tefany se baja del auto, no le responde, pero por su mente pasa lo irreal que puede verse la situación.
Mientras camina a casa, Tefany es sorprendida por su hermano Hugo, quien la abraza y la toma en sus brazos hasta entrar a la casa.
Gerald observaba el escenario que se acababa de dar, se jala un poco la corbata porque sentía que al tragar hondo le apretaba.
La mañana siguiente.
Tefany llegó a su hora habitual, sin embargo Gerald aún no lo había hecho, por lo que aprovechó el momento y caminó un poco explorando la oficina.
Al acercarse al escritorio, toma asiento en la silla que usa Gerald, mira algunas gavetas, y ve que todo está bien.
Después de eso se percata que hay un retrato que no había notado; Gerald y su novia Jess estaban tomados de la mano sonriendo.
La foto mostraba mucha paz, ambos sonreían y era evidente que se amaban, pero ¿Qué podría hacer ella para que Gerald la dejara libre?.
Para susto de Tefany, la puerta de la oficina se abrió, al levantar la mirada, no era otra más que su compañera Lucia.
Tefany respiró profundo cuando la vio, hubiese sido peor si Gerald hubiese entrado en ese momento.
—¡Me asustaste Lucia!— Le expresa soltando una carcajada de alivio.
—Ha. Solo soy yo, parece que el señor Parker vendrá más tarde.
—Es lo que parece, aunque tiene hoy audiencia, debe venir por sus cosas.
—¿Qué hay entre tú y él?. He visto que hay una situación extraña entre ambos.
—Simplemente él desea hacerme la vida imposible y aún no sé la razón.
—Es que el señor Parker cuando quiere algo lo consigue— Le responde.
Tefany se queda pensado en esas últimas palabras, se levanta de la silla y va hasta su pequeño escritorio que estaba fuera de la oficina de Gerald.